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Mostrando las entradas de julio, 2025
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“La promesa no había sido un simple susurro al oído, sino un juramento silencioso sellado con un apretón de manos”   UN AÑO PARA CUMPLIR                                                    Maira Francisca Ayón Cervantes   El sol caía a plomo en el rancho, el aire, denso y cargado de recuerdos, me envolvía, mientras veía una fotografía de mi padre. El sol poniente pintaba el cielo con tonos rojizos, creando un escenario dramático para el momento. En mis manos, un puñado de tierra seca, un símbolo tangible de la promesa que estaba a punto de cumplirse. Falta sólo un año. Un año para graduarme. Un año para honrar el pacto silencioso hecho bajo las estrellas, un pacto con mi padre adoptivo, un hombre que me dio todo, un hombre que ...
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"Esta triste historia de amor me hizo recordar a aquellos amores que se alejan a pesar de hacerse tantas promesas que, al final, quedan en el aire” LOS GIRASOLES DE RUSIA   Marité Ibarra   Nápoles, Italia. Ella era una mujer intensamente enamorada, y él un hombre loco de amor por ella. Su afecto era mutuo, era excepcional, había madurado a través de los años, y ahora ya estaban en posición y preparados para entregarse al amor carnal y pasional que tanto habían deseado. El escenario mundial era preocupante, pero en tiempos de guerra las rosas florecen y la   gente también se enamora, hombres y mujeres siguen casándose, porque el amor traspasa toda barrera posible cuando ambas partes así lo deciden y son devotos a su amor, el cual sale a flote a pesar de las adversidades. Era otoño cuando estas dos almas se unieron en matrimonio, comenzaron a amarse como marido y mujer, las noches ya no eran frías sino cálidas y ardientes por tanta pasión que se desbordaba. En...
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"Ella es mi mamá, una gran guerrera que estuvo internada en el ISSSTE y logró vencer al Covid" Ya no es la misma Alfredo Zañudo Mariscal Sabia virtud de conocer el tiempo. Este tiempo que pasa de manera inexorable, el cual nos permite a los seres humanos aprender de nuestros aciertos, pero también de nuestros errores. Sin embargo, hay dos elementos que el tiempo no perdona. Y éstos son el aspecto físico y mental de las personas.    Hoy, que la he visitado un poco más seguido, la veo un poco más desmejorada físicamente, ella es chaparrita, morena, delgada, de poco pelo chino y siempre le ha gustado ponerse una diadema. Su caminar es pausado. Sin embargo, desea seguir haciendo algunas actividades que hacía antes, por ejemplo, seguir barriendo el patio de su casa, pero ya no puede. Para ello tiene que dejar el bastón que es su soporte y punto de apoyo para tener el balanceo de su cuerpo. Lo ha intentado varias veces, pero desde la última vez que se tropezó con una piedra y se ca...

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"Esa noche ni durmió con el sabor de sus labios en la boca"  "HACE TIEMPO QUE NO ME BESAS" José Manuel Frías Sarmiento  Hace tiempo que no me besas, dijo la esposa, tallando con esmero un sartén viejo de peltre destartalado que su esposo le comprara en sus primeros años de casados.  Eiiii, dijo el esposo, con la mirada fija en las sopas de tortilla con huevo que meneaba en el sartén tramontina sin teflón que su esposa comprara en el Sam's la última vez que la acompañó a renovar su membresía que ya estaba por vencer. La esposa enjuaga la esponja y talla con más fuerza la mancha de grasa incrustada en las grietas del usado sartén que su viejo le llevara del Mercadito Rafael Buelna cuando, recién casados, llegaron al Culiacán de aquellos tiempos de arañas con caballos y tranvías tropicales de los ranchos, usados como transportes en Sinaloa. Eran jóvenes y empezaban a formar el hogar en el que ahora sólo quedan ella y su esposo, ese señor que hace mucho tiempo ya no...
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"Chuyita y Lupita son ejemplo contundente de que las  incapacidades , incapacitan sólo a quienes se dejan incapacitar"   CHUYITA y LUPITA   José Manuel Frías Sarmiento    Enfrente de mi casa vivían Lupita y Chuyita. Ambas compartían dos extremidades inferiores y, a partir de un tronco común, emergían dos tórax con sendas cabezas y sus respectivos brazos. Eran dos muchachas veinteañeras que, dicen los que las conocieron mejor que yo, estudiaron en la Facultad de Psicología. Todos los días las miraba limpiar el Tsuru blanco en el que iban a su escuela. Ignoro quién es la que manejaba, pero parecía ser siempre la misma. Y confieso que me intrigaba saber si tenían una sola licencia de automovilista y si ambas tenían su propia matrícula escolar para que, al final, obtuvieran dos títulos de licenciatura. Es decir, que sí eran dos personas, por lo tanto, serían dos alumnas inscritas. Y ahí los profesores a fuerzas tenían que dejarlas resolver sus exámenes en equipo y h...
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“Descubrió que la verdadera alegría no está en tener mucho para uno mismo, sino en compartir lo que se tiene con los demás”   LA MAGIA DE COMPARTIR   Maira Francisca Ayón Cervantes   En un bosque lleno de árboles de caramelos y ríos de chocolate vivía una pequeña duende llamada Ary. Ary era una duende muy especial, porque tenía un corazón lleno de alegría, pero también era muy egoísta.  Le encantaba comer todos los dulces del bosque, sin compartir con nadie. Los demás duendes la veían con tristeza, pues Ary, a pesar de su alegría, no la compartía. Un día, una terrible tormenta azotó el bosque. Los ríos de chocolate se desbordaron, los árboles de caramelos se rompieron, y todos los duendes se refugiaron en sus casitas, asustados y tristes. Ary, en su egoísmo, se escondió en su casita con un gran montón de dulces, sin preocuparse por los demás. De pronto, escuchó un pequeño llanto. Era una duendecilla muy pequeña, llamada Luna, que había perdido a su familia en la torm...
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“Ella estaba haciendo esos dibujos deformes pero que en realidad eran muy creativos e interesantes”   SI LOS DIBUJOS PUDIERAN HABLAR…   Marité Ibarra   La cebra rara de tres patas, el burro con hocico de cochi, el caballo con cabeza de caja de cartón, la iguana que en realidad parece ardilla, el elefante desproporcionado con manchas anormales en su cuerpo, entre elefante y jirafa a la vez. El cocodrilo molacho, con ojos saltados como rana y cuerpo aplastado, y un león con cuerpo de ballena y pintado de rosa, pero con melena bien resaltada. Todos ellos vivían en el mismo lugar, los animales podían hablar y moverse con total libertad, aunque fueran deformes o no tuvieran todas las patas en su cuerpo, o quizá tuvieran una o dos de más o de menos. Ahí habitaban en la imaginación de mi pequeña hija de cuatro años, a la cual le gustaba colorear y dibujar y, curiosamente, siempre los hacía de la misma manera, así los miraba ella, quizá variaba un poquito en ciertos detalles, per...