
“Ahí estaba ella, la reconocí de inmediato, tan deslumbrante, tan destellante, pensé que estaba alucinando ¡¡pero no, no era así, era ella, siiiii, era ella!!” UNA EN UN MILLÓN DE ESTRELLAS Marité Ibarra Siiiiiiiiiii, por fin la encontré!!! Después de haber viajado tanto, de buscarla en todas partes, después de haberle gritado al horizonte exasperado por querer hallarla. Cuando sentía que la pesada noche caía sobre mí nuevamente y la espesura de la niebla matutina mojaba mis pestañas hasta dejarme casi ciego, ahí estaba yo buscándola como un desquiciado. Lidié con la trampa del falso engaño, el desencanto, la desesperación, pero no podía rendirme así, tanto tiempo invertido me reclamaría mi fracaso, no, no sería posible eso, tenía que seguir buscándola. Recorrí largos caminos, distancias enormes, la busqué en diversos países, montañas, desiertos y océanos, en el trópico, en el Líbano, en el Ecuador, en la Antártida y demás. Esculqué hasta en la fantasía de los mejor...