“En un planeta no tan lejano llamado Zoomverso, vivían miles de estudiantes conectados a una extraña especie de hechizo: las clases en línea”
Misión:
Cámara Apagada"
Noemí Ramírez Morales
En
un planeta no tan lejano llamado Zoomverso, vivían miles de estudiantes
conectados a una extraña especie de hechizo: las clases en línea.
Cada
mañana, cuando el gallo digital del grupo de WhatsApp cantaba con un
"Profe, ¿va a haber clase?", los valientes guerreros del conocimiento
se conectaban. pero nunca prendían su cámara.
La
profesora Lidia, con más paciencia que Wifi prestado, ya lo sospechaba: algo
extraño pasaba. ¿Por qué sus estudiantes eran sólo cuadritos negros con nombres
creativos como “Conexión inestable”, No soy un robot” o Estoy, ¿pero no estoy?
Decidió
investigar. Un lunes, se disfrazó digitalmente de estudiante usando un filtro
de unicornio y preguntó en voz baja:
Oigan,
¿por qué nadie prende la cámara?
Las
respuestas no tardaron: Profe, tengo cara de almohada todavía, no me juzgue.
Es
que, si prendo la cámara, aparece mi abuelita pasando en toalla. Otra vez se
traumó el profe de historia...
Estoy
en modo testigo protegido. No puedo revelar mi identidad.
Mi
perro me robó los audífonos y está tomando la clase por mí.
Lidia
soltó una carcajada. ¡Era imposible enojarse!, Entendió que más que rebeldía,
era supervivencia estudiantil: un equilibrio entre la vergüenza, la realidad
caótica del hogar y el arte de parecer atento mientras uno desayuna pan con
café fuera de cámara.
Desde
ese día, hizo un trato con sus alumnos: podían tener la cámara apagada, pero
mínimo debían participar, reírse de sus chistes malos y responder, aunque sea
con un emoji.
Y
así, en la tierra sagrada de las videollamadas, las cámaras siguieron apagadas…
pero el buen humor, la solidaridad y los memes de clase mantuvieron viva la
conexión.
Fin… o mejor dicho: "Se acabó el tiempo de la reunión, inicie otra si desea continuar."

Comentarios
Saludos. José Manuel Frías Sarmiento
Saludos, esperamos verte frecuentemente.