“Vivir es caer y seguir, es llorar sin esconderse, es volver a intentarlo cuando ya no quedan fuerzas”




 



LA VIDA. ESE CAOS HERMOSO QUE NOS ENSEÑA

 

Leydi Verónica Medina Cabanillas.

 

La vida, esa travesía extraña, impredecible y a veces incomprensible que todos intentamos descifrar. Nadie nos entrega un manual cuando llegamos a este mundo, sólo nos lanzan al viaje con un corazón que late y una mente que aprende a soñar. Y ahí vamos, caminando entre risas y heridas, entre días que brillan y noches que pesan, porqué vivir es eso, un equilibrio imperfecto entre lo que esperábamos y lo que realmente sucede.

Hay momentos en los que la vida nos sacude sin aviso, en los que pesa más de lo que debería, nos rompe las certezas, nos cambia los planes y nos deja frente a un espejo lleno de dudas. Pero también, está llena de instantes diminutos que lo cambian todo, una mirada sincera, una carcajada compartida, un abrazo que llega justo a tiempo, un amanecer que parece decir “aún puedes, tú puedes”. Y es ahí, en esas pequeñas cosas, donde la vida nos susurra que vale la pena quedarse.

A veces creemos que vivir es tenerlo todo claro, tener éxito, no equivocarse. Pero no, vivir es caer y seguir, es llorar sin esconderse, es volver a intentarlo cuando ya no quedan fuerzas. Es aprender a soltar lo que no fue, a perdonarse los errores y a seguir caminando incluso con el alma cansada. Porque en cada caída hay una lección, y en cada pérdida, una forma nueva de encontrarse.

La vida no siempre es justa, ni suave, ni lógica. Pero, siempre enseña. Te enseña a valorar lo simple, lo humilde, lo humano, a escuchar el silencio, a abrazar lo que tienes hoy sin saber si estará mañana. Te enseña que el tiempo cura, que los miedos se superan y que el amor, por uno mismo y por los demás, es el hilo invisible que todo lo sostiene.

Quizás vivir se trate justamente de eso, de aceptar que no todo tiene sentido, pero que aún así, todo importa. De caminar sin mapas, confiando en que incluso los caminos torcidos llevan a algún lugar. De entender que el caos también tiene su belleza y que cada respiro, aunque a veces duela, es una prueba de que seguimos aquí intentando, sintiendo, aprendiendo.

Así que sí, la vida es un caos hermoso. A veces nos hace llorar, a veces nos arranca sonrisas que ni sabíamos que teníamos guardadas. Pero sobre todo, nos enseña a respirar, a amar más despacio, a mirar con el alma y a agradecer, incluso cuando el cielo se nubla. Porque al final, la vida no se trata de entenderla, sino de vivirla, sentirla y dejar que nos transforme una y otra vez.

 

Comentarios

María Porcella dijo…
Leydi Verónica, que bonito siento cuando te leo. Me parece una manera equilibrada de apreciar la vida. No das grandes detalles, y está bien, porque al leerte cada quien puede pensar en lo que para cada uno nos hace llorar o aquello que nos arranca una carcajada. Es refrescante leerte, son pretenciones más allá de compartir el aprecio por la vida tal cual es y también enternecedor encontrar una escritora que inspire para voltear a ver aquellas cosas que nos hacen sentir vivos. Saludos.
GILBERTO MORENO dijo…
Señorita Leydi, usted escribe con un corazón añejo, como si tuviera muchos años y la experiencia de haber vivido, sufrido y amado. Pero que bello es entender que de la vida hay que tomar lo verdaderamente valioso, y lo valioso no tiene que ver con la belleza, los lujos o comodidades, sino con el equilibrio de comprender que todos somos diferentes y que nosotros mismos escogemos y decidimos qué nos hace feliz. Muy ecuánime y esperanzador su escrito Señorita Leydi. Saludos. Su amigo, Gilberto Moreno

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