“Hay poetas que escriben con tinta y luego está Carla Patricia, mejor conocida como Carla Morrison, una poeta que escribe con su voz”
DONDE LA VOZ SE VUELVE POESÍA
Irasema Galindo Villalba
Hay
poetas que escriben con tinta y luego está Carla Patricia, mejor conocida como Carla
Morrison, una poeta que escribe con su voz.
Ella no
necesita papel para dejar huella: para ella es suficiente una guitarra y el
temblor de su garganta.
Carla
es una mujer que no teme mostrarse rota, porque saben que de las grietas nace
la luz.
En cada
verso de cada canción, hay una historia en la que alguien se siente
identificado.
Cuando
canta, no interpreta: sino que siente. Su voz suena a una carta que
nunca se envió, a un abrazo que llegó tarde, a un corazón que aún late, aunque
le duela. Por eso sus letras no sÓlo se oyen, más bien se viven.
Pero, ¿Qué
es sentir? Los sentimientos son ríos invisibles que cruzan nuestro
interior. Alegría que nos eleva, tristeza que nos enseña, miedo que nos protege
y amor que nos conecta. Sentir es vivir, es escuchar el latido del alma y
aprender que cada emoción es parte de nuestra historia.
Los
sentimientos no se pueden medir ni controlar por completo, pero sí se pueden
sentir en cada latido, en cada sonrisa y en cada lágrima. Es una guía, que nos
enseña y nos transforma, desde la alegría más ligera hasta la tristeza más
profunda.
Los
sentimientos son como el viento: invisibles, pero capaces de mover todo a su
paso.
Cuando
escucho a Carla, siento que ella entiende lo que nadie más se digna a decir. Que
cada lágrima que algún día he guardado, cada suspiro de esperanza que he
tenido, cada miedo disfrazado de valentía, ella lo canta y lo convierte en un
momento de desahogo.
Carla,
me recuerda que sentir no es una debilidad, que amar, aunque duela es un acto
de valentía, y que las emociones más frágiles también pueden ser las más
poderosas.
Y
aunque algunos la llamen cantante, en realidad es una poeta disfrazada de
música, una artista de emociones, una voz que transforma el amor, la tristeza y
la esperanza en canciones que parecen escritas justo para uno mismo.
Porque
eso hacen los verdaderos poetas: te recuerdan que sentir sigue siendo un
acto valiente.

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