29 de septiembre, 494 Aniversario de Culiacán
“El capitán general leyó el acta por la que el magnífico señor, don Nuño Beltrán de Guzmán fundaba la villa de San Miguel de Culiacán”
LA FUNDACIÓN DE CULIACÁN
Alfredo Zañudo Mariscal
La
ciudad de Culiacán, capital del estado de Sinaloa, el próximo 29 de septiembre
cumplirá 494 años de su fundación. Pero antes de la llegada de los españoles,
ya existían grupos indígenas en Culiacán. Eran los Tahues, quienes estaban
asentados en la confluencia de los Ríos Humaya y Tamazula. Su actividad
principal se basaba en el cultivo del maíz, frijol, calabaza y algodón. Además
de recolectar frutos silvestres. ¿Cómo fue que se fundó Culiacán? Para ello es
necesario remontarnos a la llegada de los españoles a Sinaloa. En este caso, a
Nuño Beltrán de Guzmán, persona muy soberbia, vanidoso y el más cruel de los
conquistadores. Este personaje, después de colonizar Chametla, avanzó hacia
Culiacán. Pero antes, cerca del Dorado, fundó la villa de San Miguel de Navito.
El
nombre de Culiacán en lengua náhuatl, se deriva de CUL- HUA-CAN: COL-TZIN,
nombre de un dios agrícola; HUA: que tiene CAN: lugar, o sea, lugar de los que
tienen al Dios COLTZIN, o lugar de los Colhuas que son adoradores del Dios
Coltzin. Según lo afirma en su libro el Chicomotoc de Culhuacan el maestro
Jesús Lazcano Ochoa.
El
historiador Antonio Nakayama, describe en la revista Presagio, que un 29 de
septiembre de 1531 Nuño Beltrán de Guzmán fundó la villa de San Miguel de
Culiacán con toda la pompa y el ritual al que eran aficionados los hombres de
esa época. Para ello, en un lugar no lejos del río levantaron una horca y una
cruz. Los indígenas asustados miraban la escena con tristes ojos sin entender
lo que veían.
Don
Antonio Nakayama también narra que, en este evento el sol jugueteaba con las
corazas y rodelas de acero de los soldados españoles. Después apareció un
jinete con un estandarte real de Castilla tachoneado con leones y castilllos.
Enseguida, otro abanderado se presentaba con una deslumbrante imagen de la
virgen María, pintada en una lámina de oro de más de media vara.
Por
último, apareció la escolta personal. Y al final, montado en brioso caballo,
Nuño Beltrán de Guzmán, vistiendo una rica armadura, quien se situó y bajo la
sombra de un árbol, acompañado de sus principales capitanes, y al clamor de las
trompetas indicó que la ceremonia comenzaba. El capitán general leyó el acta
por la que el magnífico señor, don Nuño Beltrán de Guzmán fundaba la villa de
San Miguel de Culiacán. Enseguida señaló los nombres de vecinos y pobladores y
la distribución de solares.
Don
Nuño bajó del caballo y se dirigió al centro de la plazoleta que se había
improvisado. Enseguida realizó una ceremonia ritual en la que cortó hierba con
su espada, apuñaló un tronco del árbol y gritó fuerte contra el que se opusiese
a la posesión del rey.
Posteriormente,
apareció el padre Álvaro Gutiérrez, revestido con los ornamentos litúrgicos
para celebrar una misa al Espíritu Santo y, al finalizar, los vecinos tomaron
posesión de los terrenos que les habían distribuido.
Con las acciones realizadas anteriormente, comenta don Antonio Nakayama que una nueva población había nacido. Y que sería la única de las villas sinaloenses fundadas por Nuño Beltrán de Guzmán que perduraría a través de los siglos.
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Comentarios
Esperemos que haya comentarios sobre este interesante relato.
Saludos, José Manuel Frías Sarmiento
Excelente texto.
Saludos
Es un bonito relato, el que nos acaba de regalar en esta mañana de Otoño, aunque haga calor ya es otoño, mi estacion favorita.
Profe le mando un gran saludo otoñal y como siempre es un gusto leerle en estos festejos literarios de fundación de una bella ciudad que nos representa!!