"29 de septiembre, 494 Aniversario de Culiacán"

“La primera calle formal de esos tiempos se ubica cerca del Río Tamazula. Se llamaba de La Sirena o del Pescado. Actualmente se llama Calle Zaragoza”






LES CAMBIARON EL NOMBRE

 

Alfredo Zañudo Mariscal

 

Esta semana el Ayuntamiento de Culiacán realizará una serie de eventos para festejar el 494 aniversario de la fundación de esta ciudad. Eventos a los cuales se sumarán cientos de culiacanenses que les gusta participar en actividades que sirven de convivencia o bien enlazan a la población culichi.

En el marco de estos festejos, a un servidor le dio por investigar sobre un tema que hace años le ha llamado la atención: en este caso, el nombre de algunas calles y avenidas del centro de Culiacán. ¿Sabían ustedes, amables lectoras y lectores que desde la Independencia de México y hasta los tiempos Porfiriato estas calles tenían otro nombre? 

El licenciado Francisco Verdugo Fálquez, escribió un libro titulado “Las viejas calles de Culiacán”. En éste aporta datos interesantes del nombre de las calles, de establecimientos comerciales, de oficinas del Ayuntamiento y de familias que en ese tiempo habitaban, lo que en sus inicios fue la ciudad de Culiacán, la cual comprendía del centro hasta la Aquiles Serdán por el oriente. Porque más allá estaba la huerta y cultivos de caña de los Redo y la fábrica de azúcar de la Aurora. Y al poniente hasta la calle del Río, cerca de la UAS. En este sentido, las y los invito a viajar mentalmente por estos espacios que, considero más de alguna o alguno de ustedes ya lo ha transitado a pie o en carro. Aclarado el punto, iniciamos.

La primera calle formal de esos tiempos se ubica cerca del Río Tamazula. Se llamaba de La Sirena o del Pescado. Actualmente se llama Calle Zaragoza. El primer nombre posiblemente se debía a su proximidad con el río. El segundo fue debido a una cantina que existió en ese tiempo. En esta calle existieron construcciones modestas hacia el oriente de la ciudad llamadas cuarterías, que eran habitadas por gente humilde que pagaban renta. Además, era la calle típica de las cantinas. Algunas con el nombre de Oso blanco, Cantón del barril azul, El Rey dormido y la Sirena. También en esta calle, en varias de las casas, tenían guitarras, instrumento que utilizaban para dar serenata a las jóvenes y organizar bailes familiares.

En la época más actual, en el cruce que forman la calle Zaragoza y la Avenida Rubí, existió durante muchos años el Mercado Zaragoza, mejor conocido como el MZ. Éste formaba parte de una cadena de supermercado, también tenían otros negocios como mueblerías, zapaterías y venta de materiales para la construcción. No sé si por el apellido de esta familia, de origen español, es que le hayan puesto el nombre que actualmente tiene.  

Paralela a la calle Zaragoza, está la calle General Rafael Buelna, antes conocida como de la Libertad. Comenta el Lic. Francisco Verdugo Fálquez que es la calle más antigua y que la población de Culiacán en ese tiempo se extendía hacia el oriente hasta la calle Aquiles Serdán, en ese tiempo conocida cono calle de la Barranca y hacia el ponente hasta la calle Donato guerra, pegando con la calle del Río que en esa parte había lancheros para cruzar a las personas al otro extremo.

En ese tiempo, por esta calle vivieron familias con apellido, Verdugo, Espinoza Martínez Tellaeches, Vidaurretas y de la Vega, quienes se consideraban de clase, sobre todas las mujeres por su arraigo hispano. También por la calle Zaragoza, cerca de la Avenida José María Morelos vivió de joven Genaro Estrada. quien ocupó varios puestos en el gobierno federal en tiempos de Plutarco Elías Calles. Fue Secretario de Relaciones Exteriores y creador de la Doctrina Estrada. También el General Francisco Cañedo, quien fue gobernador de Sinaloa en tiempos del porfiriato también habitó por esta calle rumbo al estadio universitario.

Asimismo, en el tramo que cruza la Buelna con la Paliza, se encuentra un edificio construido en 1837 y en sus inicios fue casa consistorial (morada del obispo y altos clérigos); después fue residencia oficial y Palacio de los Poderes del Estado. En él se juró el refrendo de la Constitución en 1857. Ocasionalmente, el patio fue utilizado como teatro para presentar zarzuelas y comedias. En 1890 fue remodelado por el arquitecto Luis F. Molina para convertirlo en el Palacio Municipal. Actualmente este edificio es la sede del Museo de Arte de Sinaloa (MASIN) y fue inaugurado el 21 de noviembre de 1991

La siguiente calle paralela a éstas y que nos acerca al centro de la ciudad es la calle Rosales. Primero fue conocida como Calle Principal, debido a que empezaron a construir edificios públicos y particulares como ejemplo de que la ciudad de Culiacán estaba creciendo. Después le cambiaron su nombre a calle de la Tercena porque en este edifico se encontraban los tres conocidos estancos: el de tabaco, el de alcoholes y los naipes, que el gobierno acaparaba para comerciar con ellos.

Pasando la Andrade, rumbo a la Obregón, en una casa que estaba marcada con el número 32 oriente vivió la mayor parte de vida el Dr. Ruperto L. Paliza. Fue director del Colegio Civil Rosales, actualmente Universidad Autónoma de Sinaloa y médico honorífico del Hospital del Carmen. El ayuntamiento de Culiacán para honrar su memoria le dio su nombre a la avenida paralela a la Andrade que anteriormente se llamaba calle de la Independencia.         

En la esquina de la Rosales y Obregón actualmente se encuentra el edificio la Lonja. Antes ahí existía el hotel la Lonja que daba hospedaje al turismo local quienes aprovechaban su estancia visitando la plaza de armas, hoy plazuela Obregón. En este lugar, durante muchos años se celebraron los juegos carnavalescos. En ellos participaban brigadas de los habitantes de diferentes calles, quienes se enfrascaban en una batalla campal, utilizando harina y toda clase de embadurnantes. También este lugar era el espacio de paseo público donde se citaban las parejas de enamorados. La mayoría de la población asistía aquí para visitar la iglesia parroquial que, posteriormente, la construyeron más moderna y cambió su nombre a Catedral de Culiacán.

Más adelante, por la misma calle Rosales rumbo al centro de la ciudad, el arquitecto Luis F. Molina construyó el teatro Apolo por iniciativa del gobernador en turno, el Ingeniero Mariano Martínez de Castro, el cual dio vida artística a la ciudad de Culiacán. Siguiendo nuestro recorrido, en ruta paralela a la calle Rosales se encuentra la calle General Ángel Flores. Anteriormente se llamaba calle del Comercio, porque en su tramo principal se ubicaban establecimientos comerciales.

Paralela a la calle Ángel Flores se encuentra la Miguel Hidalgo, anteriormente se llamaba calle del Refugio. En tiempos antiguos era un camino real por donde llegaban a Culiacán los pobladores de diferentes rancherías a vender sus productos en un lote baldío habilitado como tianguis, donde actualmente se encuentra el Mercado Garmendia. Se le llamó del Refugio por un viejo mesón que servía de hotel y en él se hospedaban las personas que venían con sus recuas, cargadas de mercancía, como metales preciosos que vendían a la Casa de la moneda, o bien otros materiales que servían de consumo para los habitantes de la ciudad. También en la cuadra de la Hidalgo, entre Rubí y Morelos, muchos años existieron bastantes zapaterías. Además, también fue el espacio donde ofrecían sus servicios algunas damas de la vida galante. Por cierto, La Avenida Morelos hace muchos años se llamaba calle del Indio triste.  

La calle Benito Juárez anteriormente se llamaba del Seminario porque en la esquina de Juárez y Escobedo, por la avenida Obregón se encuentra el palacio Municipal. Este edificio fue el Seminario Conciliar y Tridentino de Sonora. Fue construido en 1842 por órdenes del Obispo Lázaro de la Garza y Ballesteros. Después cambió de nombre a Seminario de Sinaloa y con el general Ramón F. Iturbe se cambió a Hospicio Madero que albergó a niños huérfanos por la Revolución.

La avenida Juan Carrasco antes se llamaba de la Constitución, anteriormente eran casas de familias de ricos como la familia Aldama, creadores del ingenio de Navolato, quienes en esta calle tuvieron un local comercial llamado la Torre de Babel

De la avenida Carrasco, caminando hacia el poniente se encuentra la avenida Domingo Rubí. Anteriormente se llamaba el Callejón del oro, debido a que, donde se ubica actualmente la oficina de Correos, se encontraba la “Casa de la moneda”. A ésta llegaban minerales ricos en oro los cuales convertían en monedas para su circulación en el mercado. Sin embargo, al lavar los minerales se desprendían partículas que salían con las aguas negras por los caños de la calle en dirección al malecón para desembocar en el río. Entonces las personas pobres, generalmente mujeres recogían tierra de las aguas negras y lavaban cuidosamente y recogían polvo del preciado metal que guardaban en frascos de vidrio       

El Lic. Francisco Verdugo Fàlquez no describe nada sobre las calles Mariano Escobedo y Cristobal Colón. Pero sí menciona que cuando creció la ciudad nació el boulevard 2 de abril, actualmente Francisco y Madero, así como el servicio de diligencias que servía como medio de trasporte para el norte y sur del estado antes de la llegada del Ferrocarril Sudpacífico.

Comentarios

Estimado Maestro Alfredo, el Blog se siente investigador histórico y cultural con los textos que publicamos con motivo del 494 Aniversario de Culiacán. Hablar del Jardín Botánico, de Catedral, de las calles viejas de Culiacán, de las voces del pueblo en las plazuelas..., hace que además de ser un aliciente a nuestro desarrollo literario, el Blog se convierta en ventana a través de la cual apreciar elementos que nos constituyen como la ciudad que somos.
Felicitaciones. José Manuel Frías Sarmiento
Así es mi estimado Maestro Frías. Es algo muy positivo el que demos a conocer información sobre la linda Perla del Humaya que menciona en su canción de Culiacán Enrique Sánchez Alonso, conocido como el Negrumo. Información que tal vez no conocían las y los lectores del blog. Y ojalá ésta sea de su interés. Saludos cordiales.
Ian Báez dijo…
Maestro Alfredo, es un gusto como siempre leerlo en el blog. Como joven culichi, me parece muy interesante leer y escuchar sobre los grandes cambios que ha sufrido la ciudad, en especial las calles, caminos que tomamos todos los días, y bastantes personas ni siquiera conocen a los personajes que tienen por nombre. Ese libro "Las viejas calles de Culiacán" lo acabo de tomar prestado de la casa de mi bisabuela, junto con otros títulos como "Crónicas de Culiacán" y "Narraciones de Piaztla", títulos que contienen mucha rica historia de la ciudad.
Marité Ibarra dijo…
Profe Alfredo que interesante texto sobre los.antiguos nombres de las.calles de Culiacan. Realmente yo desconocía esta historia detrás de las calles Culiacanenses, sé que se les.cambia el.nombre pero vivía en ignorancia al.respecto.
Muchas felicidades por ilustrarnos y aportar algo de rica historia.
Le mando un gran saludo mi compañero parrandero.
Gracias maestro Alfredo por ilustrarnos con esta información muchas veces desconocida por la mayoría de la gente, y aunque andamos de arriba para abajo, pocas veces nos detenemos a investigar la historia de los nombres de las calles que a diario transitamos.
Saludos
Anónimo dijo…
Gracias por tu comentario mi estimado Ian. Sin duda, hay grandes retazos de la vida de la ciudad de Culiacán ocultos en sus calles, en los personajes que habitaron por ahí, y en algunos edificios históricos que afortunadamente aún están en pie. Saludos afectuosos.
Una disculpa Ian, porque mi comentario se fue como persona anónima.
GILBERTO MORENO dijo…
Que viaje tan fascinante a la historia de nuestra ciudad. Recuerdo a mi abuelo paterno contarnos historias de cuando venían de la sierra de Durango con mulas cargadas de miel, cueros de vaca, y otros productos, por el "camino real" que pasaba por la colonia El Barrio, y llegaban a la ciudad. Muy interesante el tema de los nombres de las calles, jamás me lo hubiese imaginado. Saludos Maestro Alfredo. Su amigo Gilberto Moreno
Muchas gracias por darte un tiempo para leer y comentar este texto mi estimada Marité, compañera de parranda literaria. Sin duda Culiacán es una ciudad con mucha historia y sus calles son nada más una parte de ésta. Hay más contenido de la ciudad que otros miembros del blog están dando a conocer. Saludos cordiales
Muchas gracias por leer y darse un tiempo para comentar mi estimado maestro Julio. Tiene usted razón en el sentido de la investigación que debemos de hacer como parte de nuestra historia. Porque también me ha tocado conversar con docentes, que poco o casi conocen del nombre que lleva su centro de trabajo, aunque éste sea de un personaje histórico. Saludos afectuosos.
Muchas gracias por su comentario mi estimado amigo Gilberto. Sería interesante que alguna vez nos narrara aquí en el blog algunas de las historias de su abuelo. Saludos afectuosos.

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