“Hoy sólo quiero decirte: gracias, papá. Por lo que fuiste, por lo que sembraste, por lo que aún me inspira”





 

A TI, PAPÁ

 

 Esmeralda Zazueta Campos

 

Han pasado casi diez años desde que te fuiste…

y aún así,

no hay junio ni julio que no me apriete el alma.

 

La vida ha seguido.

He crecido,

he cambiado,

he aprendido a sonreír de nuevo.

 

Pero tú sigues aquí,

en los espacios que nadie ve,

en los silencios donde solo tú y yo cabemos.

 

Fuiste mi primer amor,

mi primer abrazo seguro,

la voz que aún me acompaña

aunque ya no suene.

 

No estoy triste, papá.

Estoy llena.

 

Llena de recuerdos que me sostienen,

de enseñanzas que no se olvidan,

de frases que ya no escucho…

pero hoy más que nunca entiendo.

 

Soy mamá.

Soy estudiante.

Soy trabajadora.

Soy mujer.

 

Y en medio de todo eso,

a veces me detengo

y me imagino cómo habría sido tenerte aquí.

 

Me gustaría tanto que vieras

en lo que me he convertido.

Que supieras

lo lejos que he llegado…

aunque aún me falta mucho por alcanzar.

 

Te fuiste justo antes de saber

que iba a ser mamá…

y a veces creo

que eso no fue casualidad.

 

Porque veo en mi hijo parte de ti:

una mirada,

una expresión,

una forma de amar.

 

Y aunque no necesito

un Día del Padre para recordarte,

te pienso todo el año:

en mis logros,

en mis tropiezos,

en esos días

donde solo un consejo tuyo bastaría.

 

Hoy solo quiero decirte:

gracias, papá.

 

Por lo que fuiste,

por lo que sembraste,

por lo que aún me inspira.

 

Porque el amor que toca el alma,

jamás se borra.

 

Comentarios

María Porcella dijo…
Querida Esmeralda, que bien le salió este poema. Me identifico con lo que dice y siente. También mi padre murió más de veinte años. Fíjese que entre más tiempo pasa, más orfandad siento. Como si la vida en lugar de hacerme más resistente a su ausencia, más lo extraño. Quizá es que apenas empiezo a comprenderlo. Ahora podríamos tener las pláticas que nunca tuvimos. Convivir de la forma en la que no pudimos cuando él estaba vivo. Pero, aún así se puede seguir, como dice usted, llena de todo lo que han dejado en nuestra vida. Saludos.
Anónimo dijo…
Querida profesora María. Gracias por leer mi poema y por compartir algo tan personal. Me conmovió mucho lo que escribió… eso de que con el tiempo la orfandad se siente más, lo sentí muy cercano. Porque aunque ya no estén físicamente, de alguna forma siguen presentes en lo que hacemos, en lo que pensamos y hasta en lo que callamos. Gracias por su comentario tan bonito. Me dio gusto sentirme comprendida.
Le mando un abrazo con cariño.
Esmeralda 🌷
Marité Ibarra dijo…
Esmeralda qué sentido el poema al padre ausente. Un papá que no está pero que a la.vez sí está con los recuerdos y vivencias que él dejó.
Disfruta tu momento de madre, y esas características que tiene tu hijo de su abuelo que no conoció pero que él refleja, qué hermoso!!
Ojalá nos sigamos leyendo más seguido Esmeralda.
Te mando un gran abrazo.
Anónimo dijo…
Compañera Zazueta muy llegador su poema, a los que ya no tenemos papá parece que usted lo escribió para nosotros, y efectivamente, se mueren pero no se mueren, están siempre presentes, lf envío una felicitación y un abrazo afectuoso desde Los Mochis
GILBERTO MORENO dijo…
Imposible no sentir un nudo en la garganta al leer este poema tan bello y lleno de amor. Se siente cada frase. Saludos, su amigo Gilberto Moreno

Entradas más populares de este blog