“El más grande temor de un pequeño arete es caer al suelo y finalmente quedar en el olvido”






 

CUANDO UN ARETE SE VA…

 

Marité Ibarra

 

Cuando un arete se cae al piso, debe ser buscado inmediatamente. Él, lo menos que desea es ser perdido, quisiera hablar y gritar ¡Aquí estoy! ¡Por favor encuéntrame!

Por eso al caerse brincan y brincan haciendo un sutil sonido avisando así dónde pudieran quedar al final, pues ellos saben que después del paso del tiempo pueden acabar perdidos para siempre y saben perfectamente que al igual que un zapato sin par, merece ser desechado, un arete perdido también…

El arete luce en la mujer, en la forma extraña de la oreja. Las orejas son receptoras del sonido, cumplen con un importante trabajo y el adorno ideal, es un precioso arete, aquel que le dé feminidad y coquetería a la oreja de una linda mujercita. Los pendientes son adornos elegantes y encantadores, el aderezo en el arreglo personal cotidiano de las bellas damas. Una oreja sin aretes, es como una oreja desnuda, sin brillo alguno.

Por eso El más grande temor de un pequeño arete es caer al suelo y finalmente quedar en el olvido, quizá sea arrastrado al reino de las pelusas, donde será enmarañado y encapsulado  en la fría oscuridad de los recovecos más recónditos de una recámara, sala, o cualquier otro lugar dónde se extravíe, o quizá sea absorbido por la quinta dimensión donde se encuentran todos objetos perdidos (así como los calcetines que extrañamente la lavadora devora) flotando en el mundo cuántico, un lugar donde nadie quisiera estar perdido, pues entrando ahí ya no hay retorno alguno.

Así que si tú pierdes un arete ¡encuéntralo lo más pronto posible! no seas irresponsable y dale su par al otro arete que espera ansiosamente a su compañero, pues desean estar juntos por mucho tiempo adornando ese par de orejas que divinamente se nos regaló.

Comentarios

Marité Ibarra dijo…
Buenos días a todos compañeros!! En esta linda mañana de domingo aquí seguimos reportándonos gracias al profesor Frías, al cual agradezco infinitamente la publicación de mis textos.
Los aretes en particular son mi adorno favorito siempre lo han sido.
Hace tiempo se me cayó un arete en una escuela en la que estaba haciendo mi primer interinato y fui a buscarlo el fin de semana, me brinqué la.barda escolar pero finalmente lo encontré, era un arete que una tía muy querida me había regalado así que los atesoraba mucho pero finalmente los perdí el día que me robaron muchas cosas personales en mi casa hasta unas zapatillas doradas.
Esa vez me quedé sin nada de joyería, desnudas estaban mis orejas, así que volví a comprar más y más aretes pero aún recuerdo aquellos aretes que tanto añoro porque ya tenían mucha historia, el que te roben algo o pierdas algo que atesoras es realmente horrible.
Este texto quizá no lo entiendan muy bien nuestros compañeros lectores varones que a los aretes no le dan importancia pero quizá lo entiendan sus novias o esposas.
Aun así me da mucho gusto saludarlos, deseándoles un delicioso día (título de un texto que acabo de escribir) a todos!!!
Saludos!!!
Marité, las pequeñas cosas, con grandes significados, alimentan ilusiones y despiertan apegos en las personas, como en tu caso sucede con los aretes que, ya te habrás percatado, ahora también los hombres los presumen en sus perforadas orejas, como antes los egipcios.
Saludos, José Manuel Frías Sarmiento
Marité Ibarra dijo…
Es cierto profesor, las cosas se atesoran por diversos motivos, y los hombres también se perforan y se maquillan!!! No se quieren quedar atrás!!! Gracias por comentar!! Saludos grandes a usted también!!
Tu texto del arete, me hizo recordar mi estimada Marité mi primer anillo de graduación, cuando egresé de la Escuela Normal de Sinaloa. Porque logré comprarlo con muchos esfuerzos y sacrificios económicos. Y todo para que en la primeras vacaciones que salí con la familia entrarán a mi casa y me lo robaran. También coincido contigo en la importancia del arete para las mujeres. Por ejemplo, para mí mujer tienen que ser coquetas. Y son de oro mucho mejor. Saludos cordiales.
Marité Ibarra dijo…
Profe Alfredo que pena siento que haya perdido de esa manera su anillo de graduación, lo entiendo perfectamente porque en mi casa tambien se metieron a robar, y toda mi joyería se llevaron.
Yo recuerdo que anhelaba un anillo de graduación pero no pude comprármelo y hasta la.fecha no tengo, ya ni modo, lo que no se compró en su momento difícilmente se lo compra uno después.
Profe mucha gracias por estar presente con su comentario, usted que también es mi compañero de parranda literaria!!!
Le mando un gran abrazo.
Anónimo dijo…
Marité! Jamás se me ocurriría que alguien escribiera sobre un arete, y de ese mundo cuántico de las cosas perdidas! Aunque parezca imposible, mi mujercilla (esposa) ha logrado que yo pueda entrar a ese mundo en buscado de sus aretes y mariposaa pérdidas más a la fuerza qué de buena gana, pero todo sea por esas orejitas coqueteas!
Marité Ibarra dijo…
Eso es muy importante estimado lector que cuando se le pida ayuda en buscar un arete perdido lo haga y mejor de buena gana.
Me gustó mucho su comentario y se lo agradezco mucho.
Le mando un gran saludo!!
El adorno de metal o de plástico es el ¡Plus! El extra de la belleza por su significado…

Saludos cordiales Marite Ibarra
Marité Ibarra dijo…
Tú si sabes María Luisa!!! Gracias por comentar.
También te mando muchos saludos compañera y un fuerte abrazo!!!
Buen día a todos, estimada Marité, cuando nosotros los hombres destapamos algo que contengan tornillos, indudablemente se nos va a caer más de uno y muchas veces nunca los encontramos, se van al mundo cuántico donde terminan muchas de las cosas que se nos extravían; y por supuesto también he presenciado la pérdida de aretes o del seguro de los aretes y como cosa del más puro conjuro de Harry Potter, es imposible volverlos a encontrar.
Muy entretenido el texto compañera.
Saludos
Marité Ibarra dijo…
Me encantó tu comentario Julio, es cierto, los hombres tienen otras cosas de interés que también se les pierde como los tornillos o clavos o pijas o yo que sé...y nunca vuelven a aparecer como si fueran absorbidos por una fuerza extraña o algo así.!!!
Muchas gracias por comentar amigo y por estar presente con tus observaciones, eso nos retroalimenta mucho!!
Seguimos en contacto!!
GILBERTO MORENO dijo…
Ya extrañaba un relato suyo mi amigo de parrandas literarias. Un arete sin pareja solo es un rebelde desorientado que podría adornar alguna oreja descarriada. No hay nada mas olvidado e inútil que un arete sin pareja. A veces asi nos sentimos los seres humanos, sin su mitad, sin su media naranja, sin su complemento diría la cantante Fey. Saludos amiga Marité, abrazo a la distancia. Tu amigo Gilberto Moreno.
María Porcella dijo…
Marité no cabe duda de la maravillosa abertura que la narrativa tiene escribir de cualquier cosa como tú y Mía nos los vienen a demostrar con el arete y la chancla. Admiro profundamente esa manera de gozar la escritura, porque para mí casi siempre es un escape de una realidad que a veces me sacude por exclusión o por una torpe inclusión en un mundo que para bien o para mal nunca deja de sorprenderme.
Marité Ibarra dijo…
Muchas gracias mi buen Gilberto, me gusta su comentario sobre el arete rebelde desorientado, no hubiera pensado en eso y la comparariva sobre el complemento, la media naranja como bien Fey lo menciona. Muchas gracias por sus contribuciones y sus palabras bien atinadas mi compañero.
Seguimos leyéndonos amigo Gilberto!!
Saludos enormes!!
Marité Ibarra dijo…
Sabes María? Generalmente yo me río mucho cuando escribo, disfruto mucho hacerlo, a veces escribo cada cosa que ni sé porqué lo hago, pero es muy emocionante sentarse a escribir y que las ideas bailen en tu mente.
Y me gusta mucho leerlos a todos ustedes porque es indagar en otra cabeza, en otros pensamientos, ordenan distinto sus ideas y eso también me gusta mucho.
Gracias por leerme y comentar!!
Te mando un gran abrazo!!!

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