“Actualmente, siento que hay una especie de vacío, en lo que respecta a promocionar el desarrollo de algunas artes y en el fomento de la lectura y escritura”



 



UN APOYO EN LA DOCENCIA

 

Alfredo Zañudo Mariscal

 

De pronto llegan, desde los más recóndito de mi mente algunos pensamientos relacionados con cierta actividad que practiqué a veces, durante mi paso por la escuela primaria Ignacio Zaragoza, cuando había que participar en los homenajes que creo que ahora les llaman lunes cívicos. En ese tiempo no existían los maestros de Educación artística, pero las maestras de grupo eran las encargadas de enseñarnos alguna poesía o bien algún corito relacionados con personajes históricos.

En este sentido, mis escasas neuronas aún recuerdan y traen a colación lo que aprendí de memoria en ese tiempo en ese nivel educativo. Recuerdo que en primer año la maestra Irma me enseñó una poesía muy cortita cuya letra era así:

Banderita banderita / Banderita tricolor / A tu lado yo me siento/ Con orgullo y con amor. 

En segundo grado la maestra Chayito, así le decíamos de cariño por ser la maestra más longeva y oriunda de Culiacancito, nos enseñó un corito sobre Don Benito Juárez

El cual decía así: / Don Benito Juárez/, que nació en Guelatao/, un pueblito de Oaxaca/, una gloria de nuestra nación. /Indio Zapoteca/, huerfanito a los 4 años/, que estudió para licenciado/, con inmensa vocación/. Nació el 21 de marzo del año de gracia de 806/, murió el 18 de julio de 1872/. Recordemos porque es suya esa frase  inmortal/ el respeto al derecho ajeno es la paz/, es la paz/.

En cuarto grado el maestro Adelaido nos enseñó una poesía sobre los niños héroes. Aún recuerdo que decía lo siguiente: /Los otros eran fuertes/, pero nosotros no teníamos más fuerza que nuestro corazón/. Vinieron el Alcazar los fuertes a asaltar/ ahí no hay más que niños/ ¿quién los defenderá? / Los niños los defienden más hay/, tampoco son/ y luchan por millares/ y van cayendo en flor/. Sus labios juveniles sonríen al partir/. Que importa partir joven/ cuando se parte así? / Envueltos en la santa bandera tricolor/desplómense graciosos como un antiguo dios/. Divinos héroes niños la patria es inmortal/. Por eso nuestros nombres, por siempre vivirán/.

En quinto año el maestro Millán nos puso a ensayar una obra de teatro relacionada con un bastón. Ya no recuerdo el contenido, nada más el final. Era una obra un tanto cómica y se trataba de un señor vestido con traje de levita y sombrero que pertenecía a la alta sociedad y que había perdido su bastón. Sus empleados le daban toda clase de pretextos por no poder encontrarlo. Después de haberlo recuperado le preguntaron que si para qué lo quiere. A lo que el patrón enojado les responde: para romperlo en vuestras costillas atolondrados.

En sexto grado con la maestra Artemisa nos solicitó que escribiéramos el poema de Juan Dios Peza titulado fusiles y muñecas y quien se lo aprendiera y lo recitara mejor iba a participar en un homenaje. Le tocó a una compañera declamarlo y me gustó mucho porque lo hicieron como un cuadro realista donde al mismo tiempo que lo declamaba aparecían una niña y un niño de primero y segundo quienes representaban a Juan y Margot jugando el niño con un fusil y un palo de madera y ella con una muñeca entre sus brazos. Algo que recuerdo de este poema es: Juan y Margot dos ángeles hermanos/ que embellecen mi hogar con sus cariños/, se entretienen en juegos tan humanos/ que parecen personas desde niños. Mientas Juan de tres años es soldado/ y monta una caña endeble y hueca/ besa Margot con labios de granado/ los labios de cartón de su muñeca. /Oh, mis hijos, no quiera la fortuna /turbar jamás vuestra inocente calma. /No dejéis esa espada y esa cuna, / cuando son de verdad matan el alma.

Ya estando en secundaria, me tocó participar en una obra de teatro llamada Los sordos. Asimismo, con el poema del brindis del bohemio del poeta mexicano Guillermo Aguirre y Fierro. Lo dramatizamos 6 compañeros. A un servidor le tocó representar a Arturo, quien participa al final con el papel más largo en el contenido del poema, ya que los demás bohemios brindan por la patria, por las flores y por las mujeres con las tuvieron amoríos. En cambio, Arturo brinda por su madre, y lo hace con tal sentimiento que puede llegar hasta el alma de quienes lo escuchan.

Posteriormente entré a estudiar en la Escuela Normal de Sinaloa, aquí la maestra Rosario Guzmán, quien nos daba clases con la materia de español, solicitó que nos aprendiéramos la poesía Alcancía de romances del poeta sinaloense Alejandro Hernández Tyler. La ensayamos como poesía coral.

Pues bien, mis amables lectores, en mis primeros años como maestro rural tuve que echar mano de esta herramienta para salir adelante, sobre todo en los festivales de fin de cursos, ya que carecía de otras habilidades, por ejemplo, para la danza. Para ello recuerdo que en mi primer año de servicio compré dos libros. Uno llamado recitaciones patrióticas selectas y el otro de los 100 poemas selectos.

En ese tiempo leí los poemas de Por qué me quité del vicio de Carlos Rivas Larrauri. Los motivos del lobo de Rubén Darío, En paz de Amado Nervo y Reir llorando, la Chacha Micaila, el Cristo de mi cabecera y escribirme una carta señor cura. De los cuales me tocó participar con algunos en los festivales. 

Un servidor nunca se capacitó para declamar, tampoco para participar en poesías y en obras de teatro. Sin embargo, le ponía alma, corazón y vida a lo que hacía con tal de promover el arte y quedar bien ante los padres de familia. Recuerdo que Mónica una egresada de una escuela de organización completa de Villa Ángel Flores, mejor conocida como la Palma, fue a la primaria a darme las gracias, por el apoyo brindado en sexto año ya que gracias mis consejos ganó el segundo lugar en declamación en la escuela secundaria.

Muchos años después, como asesor de Upes, en una ocasión me invitó el compañero Sidartha a participar en una obra de teatro relacionada con la independencia de México. Recuerdo que personifiqué al capitán Juan Aldama y Aristeo un alumno que también escribió en este blog, se vistió y personificó al cura Miguel Hidalgo. Fue una obra bien aplaudida porque se escenificó el acto como si fueran los tiempos de la colonia, también porque participaron asesores y alumnos con un objetivo común: el de quedar bien ante nuestras autoridades educativas y ante el público asistente.

Al siguiente año, antes de que llegara el aniversario de la Upes, le comenté al maestro Sidartha que estaba creando un poema, tomado como referente la métrica y el ritmo del poema Alcancía de Romances de Alejandro Hernández Tyler y que podíamos representarlo en el evento si se festejaba un aniversario más de la Upes. Que podíamos hacerlo como poesía coral, ya que tenía cierta experiencia que había adquirido en la Normal. Le pareció bien la idea e invitamos a otros docentes a participar para conocer su contenido y hacerle algunas adecuaciones si lo consideraban necesario. Recuerdo que Zulma, quien también ha escrito en este blog se unió a esta noble causa. 

Las reuniones y los ensayos logaron su cometido y lo presentamos en el evento. Recuerdo que me comentó el maestro Sidartha que la Dra. Alma Hortencia lo felicitó por esta participación. Él le dijo que el crédito era de un servidor quien aportó la mayor parte en cuanto a los sucesos que en el poema fueron narrándose.

Actualmente, siento que hay una especie de vacío en la Upes, en lo que respecta a promocionar en el alumnado el desarrollo de algunas artes y en el fomento de la lectura y escritura. Si bien es cierto que se está cumpliendo con las tres tareas sustantivas de la universidad: investigación, docencia y cultura. Pero ésta última, desde el punto de vista de un servidor, no solamente debe concretarse a la publicación de libros y conferencias sobre temas educativos. Debe haber un proceso sistemático, donde se aborden, como temas transversales de los programas de estudio, de las diferentes licenciaturas, el teatro, la poesía, la danza y el hábito de lectura y escritura.

Considero que, de esa manera se estarán fortaleciendo en el alumnado, sobre todo de la Licenciatura en Educación, habilidades que van a fortalecer el enfoque humanista de la Nueva Escuela Mexicana, la cual, en el programa de estudio describe dos de los siete ejes articuladores que tienen estrecha relación con lo dicho enunciado anteriormente. Éstos son Apropiación de las culturas a través de la lectura y la escritura y Artes y experiencias estéticas. De esta manera, probablemente los egresados tendrán un apoyo más, en el campo educativo. Ya que la opción más viable que tienen, para incorporarse en el mercado de trabajo es la docencia.  

Comentarios

Estimado Maestro Alfredo, tu texto me llevó, como en cápsula del tiempo, hacia el pasado de mi niñez escolar en las escuelas Rurales Federales, “Naciones Unidas”, en El Aguaje y “Niños Héroes de Chapultepec”, en La Campana. En la primera, el profesor José Navia Hernández, un joven entusiasta por la cultura, nos enseñó Declamación, Oratoria, Teatro, Danza, Pintura, a trabajar figuras en yeso, cartón y papel, además de las clases normales.
En La Campana, el Profesor Rosendo Noriega Valdez, reafirmó mi gusto por la poesía y la declamación, que luego continué con la Maestra Socorro Astol en la secundaria, en la ETI 23, la que estaba en el Tec de Culiacán.
Tienes razón, antes los profesores de la Normal, con apenas 18 años y poca escolaridad académica, salían mejor preparados en lo cultural y con más pasión y elementos artísticos para transformar a los alumnos de los ranchos a los que iban a enseñar de verdad.
Hoy, con pena y tristeza, observamos que, a casi nadie, en las escuelas, del nivel que fuere, le importa la Educación Artística, por más que en los discursos se le evoque y enaltezca.
Saludos y gracias por los recuerdos. Tu amigo, José Manuel Frías Sarmiento
Marité Ibarra dijo…
Buenos días a todos!!! Profe Alfredo qué bonitos recuerdos guarda usted y aparte nos los comparte con nosotros.
Además tiene una buena trayectoria en el campo de la oratoria y declamación, me gustaría algún día verlo proclamar.
Recuerdo las poesías corales en la secundaria, a mí mi maestra Yadira, la de Espalol, me invitaba mucho a participar pero yo en aquel entonces era muy tímida, además no me sentía capaz de estar ahí no se porqué pensaba eso. Pero me encantaba ver esas poesías, cuando caminaban y se movían eso me fascinaba, pero yo solo era espectadora.
Qué bueno que usted disfrutó esos momentos.
Gracias por compartir esos detalles de su vida y por la reflexión con la cual concuerdo totalmente con usted, ya no hay esos momentos ni espacios para fomentar esos recursos tan importantes en la formación de los niños y jóvenes.
Le mando un gran abrazo. Seguimos en contacto literario!!
Saludos!!
Así es maestro Frías, coincido con usted en que antes hacíamos diversas actividades en las escuelas, además de dar clases, con las cuales se pretendían adentrar a niñas, niños y jóvenes en el arte y en el aspecto cultural. Siento que que nos falta fomentar esa parte. Saludos cordiales.
Muchas gracias por darte un tiempo para leer y comentar este texto Marité. Me gustaba mucho hacer esta actividad sin tener capacitación alguna, pero que me sirvió para salir adelante y quedar bien ante madres y padre de familia de las comunidades rurales en las que inicié como docente. Y hoy, que ya pasaron 45 años de esto aún recuerdo varias estrofas del brindis del bohemio. Saludos cordiales.
Posdata. Me disculpo por no comentarte el texto del Río de los Remedios. Lo leí y como estaba ocupado en una actividad que aun no termino pensé en hacerlo después y se me olvidó.
Marité Ibarra dijo…
Así es usted me hizo falta!! Pero entiendo que a veces a uno se le pasa. Pero en cualquier momento lo puede hacer, nunca es tarde para una opinión o un sentir.
Le agradezco su sinceridad!!
Saludos!!
Maestro Zañudo, también me hizo recordar cuando en primaria se formaban los coros vocales (no recuerdo si así se les llamaba) para recitar poesías en concursos, siempre no daban danza como una materia para participar en festivales escolares. Esa formación era constante, yo siempre participé en el grupo de danza, lo cual continué hasta la preparatoria.
Son recuerdos que nos comparte y concuerdo con usted que esa formación se ha ido reduciendo.
Saludos.
Anónimo dijo…
Excelente su escrito maestro Zañudo, puede leerse éste desde varias aristas, destaco dos: la referencia a la Escuela Normal de Sinaloa con la inolvidable mentora María del Rosario Guzmán Grave, y el reclamo o denuncia que realiza respecto a actividades que hemos olvidado como parte de la formación intergral de nuestros estudiantes. Leí también con agrado sus experiencias como mentor rural, son ricas en detalles. Le mando un abarzo fuerte desde Los Mochis Sinaloa.
Así es mi estimado maestro Julio. Son recuerdos muy emotivos que nos permitieron momentos de felicidad durante nuestra infancia. Y qué bueno que haya continuado con la práctica de la danza durante su juventud. Saludos cordiales.
Muchas gracias Dr. Adán por darse un tiempo para leer y comentar este texto el cual, al momento de escribirlo me trajo gratos recuerdos. Ojalá y pudiéramos darnos un poco de nuestro tiempo para intentar contagiar a nuestros estudiantes en actividades relacionadas con la educación artística para que sea, como usted bien lo externa parte de su formación integral. Saludos cordiales.
María Porcella dijo…
Querido maestro Zañudo, usted es un conocer de la historia y tiene un gran acervo cultural en esa mente brillante. Me identifico con su historia porque los maestros de primaria y de secundaria fueron quienes inculcaron en mí un acercamiento a las artes y a las artesanías. Mi maestra Gloria de primer año de primaria nos enseñó muchas canciones, una de ellas patriótica que no le he vuelto a escuchar a nadie, más o menos decía: Septiembre mes de la patria, con gusto te veo llegar, ya todas nuestras glorias nos vienes a recordar, al sonar de los clarines y al redoble de los tambores. Sin contar que allí era yo una patriótica empedernida a la hora del homenaje se me enchinaba la piel con el Se levanta en el hasta mi bandera. Incluso los timbrados para hacer la fila de entrada, salir y entrar a recreo y la hora de la salida era la inolvidabla Marcha de Zacatecas. Aprendí varias manualidades, entre ellas deshilar tela para hacer rebozos, algo que fue útil tiempo después. En la secundaria declamé, toqué la flauta y bailé gracias a mis maestros y maestras. La hermosa y guapona maestra de español me adentró en el mundo de la poesía. Recuerdo que hizo que todo el grupo memorizáramos Ojos claros, serenos, de Gutierre de Cetina. En la prepa me salvaron las clases del maestro Enrique para encontrar nuevos horizontes literarios.
GILBERTO MORENO dijo…
Buenas tardes compañeros y amigos de lectura, el Maestro Alfredo nos hace viajar al pasado con estas remembranzas de su estadía en las aulas, a lo cual nos hace recordar con nostalgias mas alegres que tristes, nuestro paso por aquellos salones en tiempos que no había aires acondicionados, y abanicos de techo que bailaban y zumbaban sobre nuestras cabezas, con ese olor a lápiz y goma de borrar. Los recuerdos y las enseñanzas de maestros y maestras que fueron muchas veces padres y madres, consejeros y amigos. Educadores comprometidos con inculcar mucha mas que letras y números, valores, respeto, armonía. Eran otros tiempos, otros modelos, a los cuales deberíamos replicar. Saludos. Su amigo Gilberto Moreno.
Maestro Alfredo, lo que expresa al final sobre el vacío en cultura estética y literaria en Universidades está puesta; sigo insistiendo que empujar con fuerza nos lleva al descontento de observar que hay otro interés “(-)” pero hacer lo que cree que es bueno y le satisface, que el otro guste de ello.

Traer recuerdos bonitos y el reflexionar las diferencias de maestros hoy día.

Saludos

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