La alfabetización no fue sólo una habilidad técnica, sino un acto simbólico de un país que se forjaba a sí mismo a través de las palabras”
LA VOZ SILENCIADA DE UN CUADERNO
En las escuelas de Primeras Letras en la
Ciudad de México (1786-1867)
Imaginen
por un momento que son un cuaderno, una herramienta que parece tan simple pero
que, en realidad, ha sido testigo de momentos cruciales de la historia. Este
cuaderno, en particular, es uno de los más usados en las Escuelas de Primeras Letras.
No sólo lo eres un objeto de papel, eres parte de un proceso de aprendizaje, de
un cambio en la forma que se educaba a la gente en un país en transformación, a
través de tus páginas los niños no sólo aprendían escribir y a leer, sino
también a pensar, mientras México experimentaba un periodo de cambios que
abarcaba desde la Colonia hasta los inicios de la Independencia.
Este
cuaderno, a lo largo de su existencia, ha sido testigo del murmullo de las
letras que marcaron el comienzo de una nueva era del país, mientras las aulas
de la Ciudad de México se llenaban de niños que querían aprender.
Las Escuelas de Primeras Letras no sólo fueron el lugar donde los niños aprendieron a escribir su nombre, sino también el espacio donde las primeras nociones de un México nuevo comenzaron a tomar forma; la alfabetización no fue sólo una habilidad técnica, sino un acto simbólico de un país que se forjaba a sí mismo a través de las palabras.
El origen del Cuaderno
Al principio eres un cuaderno sencillo, con tapas de cartón y hojas recicladas, en las Escuelas de Primeras Letras tu misión era ayudar a los niños a aprender a escribir sus primeras letras y formar palabras; tu existencia, aunque se escuche sencilla, es fundamental. En ese momento, la educación era fuertemente dominada por la iglesia y a través de tus páginas los niños aprenden más que sólo leer y escribir, absorben valores y enseñanzas propias de la época colonial. Los textos religiosos son la base de tu contenido, tus páginas se llenan de palabras que refuerzan la moral y el orden social.
Cambios en la Educación
Con el
paso de los años, la educación en México continúa transformándose, el Sistema Educativo
comienza a volverse más laico y accesible. En las Escuelas de Primeras Letras,
aunque se siguen enseñando los fundamentos de la escritura y la lectura,
también empieza a notarse un cambio, el gobierno busca centralizar la educación
y crear un sistema más estandarizado; la educación comienza a extenderse más
allá de las clases altas y los niños de diferentes clases sociales, algunos de
clase baja o medias, también tienen la oportunidad de acceder a un cuaderno
como tú.
Sin embargo, te das cuenta de que persisten muchas desigualdades, no todos los niños tienen acceso a un cuaderno, ya sea por la pobreza o por la falta de infraestructura educativa adecuada; aunque las reformas educativas continúan avanzando, las brechas sociales siguen afectando a la mayoría. En tu interior, se guardan no sólo las primeras letras, sino también los recuerdos.
El desgaste (1867)
Hacia
el final de este periodo, te encuentras más desgastado y cansado, las páginas
de tu cuaderno están llenas de palabras, números y recuerdos de los niños que
te utilizaron; aunque ya no eres el cuaderno nuevo y reluciente que alguna vez
fuiste, tu valor sigue siendo profundo.
Tu
contenido es mucho más que un simple papel y tinta, has sido parte de la
formación de generaciones de mexicanos que aprendieron a leer y a escribir,
habilidades esenciales para la vida adulta.
A pesar
de que fuiste reemplazado por otros cuadernos y métodos de enseñanza más
modernos, la huella de lo que has representado permanece en la historia de la
alfabetización del país; como cuaderno fuiste testigo del nacimiento de una
noción que, a través de las palabras y la educación, buscaba su identidad.
Así
que, aunque seas un cuaderno y no tengas voz, has jugado un papel fundamental en
la educación de México; a través de ti, las generaciones de los niños de la
Ciudad de México no sólo aprendieron a leer y a escribir, sino que también
fueron parte de una transformación social, cultural y política.
A través de tus páginas los ecos de una nación en construcción fueron impresos y resuenan todavía; aunque no puedes hablar, tu historia es la Historia de un País que está en constante cambio, buscando un futuro mejor a través de la educación, al final, más de allá de ser un simple objeto, eres un testigo y un instrumento clave en ese proceso de cambio.
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