Problemas en el aprendizaje escolar
“Lo que no se dice, lo que se deja pasar, lo que se minimiza, termina por convertirse en una barrera invisible que pesa más de lo que creemos”
APRENDIZAJE
INTERRUMPIDO
Jazmín
Guadalupe Hernández Miranda
A veces, en los lugares más comunes, la vida nos
pone de frente cosas que hemos normalizado tanto que ni nos detenemos a
cuestionarlas. Como en ocasiones que estoy cuidando la tienda, cuando llegó un
niño de unos diez años, que he visto varias veces. Siempre con la misma forma
de hablar entrecortada, con palabras que parecen a medias, frases que no
terminan de armarse bien. Y siempre con los mismos padres, que nunca parecen
notarlo, o si lo hacen, simplemente lo dejan pasar. Pidió algo, pero yo no lo entendí
a la primera. Hizo el esfuerzo por repetirlo, pero tampoco esta vez me quedó
claro. Su madre, sin mirarlo siquiera, lo interrumpió con fastidio: “Ay, ya
dame eso, yo le digo.” Y así, como si fuera un trámite cualquiera, se acabó el
intento del niño por expresarse. No pude evitar pensar en cuántas veces esa
escena se habrá repetido en su vida. Cuántas veces lo habrán interrumpido,
cuántas veces lo habrán dejado sin espacio para intentarlo, sin nadie que le
ayude a mejorar su forma de hablar. ¿Será que no se han dado cuenta? ¿O
simplemente lo ven como algo sin importancia?
Lo que no se dice, lo que se deja pasar, lo que se
minimiza, termina por convertirse en una barrera invisible que pesa más de lo
que creemos. En el texto que leí sobre dificultades de aprendizaje, se menciona
algo que me hizo reflexionar aún más: muchos niños con problemas en la lectura
y la escritura no son diagnosticados a tiempo. No porque no haya señales, sino
porque los adultos a su alrededor no las ven, no las entienden o creen que “ya
se le pasará con el tiempo”. Y ese es un error que se repite una y otra vez.
El lenguaje no solo es la base de la comunicación,
sino también la puerta al aprendizaje. Un niño que no puede expresarse bien,
que no recibe ayuda con su desarrollo del lenguaje, es un niño que
probablemente también tenga problemas con la lectura y la escritura. ¿Cómo se
espera que un niño aprenda a leer si ni siquiera puede construir bien una
oración? ¿Cómo va a escribir si las palabras no fluyen en su cabeza como
deberían?, yo al igual que el texto creo que aprender a leer y escribir no es
un proceso mecánico, como muchas veces lo vemos. No se trata solo de memorizar
letras y unir sonidos, sino de construir significado, de interpretar, de darle
sentido a lo que se lee y se escribe. Pero, ¿qué pasa cuando a un niño le
cuesta más que a los demás? Muchas veces se les etiqueta como “flojos”,
“desinteresados” o “distraídos”. Se les castiga por no cumplir con lo que se
espera de ellos, sin detenernos a pensar si tienen una dificultad real. En el
texto que leí, se menciona cómo muchos niños con dificultades de aprendizaje
terminan siendo ignorados, incluso por sus propios maestros. Se cree que, si un
niño no aprende al ritmo de los demás, es porque no quiere, cuando en realidad
puede haber muchas razones detrás. Desde dificultades perceptivas hasta
problemas en la conciencia fonológica, desde un vocabulario reducido hasta la
falta de estrategias para comprender lo que leen. El problema es que, en
nuestra sociedad, seguimos viendo la educación como una carrera donde todos
deberían llegar a la meta al mismo tiempo. No nos enseñan a mirar a cada niño
como único, con su propio ritmo, con sus propias fortalezas y dificultades. Y
en esa prisa por avanzar, por seguir con el programa escolar o por evitar
problemas, dejamos atrás a los que más nos necesitan. Me quedé pensando en eso
mientras seguía atendiendo. Pensando en cómo muchos niños lidian con problemas
que los adultos decidimos no ver. No porque seamos crueles, sino porque nadie
nos enseñó a mirarlos con atención. Porque en la escuela, en la casa, en la
calle, nos han dicho que solo importa lo “grande”, lo “grave”, lo “urgente”. Y
no, la manera en la que un niño habla no se ve como una urgencia. Pero debería.
Porque la manera en que un niño aprende a comunicarse es la manera en que
aprenderá a enfrentarse al mundo.
Tal vez si los papás de ese niño supieran que hay
apoyo, que hay formas de ayudarlo, que no es tarde para mejorar, lo verían
diferente. Tal vez si los maestros entendieran que su papel no es solo enseñar
contenidos, sino también identificar quién necesita más apoyo, muchos niños
tendrían mejores oportunidades. Tal vez si la sociedad dejara de minimizar las
dificultades de aprendizaje, muchos niños tendrían la oportunidad de expresarse
con confianza. No lo sé, solo sé que poco a poco fui comprendiendo el hablar
del niño, me esforzaba cada vez mas por entenderlo y actualmente aun batallo un
poco, pero me sigo esforzando.
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