Sociedad y educación en México

“¿Has escuchado que cuando alguien va a un bosque o campo diga “aquí se respira aire fresco”? a eso se refiere”




 

EL PRECIO DE LA MODERNIZACIÓN

 

Vladimir Gastélum Valle

 

La evolución, los procesos de desarrollo, la sociedad a través de los tiempos y otros más, son factores irrefutables de que el ser humano desde sus inicios ha buscado el cambio que facilite su vida; como el lenguaje y la comunicación que facilitaron la caza; el arte que plasmó la historia; la rueda que facilitó el traslado; o el fuego que sirve y sirvió en su descubrimiento para múltiples cosas. A partir de la industrialización, la sociedad la innovación del ser humano y la necesidad de facilitar la producción de productos para el consumo de la sociedad se juntaron y provocaron la invención de maquinaria compleja, que trajo a nuestro mundo múltiples beneficios como también afectaciones.

Si bien la industrialización aceleró la producción de productos que esperaban ser consumidos, el mal uso de ésta ha abierto una cadena de afectaciones en serie; personalmente, pienso que esto se debe a que en aquellos días no se sabía con certeza qué podría pasar, tanto se centró el humano en “hacer” que dejo de lado el “cómo hacer”, provocando desempleo, contaminación, desbalance poblacional, exceso de producción, exceso de gasto del material biológico entre otras cosas… Todo esto empeoró con la llegada del plástico y del látex a nuestras vidas, ya que si bien en los tiempos de antes, se buscaba primordialmente que lo que compraras durara la mayor cantidad de tiempo usable, ahora solo se busca que compres, compres y compres aún más. En los tiempos de antes, cosas como los garrafones de vidrio, las máquinas caseras de hierro, los comales y ollas de barro o hierro, los zapatos de cuero, los típicos platos y vasos de cerámica colocados en el trinchador, los carros de buen material y otras cosas, eran hechas con el propósito de que, incluso, podrían pasar generaciones y aun así seguir siendo funcionales; cuántos carros antiguos no se han visto en las calles de Culiacán, o las máquinas de coser caseras que siguen reparando prendas (de empresas de baja calidad) en nuestras casas; personalmente, aún siguen habiendo platos de barro en mi casa que mi bisabuela compró en su momento, y ahora nos encontramos con carros que con cualquier beso se desmoronan, bandejas y “tuppers” de plástico que se rompen o derriten fácilmente, además de contaminar tu comida, prendas de ropa con pobre confección y baja calidad de tela, productos electrónicos que en cualquier momento pueden dejar de funcionar y otras tantas pesadillas.

El mismo hombre que en sus inicios buscó la modernización e industrialización de la sociedad, se dio cuenta de que para obtenerla deberá pagar un precio, deberá pagar con la vida del planeta; muchos no nos damos cuenta que el simple hecho de dejar el grifo abierto, mientras te lavas los dientes, representa daños colaterales al ciclo del agua; que las aplicaciones como Facebook, Spotify o ChatGPT, utilizan servidores físicos que constantemente deben de refrescarse con agua; o que los jeans que utilizan representan al menos 30 galones de agua contaminados, sólo contando su producción, dejando de lado el tinte o lavado que se da después.

Dividamos el medio ambiente en 3 secciones: agua, aire y suelo.

Hablemos del agua, el 70% del planeta tierra está cubierto por agua, del cual el 2.5% es dulce y de su totalidad sólo el 1% está disponible para el consumo humano (centro virtual de información del agua, 2017); ese 1% de agua potable podría representar muchos litros para una sola persona o una familia, pero tomando en cuenta que en el mundo existimos aproximadamente 7’900 millones de personas, ese 1% (comparado con el 19% que se utiliza para la producción industrial), se queda corto.

Sobre el aire, el aire se contamina gracias a la quema de combustibles, el humo o polvo que contiene, éste para ser limpio deberá pasar por el proceso de filtración en el que participan las hojas de los árboles, sin embargo, la misma industrialización y urbanización del espacio ha provocado que se produzcan muchas más cantidades de contaminación en el aire, y que las áreas verdes se hayan disminuido por lo que este proceso de filtración no se puede efectuar de la mejor manera posible. ¿Has escuchado que cuando alguien va a un bosque o campo diga “aquí se respira aire fresco”? a eso se refiere.

Hablando del suelo, una producción de materia orgánica en el suelo de manera natural lleva un proceso, una planta requiere cierta cantidad de nutrientes, que se encuentran en el suelo, que se forma gracias a la materia orgánica en descomposición del suelo, que está ahí gracias a los desechos de la planta que estuvo ahí antes. Ese ciclo debe respetarse, sin embargo, una empresa propietaria de 100 hectáreas que sólo vende tomate (por ejemplo), se va a dedicar a plantar tomate en esa tierra, y los desechos del tomate no son suficientes o necesarios para alimentar y nutrir la siguiente plantación de tomate, y la empresa que no vende ningún otro producto no puede esperarse a que el suelo se vuelva a nutrir de otras maneras, por lo que se ven en la necesidad de inyectar productos químicos en el suelo y así acelerar la producción, que con el pasar del tiempo lo contamina más y más. Eso solo hablando de la producción de materia orgánica, a eso súmale la cantidad de almacenes de basura en el mundo, los desechos industriales arrojados a terrenos o peor aún, al mar, entre otras cosas. Ese mismo suelo por el que caminamos tiene una historia y qué triste que esa historia que nuestra sociedad forma sea tan contaminante, es triste no por el mundo, sino por nosotros que vivimos en él.

Afortunadamente el gobierno mexicano se ha encargado de tan siquiera concientizarnos acerca de la contaminación en la vida diaria, si tienes entre 18 y 20 años posiblemente recordarás aquellas campañas que se daban en las escuelas de nivel básico concientizando sobre el cuidado del agua, la importancia de separar la basura, las colectas de tapas, botellas o botes de plástico y aluminio, el uso de productos “biodegradables”, entre otras cosas. Y a pesar de ser muy buenas propuestas no sobrevivieron por mucho tiempo, ya que pensaron en ellas como una solución momentánea o de alivio, cosa que no es nueva en las propuestas del gobierno, provocando que ahora eso se haya quedado en el olvido y que constantemente se necesite hacer cambios que busquen cambiar la percepción de la sociedad con respecto a la contaminación, pero teniendo de lado al sobreconsumo, tomar una decisión se vuelve más difícil.

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