“Me encerré en una caja fuerte / le puse candado y fundí la llave / Y así me sellé en el más grande silencio”
SILENCIO
Mariana López Díaz
El miedo me
envuelve,
me comprime,
me paraliza.
Claustrofobia
agonizante.
Me encerré en
una caja fuerte,
le puse candado
y fundí la llave.
Y así me sellé
en el más grande silencio.
Incendié los
escritos
que con tinta
en lágrimas escribí,
hice una fogata
de mis anhelos,
de mis palabras
y mis pasiones.
Me guardé en
silencio
cosiendo mis
labios
para que no
hablaran,
para que no
gritaran las verdades
que de mi corazón crecían,
que rompían mi
piel
cual raíces
saliendo del asfalto
como árboles de mis pensamientos,
como estrías de
ideas en mis piernas
huyendo en el
bosque,
escondiéndose
de los ojos juzgones,
mirándome desde
los espejos
que colgué para
no verme.
No hay nadie
que me escuche y no grito,
No hay nadie
que me vea
y, aun así, no
quitó el velo que me cubre.
Sólo soy yo,
escondida de mí,
de mis
pensamientos,
de mis palabras.
de las voces
que me obligan a guardar silencio.
Son voces que
gritan que me calle,
voces que salen
de mi garganta,
pues soy yo mi
captora,
mi juez y mi
verdugo.
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