"A la Gilbertona, la conocí por medio de un anuncio publicitario de la boutique de ropa Big Boss"






  El pretexto fue La Gilbertona


Dr. Luis Enrique Alcántar Valenzuela 


A propósito de La Gilbertona, QDEP. Personaje de la posmodernidad Culichi, analizado por distintas miradas académicas y populares. Pero sobre todo celebrado en las En Red/os Sociales (sí pues benditas redes sociales), un dato y un texto, que sirva de pretexto para repensar y reflexionar las modificaciones de lo que era antes "La alta Cultura" y lo que ahora son las hibridaciones culturales, en donde esta noción, por fortuna, ya amplió sus significados, contenidos y formas. Nos guste o no. Se le comparta o no. Así son las realidades de las múltiples facetas de las Culturas Digitales con/sin sentido. No lo sé. Usted active su cerebro/mente y tome postura al respecto.

Hará unos 4 años. Publiqué en el Blog, del Maestro José Manuel Frías Sarmiento (el Tal Frías). Un espacio digital, ni indexado y menos para recibir constancias de puntos. Un espacio de escritura libre. Fue un texto raro, entre analítico e interpretativo. Usé herramientas rupestres de la Etnografía Digital (sin saberlo). Una vez que esta máquina para generar interpretaciones (en la idea de U. Eco) se le soltó, como una criatura simbólica del magma digital. Pues ya se imaginarán lo que sucedió. Algunos me criticaron fuertemente; actitud facilona, porque uno de antemano sabe que si escribe/publica te desnudas; por tanto, te expones. Otros/as aplaudieron y otros/as dijeron "... Alcántar y sus pendejadas...". En fin.

Por si alguien no lo ha leído, aquí lo tienen.

El pretexto fue La Gilbertona.



 La Gilbertona, será un… 
¿Objeto Cultural Vagamente Identificado?


Dr. Luis Enrique Alcántar Valenzuela
Septiembre 2020

PRECAUCIONES
Le sugiero, no avance en la lectura de este texto. Si usted, amable lector, no es tolerante a leer “malas palabras”, “palabras vulgares”, o palabras con connotaciones sexuales, peyorativas y en apariencia altamente excluyentes. Entonces stop. ¡Deténgase por favor! Es mi deber ético advertirle, para que no se sienta amenazado por este texto con enunciados; que a veces tocarán lo vulgar. Capaz que se le genera un derrame, en esa pureza espiritual que todos llevamos en nuestro ser interior. 
La intención del escrito, desde luego no es ofender a nadie. El esfuerzo de este tecleador del vivo contexto del coronavirus SARS-CO2; sólo se centra en hacer un esfuerzo por recuperar parte de los significados compartidos. Que la gente de a pie intercambia/negocia en su vida cotidiana sobre un personaje citadino. En esos intentos variados para seguirla pasando más o menos bien y divertirse en ciertos momentos de su vida. 
El quid indagador, es inscribir discursos como tales. No tanto a la persona misma, a la cual se le respeta. Centrarse en lo que se dice, es una Máxima Epistémica y de Vigilancia Intelectual, que aprendí cuando reprobé aquel seminario de Epistemología Transdisciplinaria. 
Sobre las palabras gruesas, vulgares, bajas, corrientes. Se tiene que las conciencias moralizantes mochas, malamente les califican a esas palabras como altisonantes, propias de gentuza de “baja cultura”, es algo que no se puede evitar. Para no meternos en dificultades de corte clasista o de una supuesta pureza lingüística, dejemos la cuestión simplemente como formas de expresión de culturales distintas, que conviven y se influencian; aunque usted no lo quiera.
No se alarmen. Antes de adentrarse a la carnita del texto. Conviene compartir, desde dónde se pretende hacer este conjunto de comentarios e interpretaciones referidos a este personaje cultural de la ciudad de Culiacán, Sinaloa, México. 
Ciudad globalizada. Ciudad que es famosa, por algunos signos culturales, que, aunque no sean de mi agrado, son realidades socioculturales constantes, sonantes y deambulantes en el caldo líquido del ciberespacio. Como por ejemplo la cultura narco, los corridos de narcotraficantes, la estética buchona, los cultivos de amapola y marihuana, el ceviche de camarón, el chilorio, etc. Por mencionar sólo algunas marcas/signos sinaloenses. 
El contenido que abordaré puede ser calificado; como simple ocurrencia. No importa, pues así inician muchas cosas en la vida. Quizás lo rechacen. Al contrario del rechazo sin pensar. Hay que celebrar y practicar la ocurrencia como método de trabajo. En estos tiempos que se viven, hay necesidad de re-pensar muy bien qué es lo que denostamos o desechamos. Ante este acto de rechazar, bien conviene hacer un análisis o reflexión minuciosa de lo que pasa en mi interior para descalificar o repeler tal mensaje proveniente de los nuevos formatos de las híper comunicaciones digiglobalizadas.

CONOCIMIENTO DEL PERSONAJE.
Su nombre es Gilberto Salomón Vásquez, alias La Gilbertona: el homosexual (el joto pues, dice la raza del pueblo) de Tierra Blanca, Culiacán. Su edad es de aproximadamente 84 años, bien vividos lo expresa con orgullo. Aunque en su rostro son evidentes las rodadas que le dieron ponchada por la misma vida. Su semblante físico, aún conserva buena salud y la sagacidad de una vieja cervatilla grácil, con ciertos reflejos para desempeñarse en su vida cotidiana. Es sumamente ágil en el manejo de los improperios, palabras altisonantes y vulgatas que se avienta en cualquier oportunidad de charla y más cuando se percata que la están grabando. Es experta en combinar adagios y dichos vulgares donde la verga, el culo, el vete a chingar a tu madre y parte/denominaciones de las relaciones sexuales son mencionadas en forma arrolladora. El mandar a todo mundo a la chingada y darles lata a nuestras madres; es algo que como la miel de las flores atrae a las avispas para que chupen, se peguen y consuman ese elixir meloso que tiene su famosas expresiones como “…las hijas de su chingada madre…”, “…que chinguen a su madre, por la calle más recta y que se vayan a la verga…”, “…hay sagrado corazón de Jesús, que mujer tan horrible…”, “…no, no, a la verga, tampoco me estoy ofreciendo…”, “…cuando te acabes el perfume, me tiras con el frasquito hijo de tu…”, “…pinches viejas, que nunca han tenido teléfono y ahora quieren escupirla a uno…” y bueno un extenso ramillete de expresiones; que en la mayoría de las ocasiones le arranca al respetuoso risas y carcajadas. 
Y ni modo, estemos de acuerdo o no; eso le gusta a mucha gente. Es celebrado por muchísimos ciudadanos de a pie. Al respecto, pueden ser muchas las preguntas. Para no exagerar la nota, sólo lanzo unas cuantas: ¿Por qué es tan atractivo al oído la palabra o los dichos fuertes y vulgares?, ¿A qué parte de nuestras personalidades golpea o llega, que no puede uno ser indiferente a su uso cotidiano? ¿Con qué conecta en tanta gente? ¿Qué es lo que en realidad traducen?
Prosigo con el personaje. ¿Cómo la conocí? desde luego que no la busqué. Ella me encontró. La base de este encuentro, relaciona de inmediato con lo que los expertos denominan la Economía de la Atención del Neoliberalismo
La publicidad trabaja con este principio: La disputa por la atención del ciudadano. Hoy en día, se sabe que, las estrategias mejor elaboradas por los genios de la publicidad y marketing del mercado posmoderno; están diseñadas con base en grandes inversiones económicas para atrapar/capturar tu atención. Los ingenieros en cibernética, mega datos, aprendizaje automatizado, y algoritmos de Microsoft, Google, Amazon, Facebook, YouTube, Instagram, Twitter, WhatsApp, Tik Tok, saben perfectamente, que es nuestra Atención lo que más valor de mercado tiene hoy en día en el mundo globalizado. Si no lo sabías, ve procesándolo en tu cerebro/mente. La lucha (entre otras más), es por ganar/tener tu atención. Nuestra atención se la regalamos a las grandes plataformas digitales. El asunto más sorprendente y paradójico es que pagamos por el regalo. Es como una especie de “regalo pagado” ¿un oxímoron?
El anuncio publicitario se mueve bajo esta lógica, no desde que emergieron con tanta fuerza las plataformas digitales; sino desde décadas atrás. Los publicitas, ya eran cosa seria. Eran pues bravos para agenciarse tu atención y venderte el producto que fuere. 
En torno al anuncio publicitario. Existen varias cuestiones para pensarse. El anuncio publicitario, tal vez no sea tan malo o negativo como casi siempre se presenta por las posturas críticas, en torno al complejo mundo de la publicidad. Porque la cuestión del consumo del anuncio publicitario para todo ser humano; de hecho, posee distintas vertientes de cómo se procesa y finalmente de qué manera impacta en la formación de la persona. El anuncio publicitario, deja de tener ese sesgo en estricto negativo, más, si a ese anuncio publicitario; se le pone más atención de la normal. O por lo menos, hay que decirlo, el sujeto pensante va más allá del producto que le pretenden vender. Colgándose, cognitivamente hablando, más del contenido cultural que pretende transmitir y al cual, dicho sea de paso, es al contenido pretexto para presentar el producto, que menos atención/análisis se le brinda.
Bajo ese contexto publicitario, así fue como supe de la existencia de esta celebridad local. Entonces a la Gilbertona, la conocí por medio de un anuncio publicitario de la boutique de ropa Big Boss.  
Un día típico en Culiacán. Al punto de la hora pico, entre 1:30 y 2:30 pm. Para variar circulaba por la avenida Obregón, en el nuevo sentido que hoy tiene como eje vial: de norte a sur. Como es común, había tráfico a lo pendejo. Es más, uno se podía bajar del carro y tranquilamente tomarse una gaseosa de medio litro, capturar algunas selfis con el fondo del Río Culiacán, colgarlas al modo en el CaraLibro para que todos mis contactos me vieran.
Me pregunté, ¿Qué es esto?, ¿Una broma?, ¿Qué modelo o artista será? Fue tanto mi impacto visual/atencional, que me detuve a observar el anuncio. Caminé feo, como dice la gente del barrio. El anunció logró su objetivo. Captó mi atención de inmediato. Ropa colorida/llamativa: Silla garigoleada, como de reina carnavalesca. Calzado juvenil colorido. Fondo de la fotografía deslumbrante. Dimensiones captables, hasta para una persona de baja visión, y desde luego la mascota ternura que tenía entre sus manos. 

LA CULTURA ES HÍPERACTIVA, A VECES INCOMODA.
El escritor y crítico cultural español Jorge Carrión establece que los periodistas culturales siguen juzgando, reportando y pensando lo que ellos consideran como Cultura con los cánones del Siglo XX. Expresa, que aparte de depender mucho de sus anunciantes para poder sobrevivir, juzgan la cultura con estos productos: novedades musicales, editoriales, cinematográficas, expositivas o teatrales. Les llama la atención, expresándoles se tienen que adaptar a las realidades del Siglo XXI, del cual por cierto ya avanzamos casi dos décadas.
Existen Objetos Culturales Vagamente Identificados, que la prensa cultural nada más no termina ni de atenderlos, menos de entenderlos. “Aunque no sean reconocidas como parte del canon cultural de nuestra época, representan mejor que otros productos nuestra manera de re-mezclar géneros y contar historias desde plataformas distintas. Les llamo Objetos Culturales Vagamente Identificados (OCVI), proyectos que trascienden las categorías tradicionales y aún no son completamente estudiados por la academia (aunque empiezan a serlo), y que son relevantes en el modo en el que consumimos la cultura.” 
Ejemplos de este tipo de OCVI pueden ser:
  • Podcast
  • Vídeos diseñados especialmente para las en Redes/os Sociales: YouTube, Twitter, Instagram, Tik Tok.
  • Fenómenos virales: Memes 
  • Series de TV.
  • Series de Cine on demand.
  • Hilos de Twitter.
Existen aquí: narrativas sonoras y presencia de otros lenguajes vinculantes. O quizás lenguajes, signos, símbolos que reclaman “…reseñas y exploraciones críticas de alto nivel analítico, en vez de aparecer con descripciones superficiales en listas temáticas o en las secciones de las páginas webs de los diarios que sólo buscan el clic”. A esto convoca Carrión. Pero para hacerlo implica mover las concepciones de Cultura. Él indica que “La cultura no es lo que a uno le gusta o le interesa. La cultura no es lo que deciden las secciones de cultura o las instituciones. La cultura no está quieta y no para de descolocarnos y de sorprendernos.”
Además, puede que, a uno, no le guste/agrade cierta manifestación cultural de actualidad; por ejemplo, los memes, las fotodo, los microvideos de banalidades, canales de YouTube que en apariencia poco aportan a la vida personal. Pero ese asunto de los gustos, no implica negar su existencia. Incluso que la crítica cultural los aborde o bien la investigación científica, la reflexión disciplinar, multidisciplinar o filosófica puedan hacerlo. Carrión insiste sobre esta cuestión “Y la crítica cultural aspira a trascender los gustos propios y analizar los objetos de interés general.” Es en esta perspectiva donde pretendo situar el objeto de mi análisis, reflexión y presentación de este contenido cultural vinculado con La Gilbertona.
El contenido y personaje de este texto, puede entonces desconcertar o confundir a los lectores: Desconcierto generado por los referentes culturales que tenemos tatuados ya en el cerebro/mente que hace se funcione vital y cotidianamente. Que permite según esos cánones culturales valorar qué está bien y qué está mal. 
En realidad, como lo dice la sabia expresión, “…nada está bien o mal, dependen del cristal con que se le ve…”. O bien todo está unido. “Esa cosa está bien/mal”. O algo así como cuando Pau Donés, de Jarabe de Palo, cantaba “…soy un completo/incompleto, incompleto por amor, la costilla que me falta, cuelga de tu corazón, un seguro/inseguro…” ¿Se entiende?
Quizás sea muy evidente enfatizar, que los variados productos culturales, que en este mundo posmoderno pululan, y los cuales son ofrecidos por las plataformas digitales a todos sus usuarios: han transformado muchas costumbres o hábitos de consumo cultural; así como los aparatos/dispositivos de recepción/reproducción en donde los usuarios en autonomía/libertad casi total deciden consumirlo. A este respecto Guillermo Orozco (Orozco: 2020; 13) expresa que: 
“La presencia física del televisor en una habitación y su emisión calendarizada de contenidos, siempre decidida desde el emisor, no existe más en la interacción entre usuario y VoD. Lo cual supone una transformación muy importante en la recepción. Transformación que se observa liberadora para la audiencia que puede elegir no sólo qué ver y disfrutar en pantalla, sino cuánto ver cada vez y cuántas veces verlo, dónde verlo, con quién verlo y en qué tipo de pantalla.” 
Si ustedes ponen atención. Sí alcanzan a entender qué aspectos de las audiencias o de los receptores se ve modificados. Las modificaciones casi todas pegan en la Libertad de: elección, disfrute, cantidad, repetición, lugares, compañía y costos. Todo en un supuesto “bajo control del receptor”. Otra de las tantas ilusiones y espejismos que venden los grandes consorcios oligopólicos que controlan los ríos, corrientes y mares de datos/informaciones del mundo líquido de internet.  
Recupero a estos dos autores (Carrión y Orozco), no tanto en la vieja idea academicista ortodoxa de los Marcos (camisas) Teóricos (de fuerza); sino que más bien se hace como posibilidades dialógicas/analíticas en las inmensas dimensiones líquidas de las editoriales de diarios, revistas, podcast, blogs, transmisiones en líneas, conversatorios digitales y ahora la gran tiranía de los webinars. Los antes mencionados son parte de los medios/canales por donde circulan formas culturales de la era de lo digital y la smartfonización de los entes culturales y educativos.
La intencionalidad de este pequeño texto, es precisamente dar cuenta de algunas pinceladas que esbocen un OCVI que, del anonimato de la calle, la colonia popular, de las casas y quizás de los centros de consumo y diversión, ha saltado a la visibilidad de millones de ojos y oídos, en muy pocos años. Por eso sostengo, que este personaje que hoy presento puede ser identificado como un OCVI, vinculado a las narrativas transmedia por donde se ha dado su difusión y conocimiento.

PROBLEMAS
No sé si me vaya a meter en problemas. Los aceptaré, si éstos aparecen. Quizás me juzguen mal. Tal vez reciba muchas críticas. Quizás vayan a decir, ¿qué ondas con LEA-V, se le volteó el calcetín? Ni modo, son los riesgos de la escritura. Ya saben que desde hace varios megas decidí correrlos. Juega.
La idea de este pequeño texto gira en torno a este personaje culichi, de carne y hueso. Que se hizo una “especie de influencer”, (si me permiten el término), en el mundo de lo digital/virtual. Más en concreto en lo que todo mundo denomina Redes Sociales. Expresión, que desde hace algunos meses la denomino en mis escritos como “En Redes/os Sociales”. El asunto, es que el personaje, no es cualquier personaje. Es un individuo, que puede generar muchas antipatías porque según él (¿o ella?), “sólo les dice sus verdades” a todo mundo. Así como genera lo antipático, también llama mucho las simpatías, no de cientos de personas; sino de millones. 
Este alto consumo, es lo que puede molestar a los rancios de las culturas elitizadas. Que además solamente ellos/as las ven así. Hace décadas que esa especie de babel cultural elitizada, se desmoronó. Pésele a quien le pese. Esas formas de la supuesta alta cultura hace rato conviven de igual a igual con la tonadita de La Chona de los Tucanes de Tijuana, de la Mata Viejitas de Amanditita, del Quién Pompó del ya fallecido Chico Ché y el Ave María que interpreta Andrea Bocelli.
Aquí presento evidencia de cómo se acomoda el par Simpatías/Antipatías, referidas a la Gilbertona:
 SIMPATÍAS
“Épale en hora buena Gilberto”. “Que padre, Gilbertona, saludos desde Aguascalientes”. “Ahora sí Gilberta de ahí directo a NY”. “Jajajaja por la Obregón. Bien niceee”. “Ojalá le arreglen los dientes, y le ayuden con su hermano”. “Que elegancia”. “Que bien que se ve hay”. “Allá verga vieja ya eres nice y de alcurnia jajajaja”. “Che Gilberta, que te paguen por publicidad no te dejes vieja”. “Se me hace muy acertada la idea, de promover con personas de la comunidad, no como otras empresas mexicanas que promueven sus productos con artistas extranjeros que no valen verga”. “Se lo merece ese gran personaje”. “Que elegante la Gilbertona!”.  “¡Se ve bien! Saludos Gilbertona desde Phoenix!”. “Guaaauuu, cuanta elegancia es la Gilbertona”. “Que no les gusta porque a ustedes no los ponen en un espectacular o no los requieren para alguna pasarela”. “Me encanta verlo. Jajajajajajaja que elegancia ella jajajaja parece de la alta alcurnia”. “Qué bueno, que disfrute de su fama, muchos quisieran estar sentados ahí todos tenemos derecho”. “La verdad se mira bien… me gustó”.
ANTIPATÍAS
“Qué vergüenza...es de lo más corriente…”. “Cada vez más en Sinaloa se le da importancia a cualquier pendejo”. “Lo que hacen las redes”. “Una cirugía háganle antes de ponerlo hay en esos papeles carteles para que se le vea bien la ropa que le pongan los zapatos y hasta el perro ese”. “¡¡¡Qué vergüenza!!!”. “Capaz que el PRI lo manda a la gubernatura y gana así de jodidos estamos en Culiacán la neta eh, eh”. “Solo eso faltaba cualquier pendejo hace fama”. “Qué pena, no puede ser”. “Al rato van a poner en los espectaculares a los narcos por lo que veo”. “Si de por sí Culiacán está quemado y con esta persona y folclórica boca, pena ajena”.
Este personaje referido está en Tik Tok, Twitter, Facebook, YouTube, Instagram…está donde la busques en las En Red/os Sociales. No deja de impresionarte su presencia. Es avasallante. Tiene hasta una cumbia que se llama “La cumbia de Gilbertón” con video oficial en 2016, compuesta y tocada por Los Alegres del Barranco, con un promedio de 600 mil, 450 visitas.
Haré un corte temporal de 2 años. Del 2018 al 2020, este personaje tiene varias entrevistas. Al contabilizar las visitas que tiene en los diferentes portales o canales en donde aparece, se suman en total: 6 millones de visitas. ¿Eso es todo?, no; desde luego que no. Existen algunos canales de YouTube, que aparte se dedican a subir los contenidos de la Gilbertona. Pueden fácilmente en estos 2 años, sumar más de 15 millones de visitas. Como pueden comprender, es una millonada de vistas. Insisto, aunque a uno no le agrade, pero aquí no se trata de agrados/desagrados; sino de dar cuenta de este tipo de fenómenos culturales en las distintas plataformas que funcionan en Internet. Este personaje Culichi, de la cultura dominante de la Fotodo, del Meme, está circulando en casi todas las En Redes/os Sociales de mayor alcance. Quizás lo más impresionante, es que el ciudadano consume y paga con sus megas, este tipo de contenidos y no dice ni pío. Al contrario, es feliz, sonríe a carcajadas, tiene ratos de memorable esparcimiento y aparte tiene temas o contenidos que conversar con su gente. 
Por cierto, ¿Ya escuchaste la cumbia del Gilbertón? capaz ya la bailaste y ni cuenta de diste. Así andan de movidas e inquietas las formas culturales de hoy en día. 
Te invito a que generes reflexión compartida sobre este tipo de fenómenos culturales; que, aunque poco agraden, se están convirtiendo en dominantes en públicos muy bastos. Están, pues, ganando la batalla a otras formas culturales que se durmieron en sus laureles al creer que siempre tendrían públicos cautivos. Y pummm, surgió al estrellato efímero La Gilbertona.

1 LE Alcántar Valenzuela (2014). “Paco de Lucía: virtuosismo musical trascendental”, artículo en prensa.



4Jorge Carrión. Política y estética del meme. Publicado en https://www.nytimes.com/es/2020/08/30/espanol/opinion/que-es-un-meme-internet.html (Consulta online agosto de 2020).

5 Guillermo Orozco Gómez, Coordinador (2020). Televisión en tiempos de Netflix. Una nueva oferta mediática. Universidad de Guadalajara, México.

6 Esta es una elaboración personal. Las frases son textuales, rescatadas de algunos comentarios colocados en este video https://www.facebook.com/watch/live/?v=1452502628151191&ref=watch_permalink La modificación que realicé fue referida más a la parte ortográfica. Si el lector quiere enterarse de más porras y vítores que despierta La Gilbertona, le comparto otras dos ligas de entrevistas efectuadas a este personaje: https://www.youtube.com/watch?v=hPJxfFwhwtEhttps://www.youtube.com/watch?v=4Is9xbvsJ0o

7 Expresiones textuales.


Comentarios


Estimados lectores, les ponemos al alcance de un sólo clic un texto escrito por el Dr. Luis Enrique Alcántar Valenzuela que, publicado hace ya casi cuatro años, alcanzó las mil lecturas en este Blog.

Como dice el Dr. Alcántar, por si no lo tienen, aquí está.
Saludos, amigo Luis Enrique, su compa El Tal Frías S
Dr. LEA-V dijo…
Maestro y amigo, el Tal Frías para muchos y para mí también. Qué cosas pasan en la vida y luego se conectan verdad. Hace una horas, discurriendo sobre Culturas Digitales con/sin sentido con los jóvenes de la UPES; y pummmm, el deceso de este fenómeno de emergencia cultural del mercado local y de las redes sociales. La muerte de La Gilbertona y vea, como las pendejadas (dijera usted) cobran (creo) valor y pertinencia. Solo los ciegos auténticos, los que se hacen y los ciegos digitales no quieren sensibilizarse de este motor del mundo que es el mundo digital pegadito del mundo real; ese del dolor, tristeza y el amor.

Ahí está de nuevo circulando el texto. El original, solo con esas apostillas introductorias.Espero nos acerque más.

Posdata: en la mañana de hoy viernes 15.03.2024 (8am), Los Alegres del Barranco tocaban unas rancheras frente al féretro de La Gilbertona. Hicieron un en vivo y nada y nada menos, se contabilizaban 100, 000 vistas. Ya no supe qué ondas con los números de vistas, tuve que entrar a trabajar.

Quizás amerite alguna reflexión este suceso del funeral de La Gilbertona. En fin, QDEP, pero antes como decía ella "... reciban un sentón de v#$_* parada. Así las cosas.
Mayra Zazueta dijo…
Estimado Luis Enrique, tu texto no tiene desperdicio, es un extraordinario análisis desde la perspectiva de un OCVI y lo convertiste en una pieza cultural imperdible. FELICIDADES. Maira Zazueta.

Entradas más populares de este blog