“En Culiacán hace cinco días nos acostamos en domingo y llevamos cinco jueves. Perdí el número del ‘Culiacanazo’
AGOSTO
María Madrid Zazueta
Agosto.
Contraponientes.
De melocotón y azúcar,
y el sol dentro de la tarde,
como el hueso en una fruta.
(Fragmento ‘Agosto’.
Federico García Lorca)
Agosto.
Ya no recordaba que agosto era mi favorito de niña. Cumplo años en este mes. De hecho, mi abuela, mis primos, sobrinos y un montón de gente querida también. Yo este año he sentido que agosto tiene una esencia femenina, aunque su nombre se lo puso el emperador primer emperador reconocido, Augustus, o bien Octavio Augusto; sucesor del gran conquistador Julio César, quien bien pudo autodenominarse el primer emperador. Antiguamente, agosto era el sexto mes del año y se llamaba sextilis; tenía 29 días. Octavio Augusto le quitó días a febrero y se los agregó a agosto y a los 4 meses restantes. Yo he de creer a los historiadores que con sus letras reflejan ese pasado que no constaté; sólo prefiero creer. De ese mes corroboro sus copiosas lluvias que en Culiacán no faltan durante el verano. Tampoco recordaba que amaba el verano y sus cielos coloridos, con sus atardeceres violetas, rojos, naranjas, hermosos en los valles y en la playa.
Contraponientes.
Mi madre solía repetir –
disfruta de abril y mayo, que ya se llegará tu agosto -. Al vivir un rato de
placer o un esperado descanso murmuraba – un rato de vida es vida -. Para mí, esas palabras describirían a agosto.
El mes de las vacaciones en caravana de familia rumbo al monte o al mar. El mes
con más días festivos en mi familia. El mes donde los cielos amarillos y
naranjas se tornan en morados y colorados, que contraponiente a los
acontecimientos siempre nos regala agosto sea en el campo amplio, en las
mesetas de los cerros, como mis queridos San Antonio y el Arroyo Hondo, o en el
Tetuán. Recuerdo el tiempo cuando
Navolato era parte de este terruño y disfrutaba de comer en sus restaurantes
caseros con los pies jugando en el mar que llegaba hasta las mesas. Apenas tomo
conciencia que agosto puede significar diferentes cosas para cada persona. Como
la lluvia que a todos no cae, pero no todos sienten la misma emoción. Por
ejemplo, ahora mismo en Chile agosto es un día en el que pueden tener nevadas.
Mi bello agosto, te has ido. Tus tempestuosas lluvias ya han iniciado su tiempo de tormentas que movilizan y a la vez estancan la ciudad. Como las ráfagas de las armas de hombres que deambulan por la ciudad que en estos días nos han paralizado más seguido. Recordaré en especial, tus tormentas políticas: por increíble que aún nos suene, el Mayo está preso junto a un ‘Chapito’, dejando ventiscas sociales que tienen tensa a la ciudad. Cuén fue asesinado dejando ríos de información con mil preguntas sin respuestas. El buen Rocha da notas que contradicen el sentir de la población. Ojalá sea como dice. Necesitamos sentir que en esta tierra hay gobierno. Necesitamos creer que el bien vence al mal; en este estado de contracorrientes; donde muchos coterráneos han demostrado su gran corazón ayudándose entre sí, y a otros estados, como sucedió en el terremoto que volvió a mutilar a la capital del país. Los culiacanenses demostraron su humanidad de la que casi nunca se habla en los medios de comunicación.
De melocotón y azúcar.
Dulce es el amor que conocí en el décimo cuarto de mis veranos. Quizá el primero y el último por la forma en la que se dio y se extendió por otros catorce años. Ese dulce y juvenil amor me trasportó a la luna y en ese viaje logré conocer al otro, al que en mi introspección nunca había notado. Reconocí la sensibilidad y también el coraje, que en la juventud brota junto con los amores más valientes y pasionales. Mi amor de agosto no alcanza para ayudar a los míos. Agosto nos regala su lluvia que ayuda a fertilizar la tierra, y limpia nuestra alma a pesar de sus capullos inertes que han sembrado en el asfalto donde las balas no hacen brotar rosas. Pero sus espinas se clavan en nuestro corazón.
y el sol dentro de la
tarde.
Agosto, mi bello agosto, muchas gracias por tus días de mar y de sanidad emocional, mental y espiritual. En tus mares mis lágrimas se mimetizan; con cada golpe de las olas me inunda la fortaleza. Agosto llega a su tarde, y tiene que terminar, para que llegue el otoño. No puedo alargarte por siempre, y me tengo que despedir besando tus días y mis recuerdos.
como el fruto en hueso en
la fruta.
Este agosto tuvo su
jueves gris denominado por jerga popular como el 3:0 ‘Culiacanazo’. No
reconocido, pero asumido. Nubló más que el cielo de los días lluviosos. Marcó
más nuestra vida que el relámpago en los cielos. Nos presentó desnuda y ambigua
a nuestra política que inauguró el Jardín conmemorativo; tristemente en honor a
nuestros desaparecidos por la fuerza. A pesar de tantos secuestrados, no ha
sido tan concurrido como lo fue el Jardín Botánico para conocer a la palma
gigante Talipot, que cobró popularidad mundial por presentar sus muchas flores
para luego morir en paz.
Jardines aquí ya hay ya
más de dos; así se llama un panteón con el apellido Humaya, al que algunos
curiosos, y dos que tres morbosos, han venido de sus mundos lejanos a conocer. Me
recuerda un poema, que quizá sólo se ha dicho en seno de la confidencialidad, y
puede que por su tono fue en agosto cuando se declamó. A mí me lo revelaron
cobijado de recuerdos, un día que con mamá Emma inventábamos canciones. De
pronto ella recordó a un conocido de su papá, que en una despedida que apunta
al norte recitó “adiós Culiacán hermoso, de tus jardines me alejo. Si me voy es
porque estoy jodido, si regreso es porque estoy …
Y, perpleja me dejaste
con tu adiós agosto y tus cielos rojos y violetas, ha llegado septiembre sin
darme un respiro y sin poder despedirme de ti, mi amado mes de días cálidos y
nutridos. Gracias por dejarme con esas torrenciales lluvias que apacibles van
llegando a las presas y refrescan mis caminos, humedecen los vastos campos para
alimentar la frágil esperanza de campesinos y agricultores esperando una zafra
productiva.
Perplejo se sentirá mi corazón y mi alma adolorida, irme de ti nunca podré Culiacán de todos mis amores, y si me alejo será en contra de mi voluntad y, ojalá, sea en agosto y con rumbo al Mediterráneo. Y por lo pronto, me has dejado con un dolor; arrebataron en tus días a nuestro amado hijo, lo dejaron muerto cerca de un canal; y más cerca del departamento que reglamenta la justicia del Estado. Alma de mi alma, sangre de mi sangre te despedimos con nuestra alma desgarrada. Agradecemos al cielo tu existencia y las muchas alegrías que nos dejó tu llegada. Triste es alegrarse porque al arrancarte la vida te dejaran donde pudiéramos rescatar tu cuerpo. Ya no están tus miradas ni tus sonrisas, tus cálidos abrazos ni tus bailes continuos y arrítmicos; pero tan tuyos, mi amor. Para muchos eres sólo un asesinado más; para tu familia una herida mortal; un motivo que me arranca de este Culiacán que tanto amo y, al mismo tiempo, me mantiene a él ligada. ¿Por qué a dónde más he de ir con los vivos que aquí he parido y los muertos que aquí he enterrado? Con dolor escucho la canción que me echa sal en la herida; cantada a voz a cuello para los seres queridos que esperamos ver pronto, recibirlos con mil sonrisas. Ojalá un agosto del año menos pensado los regresen con nosotros. Amén.
P.D. Entró septiembre, todavía no huele a otoño. Ha llovido todo el día, no hay cielo rojo, sólo nuestro terruño humedecido. En Culiacán hace cinco días nos acostamos en domingo y llevamos cinco jueves. Perdí el número del ‘Culiacanazo’. Cinco días de secuestro domiciliario para la comunidad en general. Reportan ‘algunos’ muertos y, al menos, 16 secuestros. Sin embargo, la vida sigue.
Comentarios
Saludos. Un abrazo. José Manuel Frías Sarmiento
Atte: Lopez Jimenez, upes 103.
Upes grupo 103 Melgar Torres karina.