“Y yo, siendo un niño, me prometí que algún día será mejor y que nunca más pasará lo que están pasando”



 

LA GRANDEZA DEL HOMBRE

 

Javier Sandoval Valenzuela

Primer Episodio

Al despertar en un día caluroso podemos observar que el día pueda ser duro. A la misma hora que se levantan mis padres, ¡Por qué despertar tan temprano si apenas son las 4:00 de la mañana! Cada día, mis padres se alistan para irse al trabajo cansado. Agarran sus machetes, sus palas y salen a la calle con las ganas de llevar un alimento a su humilde hogar. Yo, con ganas de salir a la calle como mis padres, pero luego llega a mi pensamiento las palabras de mi madre: “Nosotros nos cansamos y nos asoleamos, pero a ustedes que nos les falte nada”. Esas palabras tan bonitas y destructivas a la misma vez, qué significarán, pensé yo. ¿Por qué agarrar sus instrumentos de trabajo y salir a la calle con el sol que quema con los días? ¿Por qué no agarran un lápiz o una pluma? ¿No estarían mejor si trabajaran en un lugar que tuviera aire y que no pegue el sol? Son muchas de las preguntas que llegan a mi mente cada día por la mañana.

Mis padres son inteligentes, saben leer, escribir y sacar cuentas ¿Por qué no trabajan en otra parte? Mi vecino trae carro nuevo, vive en una casa bonita y no les falta nada; en cambio, mis padres se levantan temprano y llegan tarde a casa, pero con peso para comer. Mi casa es humilde, en mi mesa sólo hay pan y frijol, pero para mí parece la mejor comida del mundo: ¡La hace mi mamá qué más puedo pedir! Mi padre, al llegar a casa, siempre demuestra felicidad y entra con una sonrisa, pero en su corazón y en sus ojos demuestra tristeza y desesperación por conseguir un trabajo mejor y poder salir adelante. Cuando llega la noche, todos acudimos a dormir, pero siempre a mi madre la escucho llorar por lo que pasa en mi hogar. ¿Será que me iré de la casa para que no gasten en mí o que tengan una boca menos? En las noches largas y oscuras, suelo pensar en la forma de cómo salir adelante. Mi fiel compañera por las noches es una cama, no es suave sólo es una colchoneta desgastada con el paso de tiempo, pero para mí es una maravilla estando con mi familia.

Yo, cada día, al levantarme con el sudor en la frente, sólo me acompaña un abanico que, a veces, me suele quitar el calor; para cuando yo me levanto, mis padres ya tienen el desayuno y todas las herramientas listas para irse a trabajar. Yo, como cada mañana, me alisto con el uniforme de la escuela mirando que no tengo que ponerme en los pies, sólo miro y callo para no ser una carga más para mis padres y no gastar el poco dinero que tenemos para comer. Mi padre, listo para irse, me mira y con un beso en la frente me dice con unas bonitas palabras: “¡Quizás mañana será mejor! Y yo, siendo un niño, me prometí que algún día será mejor y que nunca más pasará lo que están pasando.

 

Segundo Episodio

A través de los años, el niño indefenso y marginado, salió adelante con las ganas de sacar a sus padres de la pobreza. Ese niño era yo, con el sudor de mi frente por las noches largas y calurosas, pero eso no me importaba porque mi camino ya estaba escrito en el tiempo. Ahora el adulto, que alguna vez fue niño, se siente un poco solo. Tendré dinero por negocios que a la vista de todos son funcionales, pero son pocos los que conocen la realidad.

Yo soy la persona que soy, por el destino y la pobreza que así nos tocó vivir. Una cosa tan minuciosa que tuvimos que enfrentar, era el hambre que tuvimos desde chiquillos. Una pieza de pan fue mi alimento de todos los días para mi estómago llenar. Eso y muchas cosas más pasaron por este hombre, con traje y zapatos caros, que supo cómo enfrentar los obstáculos que la vida le puso para limitar mis opciones. La vida fue tan cruel y tan favorable, a la vez, me brindó amigos en los cuales confiar y me dio una familia que me apoyó apoyar en las decisiones difíciles. El momento fue único y lo supe aprovechar.

Por el momento, salió como alguna vez dije que tendría que ser para ya no sufrir como hace tiempo sufrí. Mis padres ahora viven bien. No les falta nada, pero ahora son ellos los que se sienten como alguna vez me sentí de niño. Procuré trabajar largas horas para que a ellos nos les faltasen nada, pero lo que les falta no se los podré dar. Mis ganas por salir adelante son tan grandes, que se me olvidó lo importante que es la familia y en estar con ellos, lamentablemente, nunca podré regresar el tiempo y pasar tiempo con mi padre que ya nos dejó en esta vida. Lo más placentero fue que le cumplí mi promesa y desde el cielo está mirando que su inocente hijo ya se volvió hombre.

Al trascurso del tiempo, la vida me vuelve enseñar otra faceta del tiempo. Ahí comprendí que la felicidad es gozar y pasar el tiempo con mis seres queridos. Eso era lo fundamental. La faceta no acababa ahí. Ahora, hasta las rejas fui a llegar. Los negocios que alguna vez dije que no eran funcionales, me trajeron un problema y hasta la cárcel fui acabar. Pasan los años, mis disfrutes, mis temores, suelen llegar y lo más impactante que mi temor del pasado, otra vez, quiso llegar. El sudor de mi frente al despertar y la vida me la volvió a jugar. En esos momentos llegaron a mis pensamientos las palabras que alguna vez me dijeron mis padres: “El camino que tomes, alguna cosa estará al final”.


 

Comentarios

Javier, las situaciones económicas de muchas familias en México, hacen más difícil el acceso al conocimiento y la estancia en las escuelas a las que todos tenemos derecho Constitucional; aunque sólo tengamos el derecho, pero no la seguridad de la permanencia hasta concluir la Licenciatura. Y si lo hacemos, en miles de casos personales, es a costa y sacrificio de los padres y de los propios alumnos, a quienes el Sistema Educativo, aunque diga que sí, pocas veces voltea a verlos. Tal y como acontece en el relato que ahora nos ofreces. Tan sólo por estas perlas de reflexión literaria, con atisbos de Pensamiento Lateral, ya vale mucho la pena que perdamos el tiempo con estos Talleres de Redacción Libre y Creativa.

Saludos y bienvenido a este pobre Blog que ya cumplió tres años con la publicación de más 1500 relatos escritos por Ustedes. José Manuel Frías Sarmiento
Marcelo Tolosa dijo…
Muy CHINGON relato, mi estimado Javier. Así groseramente se lo digo. Pero es que esta muy completo y toca muchas fibras. Muchas realidades. Son muchas las emociones que despierta. Impotencia, culpabilidad, etc. Muy bien hecho. Le mando un gran saludo estimado Javier.

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