“No todos tenemos el mismo privilegio, así como unos viven súper cerca y sólo toman un camión o se van caminando a la Universidad, hay otros que tomamos 3 camiones para llegar “puntual”




 

EN BUSCA DEL CONOCIMIENTO

“La travesía de una estudiante lejos de casa”

 

Camila Martínez González


Todo comienza, cuando oigo sonar mi alarma a las 6:00 am. Por mi mente pasa “Un día más”. Es más cómodo quedarme acostada en mi cama y despertarme hasta que se me hinche el ombligo, como dicen por ahí. ¿Pues sí verdad? ¿Quién va a querer levantarse tan temprano, teniendo clases hasta las 8:00am, qué estrés no? Pero no hay otra opción, así es mi vida, viviendo hasta la otra punta y queriendo llegar “puntual” a la Universidad, si así se le puede llamar. ¿Y por qué digo esto? Porque no hay cosa que no falte que pase en el camino, porque si, quieras o no, tod@s salimos de casa con el riesgo de que no sabemos si regresaremos sanos y salvos. Suena loco, pero sí, mi vida siendo foránea es algo que la verdad tengo mucho que decir. Levantarme a las 6 de la mañana y alistarme rápidamente porque el camión pasa a las 6:40 para la Central de Culiacán, para después de llegar ahí, tomar otro camión que me deje un poco más cerca de la Universidad. ¿Poco más cerca se preguntarán? ¿Acaso ese camión no te deja en la Universidad?, ¿O por qué no tomas un camión que te deje en la Universidad? Pues la verdad que sí, así fue un tiempo y fue de lo mejor mientras duró, ya que sólo tomaba 2 camiones para llegar a mi destino. Debo admitir que era de lo mejor porque, qué chilo llegar de una forma mucho más fácil y rápida a la Universidad, sin tanto alboroto; pero las circunstancias cambiaron y ahora, para poder llegar “puntual” y no solamente puntual, más bien para llegar a la escuela, tengo que tomar 3 camiones. Suena loco. Hasta a mí me da un poco de risa, porque tengo amigos que me dicen: “¡No manches, pues hasta donde está tu Uni o qué!” Y yo, así como de “¡ay, está cercas jajaja!”. Pero el vivirlo del diario ya se vuelve una rutina, por lo que la palabra lejos desaparece automáticamente, y sólo se vuelven “días y anécdotas” que contar. Porque sí, el ser foránea implica pasar por demasiadas cosas que se vuelven parte de tu vida, cosas como ir en el camión rumbo a tu segundo destino, para después de ahí, llegar a la Uni y que el camionero choque levemente contra un carro y luego se dé a la fuga y tú así con cara de “¡qué pedo, yo que hago o qué!”. Pero, afortunadamente, no pasó a mayores y hoy estoy para poder contarlo. Así como también la vez que apenas iba rumbo a la Central y el camión en el que iba se venía quemando y la gente se empezó a bajar, y yo fui una de las que se quedó arriba. No era mucho lo que se estaba quemando “eran las balatas”, algo así, no lo sé muy bien, pero después recuerdo que le conté a mis papás y estaban molestos, me dijeron: “¿Y tú qué esperabas para bajarte del camión, Cami, te querías achicharrar o qué?”. Y yo, así como de “¡Ay, no pasó nada!”. Incluso, recuerdo que cuando llegué a la escuela y entré a mi salón y me senté, me daba un olor como a quemado y dije: “¿qué será?”, y después de unos minutos me olí la playera y me di cuenta lo que olía a quemado. ¡Era yo! Me dio un poco de vergüenza y me empecé a reír yo sola, pensando: “con olor a quemado y todo, pero aquí estoy”, después de eso, le dije a mi amiga: “achicharrada y todo, pero en la escuela, es que soy bien matadita pues” y ella se empezó a reír. Sería un sin fin de anécdotas por las que he pasado, pero mi mensaje aquí es que no todos tenemos el mismo privilegio, que, así como unos viven súper cerca y sólo toman un camión o se van caminando a la Universidad, hay otros que tomamos 3 camiones para llegar “puntual”, sin saber lo que nos haya pasado durante el camino. Algo que me gustaría recalcar es que todos corremos el mismo riesgo en nuestro camino, las cosas pasan en un segundo y eso es imposible cambiarlo. Y si algo he aprendido hasta ahorita como estudiante foránea, es que Cuando se quiere se puede” y el “pero” no existe.


Comentarios

Camila, ir en pos del saber y del futuro, para muchos de nosotros, nunca fue, ni es, ni será tan fácil como para muchos otros que, a veces, ni valoran la oportunidad que la Vida les pone en charola de plata. Sin embargo, la satisfacción de afrontar las circunstancias y salir adelante con nuestros sueños, nadie nos la quitará nunca y la disfrutamos en verdad.

Saludos, José Manuel Frías Sarmiento
Marcelo Tolosa dijo…
Buen relato estimada Camila. Demuestra tu compromiso hacia el profesionalismo. Por alcanzar nuestras metas por mas obstáculos que se presenten. Y aunque en el camino haya dificultades, servirán para formarnos y para contarlas de una manera amena y educativa así como lo haces hoy en este bonito texto. Te mando un gran saludo.
Unknown dijo…
Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero vendrán cosas mejores que dirás valió la pena todas esas aventuras que pasaba diario para llegar la universidad.
ÉXITO Y BENDICIONES

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