“El cansancio que tiene un trabajador comenzó desde que era estudiante”



 



LA MUERTE SILENCIOSA DE UN ESTUDIANTE DE UNIVERSIDAD.

 

Mariana Castro Félix

 

Para un estudiante no hay peor forma que despertar por el ruido de una alarma, un ruido que, con el tiempo, odias más y más. Interrumpe ese gran sueño en donde estás con el chico o la chica que te gusta tanto, o puede ser que agradezcas que te despertara de un sueño no muy agradable.

Ese despertar provoca sentir el cuerpo cansado, sin ánimos, sin querer abrir ni siquiera un ojo. Una sensación que ni siquiera un baño con agua fría puede quitar. Sólo quieres seguir en esa cama un rato más.

La vista nublada por el cansancio cada vez es más frecuente y duradera. Piensas en un sin fin de excusas para faltar a clases, pero ya no hay opciones y un justificante ya no es opcional.

Las noches se vuelven cada vez más cortas y las horas de clase pareces infinitas.

La sensación de tener arena en los ojos, por culpa del cansancio acumulado al tener que trabajar hasta tarde y despertar temprano para ir a clases y cumplir con tus metas.

Repites, una y otra vez, que ir a la escuela es lo más importante y que ya estamos a un paso de cumplir la meta. Te repites, una y otra vez, que tienes que aguantar.

Pedimos al cuerpo que sólo aguante un poco más lo exhausto de la rutina.

El mundo se cierra y parece que ya no puedes más, te planteas, una y otra vez, que tienes que dejar de trabajar, pero sabes que es necesario que continúes. Parece que el tiempo pasa lento, anhelas la llegada del fin de semana para descansar, pero como ya no tienes compromisos, tu subconsciente juega contigo y tu cerebro decide despertar con la costumbre, o con la maldita alarma que se te olvidó apagar. Interrumpe tu sueño y enciende tu pensamiento que, aunque le digas que guarde silencio, que quieres seguir durmiendo, se pone a recordarte todas la tareas y actividades pendientes.

Despiertas de mal humor, sin ganas de desayunar, en ocasiones te quedas acostada, pero tu cuerpo comienza a sentirse cansado de estar acostado.

Te pones a pensar que tú cansancio no es físico, sino mental. ¿Y cómo se supone que se descansa de eso? Si la vida sólo se trata de rutinas repetitivas que provocan cansancio mental en una persona; en este caso en la vida de un estudiante.

Ya pasaron seis semestres y el alumno siente que ya no puede, pero continúa porqué ya está más afuera que adentro. Sólo dos semestres más, sin contar el tiempo que se pasará para obtener el título después de la graduación.

En casa sólo escuchas los sermones de las personas que trabajan, al decir que es más fácil estudiar que trabajar. Pero tú sigues con la idea de que trabajar es más fácil. Pero es igual de estresante ya que, prácticamente, nos están preparando para el trabajo.

El cansancio que tiene un trabajador comenzó desde que era estudiante.

En unos cuantos meses comienza mi último año de universidad, el más pesado. Todos mencionan lo pesado que será por culpa de la Tesis, más el Servicio Social, más aparte el mantener las buenas calificaciones… Pero ya sólo quedan unos cuantos pasos más para cumplir una de las tantas metas planteadas. La culpable de apagar el brillo de muchos estudiantes, en los cuales se refleja el cansancio, el estrés, la ansiedad y las ganas de renunciar.

Sólo los más valientes culminan sus estudios, a pesar de las adversidades.

Sólo los guerreros más fuertes tienen la dicha de sostener un título universitario, después de tanto esfuerzo, agotamiento y dedicación.

Sólo faltan un par de meses para comenzar el nivel final de esta misión tan extensa. Hay que prepararse para salir victoriosos.

Sólo me queda decirle a la vida: ¡Vamos!

Podemos con esto y más …

 

Comentarios


Estimada Mariana, esa dejadez intelectual, ese cansancio crónico inexplicable, esas ganas de tirar la toalla, son emociones que todos, alguna vez, hemos sentido. Pero la mira puesta en la meta más cercana, como primer paso para seguir el camino, nos impulsa a continuar. Y la satisfacción de cumplir con nosotros mismos, será siempre la mejor recompensa.

Saludos, José Manuel Frías Sarmiento
Esbeidy Ruiz dijo…
Mariana, concuerdo contigo con el cansancio mental y físico que podemos llegar a obtener los estudiantes, si la carrera fuera fácil abría mucha gente en ella, como bien lo dices solo es para “valientes”.
He escuchado en muchas ocasiones que sin carrera es más cansado, sigamos luchando hasta llegar a la meta final de esta hermosa y cansada carrera.
¡Felicidades!

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