-“¡Ay,
es que tiene trabada la lengua, que se ponga un lápiz debajo!”
LA
"R" SE ME ESCAPA
Jazmín
López Aispuro
Se me escapa la "r". Está
en mi diccionario, pero nunca la encuentro. Y si llego a encontrarla es entre
otras palabras, pero nunca al comienzo mucho menos con su gemela. La r se me
escapa y se esconde. Estoy en un juego de las escondidas que durará toda la
vida. Desde que entré en razón y entendí que tengo memoria, no puedo pronunciar
la r, pero no todas las palabras con r, solamente las que suenan fuerte como la
R y la rr; las trabadas, por otra parte, me salen bien. Es complicado darme a
entender con personas desconocidas, como aquella vez en que fui a comprar un
borrador, llegué a la tienda con un saludo como siempre.
- Buenos días, me podría dar un bogador.
- Un ¿Qué? - me respondió la señora, ya de algunos años.
- Un borgador – apenada, volví a repetir.
- Perdón, mija, no te entiendo -
- Un bogador, por favor - haciendo la pinta de que estoy borrando.
- Ah, un borrador –
Qué
barbaridad, como sufrí vergüenza, lo único que necesitaba era un borrador para
terminar mi tarea y no encontraba la forma de decirlo más claro, ¡trágame
tierra! a veces exclamo en mi mente en esas situaciones. Hasta la fecha no
puedo comprar unos rufles en la tienda sin que alguien más los pida por mí.
Conozco
muchas personas que tienen el mismo problema, se les escapa la "r",
pero entre nosotros no hay problema por entender lo que el otro dice, el
problema son las personas que encuentran graciosa mi forma de hablar: como
vecinos, conocidos, amigos, familia y algunos maestros. No hay tanto problema
porqué les haga gracia la primera vez que me escuchan, hasta yo me he reído de
mí, pero esa gracia no es unilateral para todos cuando llegan y me dicen que
les repita más de 15 palabras con "r" que, obviamente, no puedo decir
correctamente, además del dichoso trabalenguas "r con r cigarro, r con r
barril, rápido corren los carros... por las vías férreas el ferrocarril "
También no falta el individuo que diga:
-¡Ay, es que tiene trabada la lengua que se
ponga un lápiz debajo!
Sí, okey, está bien, en su momento
lo intenté, pero después de 19 años estoy segura de que esto es defecto de fábrica
que no se puede resolver con lamer duvalines o con un lápiz bajo la lengua.
Ya estoy acostumbrada a hablar de
esta manera, en cierto modo tengo mi encanto, a veces olvido que no puedo decir
esas palabras, lo veo tan normal que no me doy cuenta, pero tengo una inquietud
¿cómo voy a ayudar a niños a que aprendan a leer? Si pronunció esas palabras
mal ¿ellos lo harán igual? Será prudente cambiar de nivel académico para no
pensar más en eso. Son preguntas que me agobian una vez que pienso en ellas
demasiado tiempo. Y, bueno, ¿Qué es lo que hago para ahogar esas inquietudes?
No, la respuesta no es el alcohol, ni es desvelarme leyendo novelas y arrepentirme
al día siguiente; en fin, mi problema verbal suena algo muy "sin
chiste" para algunas personas y quieren resolverlo con sus remedios
caseros. Yo diría que mejor deberían esforzarse un poquito más en concientizar
cómo se sienten las personas, antes de empezar a dar soluciones a algo que ya
es normal para el sujeto. ¿Te has puesto a pensar que esa persona tiene
muchísimo tiempo con ese problema y que, obviamente, ya la han acosado lo
suficiente, como para que también vengas a decir lo mismo que todos los demás
antes que tú.
Comentarios
Saludos, José Manuel Frías Sarmiento
Te felicito y segura estoy, que serás una gran docente. Y podrás superar las situaciones que se te presenten, aunque se te escape la R.