“Mientras se prefiera
mirar a otro lado y solo reformar artículos que nadie lee y que no se ejecutan, seguiremos viendo niños y jóvenes que prefieren el “camino fácil” para tener
“una vida mejor”
DEL
DICHO AL HECHO, HAY MUCHO TRECHO
Dinora
Guadalupe Aguirre Maldonado
La ley general de
educación “Obliga al Estado a prestar servicios educativos de calidad que garanticen
el máximo logro de aprendizaje de los educandos, para que toda la población pueda
cursar la educación preescolar, primaria, secundaria, y media superior”,
¿Alguna vez lo habías leído? Yo no.
Por años, dejé pasar
bastantes cosas desapercibidas, y entre ellas se encuentra la Ley General de
Educación; Y sí, es bastante ilógico pues a estas alturas me encuentro en el
sexto semestre de una licenciatura en pedagogía. Como han de suponer, hoy me he
adentrado al conocimiento de las leyes de la educación porque es una tarea
escolar. En esta búsqueda de información visité un sitio tras otro, de arriba
abajo, documentos oficiales de gobierno; leí artículos y artículos, hasta que
ya no pude más.
Como futuros
profesionales de la educación es una tarea obligatoria el conocer las leyes de
la misma, todo derecho y obligación que brindan las autoridades, tanto
federales, estatales y municipales; dentro de cada institución, ya sea pública
o privada. Junto a estas leyes hay autoridades que se encargan de ejecutarlas,
y a su vez el supervisar su cumplimiento.
Nuestra Ley General de
Educación es muy bonita, no juzga al individuo a pesar de la diversidad, pues
como en ella se menciona que todas y todos tenemos derecho a la educación,
estableciendo que todo habitante del país tiene igualdad de oportunidades de
acceso, tránsito y permanencia en el sistema educativo nacional. Eso es lo que
dicen unas cuantas hojas, llenas de miles y miles de artículos en donde se
“jura” garantizar la educación básica de cualquier persona. No puedo evitar
sentir molestia, pues desde mi experiencia puedo decir con completa seguridad
que eso no es así. Las cosas no pasan tal cual están escritas.
Inferior a la Ley General
de Educación existe la Ley Estatal de Educación, una deriva de la otra, y,
tiene que estar sujeta a cuanta cosa esté decretada por el Congreso de la unión
en la Ley General; no se puede pasar sobre ella, sin embargo, la Ley Estatal de
Educación se establece de acuerdo a las disposiciones de cada estado de la
república. Es como si de filtros se tratara.
Bien dice un dicho
“Cuanto más se sabe, más se sufre”, porque hoy me duele conocer estas leyes que
forman parte de nuestra constitución, que “se supone” es una de las cosas de
más valor para el pueblo mexicano. No es que quiera comenzar a echar culpas,
pero la verdad es que todos la tenemos. Por una parte, tenemos a una sociedad,
que al igual que yo, ignora gran parte de lo que está dentro de nuestros
derechos y obligaciones bajo la constitución. Por la otra, tenemos un largo kilometraje
de gobiernos que se han “aprovechado” de alguna manera esa ignorancia que
cargan los mexicanos.
Si tan cierto es eso de
que la educación es derecho y obligación ¿por qué en nuestras calles abundan
cientos de menores de edad sin estudios? Podría decir que en cada fuente de
empleo han desfilado tantos jóvenes con sueños rotos, con hambre de saber, pero
con mucha necesidad, ya sea familiar, económica, emocional, y de una ayuda que
los oriente a tener una educación integral.
¿Qué la educación tiene igualdad
de oportunidades? Falso. Oportunidades son las que faltan. Localidades en donde
niños con sus pies descalzos y varios kilómetros de camino sí existen, y están
en mi México. Ese México que durante sexenios han rendido informes donde los
resultados son “de mejora” en la educación.
¿Oportunidades? No lo
creo, menos cuando hay niños que asisten a clases sin comer y sin un peso en su
bolsa; mientras que en las tienditas escolares los precios están por las nubes,
o peor aún, en esas escuelas rurales que ni a tiendita llegan. No hay igualdad
cuando se exige una “cuota voluntaria” para el ingreso a una educación básica,
en donde unos sin problema pagan, pero otros cuentan los pesos uno a uno para
completar el monto. La educación no es para todos, es para aquellos que sí
tienen posibilidades o para aquellos que con bastante sacrificio logran darse
ese lujo para en un futuro tener una vida mejor.
Ahora me pregunto yo, si
estas leyes no se cumplen, ¿Quién las sanciona? ¿Cuál es el pago por no
llevarlas a cabo? Si la ley obliga a los padres o tutores de niñas y niños,
menores de dieciocho años, mexicanos, a que estos reciban una educación, así
como participar en su proceso, la revisión de su progreso y desempeño ¿Por qué
seguimos viendo niños pidiendo dinero en los semáforos? Con sus pequeñas manos,
sosteniendo una pelota que apenas pueden sujetar, ofreciendo un “show” a los
conductores para recibir apenas unas monedas.
No sé si las autoridades
no lo ven, o no lo quieren ver, o, quizá digan el famoso “a mí no me
corresponde”, pero la cuestión es que nadie hace algo. Se están violando esos
derechos, posiblemente nos estamos perdiendo de los excelentes profesionistas
que serían. Da tristeza que algo que por ley les corresponde sea arrebatado y
simplemente ignorado.
Considero que Mientras se prefiera mirar a otro lado y solo reformar cada seis años un montón de papeles con artículos que nadie lee y que no se ejecutan como debería, seguiremos viendo esos casos en donde los niños y jóvenes prefieren el “camino fácil” para tener “una vida mejor”.
Comentarios
Dinora, he publicado tu texto tal cual lo escribiste. No he modificado ni una sola coma para no alterar el sentido de tu genuina expresión al leer y conocer los derechos y las posibilidades educativas que las Leyes garantizan, y la distancia que éstas guardan con la realidad que se vive en las comunidades y en las propias escuelas. Es tu primer acercamiento al Currículo Real, al vivido, al oculto que devela al Oficial.
Saludos. Te felicito. José Manuel Frías Sarmiento
Como menciona el Sr. Tolosa, hemos avanzado, muy poco, pero sí. Pero falta mucho por hacer, mucho por cambiar y mucho que aprender.
Estimada Dinora, se puede pasar una vida, sin conocer leyendo y puede que no pase nada.
Los docentes nos formamos para formar. Con y sin sabedores de la artículos legales en la educación se camina. Qué quiero decir, has lo más que puedas, donde estés, con los que te rodean. La actitud positiva es contagiosa, eso creo.