“Es todavía mucho más esencial comunicar a los maestros que estarán llamados a impartir esa enseñanza, el espíritu que debe animarlos en su tarea”
La Formación inicial de profesores y profesoras:
Pedagogías Históricas, y Retos de Actualidad [i]
Dr. Luis Enrique Alcántar Valenzuela
Director de la
Escuela Normal de Sinaloa
04.03.2022
Agradezco la invitación hecha por el Consejo Estratégico de Educación,
órgano colegiado encargado de contribuir con propuestas y recomendaciones en la
elaboración del Plan Estatal de Desarrollo (PED) 2022-2027 de Sinaloa.
Contexto Histórico de las Pedagogías.
Para comprender lo que hoy son las instituciones normalistas, necesariamente se tiene que recurrir a las llamadas “genealogías del poder o de las instituciones sociales”. El anterior posicionamiento intelectual implica saber historizar a la misma noción de Escuela Normal, como a los mismos procesos de formación inicial de las profesoras y los profesores.
Para el análisis y estudio, e incluso en el mismo proceso de construcción
de las políticas públicas focalizadas en la formación inicial del profesorado.
Les advierto, no podemos quedar atrapados en la “enfermedad del presentismo”,
ese acto es de ceguera intelectual.
Para estudiar y reflexionar sobre la
estructura, función y evolución de los procesos de formación inicial, ligada
como bucle recursivo a la institución normalista; necesariamente se tiene que
recurrir siempre a las Pedagogías que han antecedido e interpelan a cada
momento.
Citaré en forma breve dos Pedagogías, que todo profesor tiene que ubicar,
si pasó con aplicación por las aulas normalistas.
Hace aproximadamente 400 años, 4 siglos. Entre los años 1627-1630 Juan Amos
Comenio, escribía en el idioma checo la primera versión de una de sus obras
cumbre Didáctica Magna y en el capítulo XII intitulado “Las escuelas pueden
reformarse para mejorarlas”, al leerlo y reflexionar con ese referente semiótico,
uno vive una especie de shock temporal; porque lo primero que uno se pregunta
es lo siguiente ¿este capítulo anticipa las llevadas y traídas rutas o
programas de mejora, así como los mismos procesos de reforma de las escuelas?
La verdad, puede sostenerse que sí. Aunque algunas posturas oficiales las
hayan querido vender como “novedosas o vanguardistas” solo con un nuevo empaque
colorido y tronante.
En Francia, hace más de un siglo. A principios del siglo XX. En 1904-1905
Emile Durkheim (
“Se ha llegado a entender que, aunque sea necesario fijar con
discernimiento las diferentes materias de la enseñanza, dosificarlas
sabiamente, guardar con cuidado sus proporciones, es todavía mucho más esencial
comunicar a los maestros que estarán llamados a impartir esa enseñanza, el
espíritu que debe animarlos en su tarea. Se ha comprendido que un programa sólo
adquiere valor por la forma en que está aplicado; que, si se aplica en sentido
contrario o con resignación pasiva, o se volverá contra su objetivo, o se
quedará en letra muerta. Es necesario que los maestros encargados de hacerlos
realidad lo deseen y se interesen en él; sólo viviéndolo lo harán vivir. No
basta con ordenarles con precisión lo que tienen que hacer, es preciso que
estén en condiciones de juzgar, de apreciar esas prescripciones, de ver su
razón de ser y las necesidades a las que responde. En una palabra, tienen que
estar al corriente de las cuestiones a las que estas prescripciones aportan
soluciones provisionales; es decir, que es indispensable iniciarles en los
grandes problemas que suscita la enseñanza que tienen a su cargo, en la forma
con que se trata de resolverlos, para que puedan formarse una opinión con
conocimiento de causa. Tal iniciación solo puede resultar de una
cultura pedagógica que, para que produzca un efecto útil, debe darse en
el momento oportuno, es decir cuando el futuro maestro está todavía en los
bancos de la universidad” (p. 28)
Las dos citas recuperadas, referidas a las pedagogías históricas, sirven
como marco para entonces indicar lo que sucede hoy en el presente en las
Escuelas Normales, más en concreto en los procesos de formación inicial del
profesorado sinaloense.
A LA LUZ DE LA HISTORIA DE LAS
PEDAGOGÍAS, hoy en día se tiene que enfatizar, que el eje principal por donde
corren o se transmiten las intencionalidades formativas a las nuevas
generaciones escolarizadas en el sistema educativo nacional y estatal: son sus
profesores.
Si el proyecto educativo del nuevo gobierno de Sinaloa, pretende mover y
tocar las aulas escolares y con ello alcanzar a sus alumnos; primero tienen que
atender, comunicarse y preocuparse por los procesos de formación inicial de sus
futuros profesores y a la vez atender puntualmente las necesidades de
actualización de los profesores que ya prestan sus servicios profesionales al
Estado mexicano.
En función de la anterior idea, el Programa Sectorial de Educación del
gobierno federal (2020-2024), en su objetivo 6.3 establece “Revalorizar a las
maestras y los maestros como agentes fundamentales del proceso educativo con
pleno respeto a sus derechos a partir de su desarrollo profesional, mejora
continua y vocación de servicio”.
En el plano local, al aplicar una gran mirada a las instituciones de
educación superior, encargadas de la formación inicial de quienes serán los/as
profesores/as del mañana, puede indicarse que su oferta se caracteriza por ser
desarticulada y endogámica. Cada institución hace lo que considera en función
de la interpretación y puesta en práctica de los Planes y Programas de estudio
que delinea la autoridad educativa federal. La relación dialógica
interinstitucional en torno a la formación inicial del profesorado, poco se
genera; restándole con ello posibles potenciales para la mejora de las escuelas
normales.
El supuesto Modelo de Formación Docente Inicial, en el plano de la
argumentación curricular, puede ser muy convincente; pero en el plano de las
prácticas de enseñanza en las aulas normalistas o bien universitarias, por lo
regular no se traducen en positivos sólidos para apoyar la formación inicial de
los jóvenes universitarios, que se preparan para ser profesores de educación
básica.
Las escuelas normales y universidades, que toma como foco la formación
inicial de los futuros profesores, tienen necesidad de traducir un puntual
ejercicio en donde reconozcan sus: avances, retrocesos, estancamientos y
brechas institucionales. Este ejercicio será más pertinente y significativo si
estas instituciones normalistas toman como referente de contraste los contenidos
vigentes de los diseños curriculares de la educación básica.
Es justo reconocer, para que se atienda, que las escuelas normales en
Sinaloa, atraviesan por una serie de procesos críticos:
1. La caída estrepitosa de la matrícula estudiantil.
2. El bajo presupuesto con el cual operan. Esto trae como consecuencia “Que,
sin presupuestos decentes, las escuelas normales, no podrán cumplir con
verdaderamente iniciar a los jóvenes normalistas en esa Cultura Pedagógica, tan
necesaria para ser un actor activo e inteligente en las aulas y escuelas
sinaloenses.
3. La postergada reflexión de los formadores de docente, en torno a cómo
circula, se demanda y consumo hoy la información, los datos, los sonidos y las
imágenes a través de las plataformas y dispositivos digitales.
4. La necesidad de revisar replantear la colaboración, asesoría y
acompañamiento de los estudiantes normalistas, en los espacios reales de
práctica profesional.
5. Lo que la Emergencia Sanitaria se llevó y lo que nos trajo. ¿Cómo se
reconfigurarán las prácticas de enseñanza de los formadores de formadores?
6. El problema de los productos de investigación educativa, producidos por los
académicos de las escuelas normales, su escasa vinculación y articulación con
las posibilidades de socialización, usos y aplicación de esos conocimientos
científicos sobre la educación.
7. El relevo generacional de las plantas de académicos de las Escuelas
Normales. Si no se cuida e interviene con urgencia, correremos el riesgo de que
quizás en la tercera década del siglo XXI, las escuelas normales sean terrenos
académicos devastados o desérticos, en cuanto a la calidad y niveles de
desempeño de sus equipos docente que forman a las nuevas generaciones de
profesores.
[i]Este
texto, en su primera versión fue presentado en: Foros de Consulta 2022. Plan
Estatal de Desarrollo 2022-2023, cuya temática fue “Formación y actualización de docentes”.
Comentarios
Estimado amigo Dr. Luis Enrique, ahora bienaventurado, en el sentido de afortunado, Director de la Mítica Escuela Normal de Sinaloa. Su texto, amigo Alcántar, es crítico y revelador de una situación que todos conocemos, pero pocos quieren ver; y más pocos, todavía, tienen los arrestos para ponerla a discusión, como Usted hoy, en este texto, la expone con meridiana claridad. No sólo es la Normal quien acusa de recibo su mirada y su decir, son todas aquellas Instituciones Formadoras y Actualizadoras de Docentes, las que deberían de atender su llamado y armar un encuentro y una discusión de gran altura y de profunda y mesurada discusión, para, poco a poco, andar el túnel que ahora caminamos a tientas y al calor de los recuerdos de lo que antes fue la Formación de Profesores. Yo, hace años que anhelo, encontrar ese espacio académico para la interacción intelectual de verdad, tal y como se lo merece y requiere la Educación en Sinaloa.
¡Felicitaciones! Un abrazo, su amigo de siempre, por siempre, JM El Tal Frías S.
Le mando un saludo.
PD Regreso pegando con tubo. Espero leerlo mas seguido.
Cierto es, que la experiencia al implementar un plan de trabajo o proyecto escolar deberá tener un tinte apasionado y ante ello la convicción de que resultará beneficioso para quien enseña y para quien aprenden, a reserva de los posibles cambios como todo lo que conlleva al realizar una acción. Pero si es lo contrario como bien dice será letra muerta en el accionar. La formación de docentes en cualquier institución educativa, debe estar motivada por el querer Ser y hacer, pero si hay otros intereses, me temo que no resultará.
Humanizar la educación, humanizar el quehacer educativo... sin verbalismo.
Estimado Dr. Enrique que bien verlo a través de las letras por el Blog "desaventurado" Y desde luego, al Maestro frías por compartir.
Saludos.
Les envío un cálido abrazo.
Siento que lo que expresa es la preocupación auténtica de un formador de docentes que tiene bien definido hacia donde deben dirigirse las acciones para cambiar lo que tantas veces analizamos.
Ahora, acompañarlo en esta nueva empresa en la escuela normal, es un privilegio.
Sinceramente, nunca me pasó por mi mente dejar las aulas, dejar a los alumnos en las clases, pero al ser testigos de su llegada a la dirección de la Escuela Normal de Sinaloa, una inquietud me llegó, y me dije "Quiero ser parte de ese proyecto".
Creo firmemente, que la transformación que busca, basada en la academia, la honestidad y lo genuino de la personalidad que lo caracteriza, se observa en usted y coincide de mi visión de le que debe ser una escuela formadora de docentes.
Confirmo algo ya muchas veces reflexionado, los formadores de docentes, somos modelos vivos de quienes acompañamos en las aulas y que después replicarán con sus alumnos en las diversas trincheras dela educación en México.
Saludos.
Ojalá todas y todos quienes hacemos docencia, de cualquier tipo, en cualquier nivel, el cualquier espacio y en cualquier tiempo tengamos la oportunidad y la posibilidad de leerlo primero y siendo coincidentes con este deber profesional planteado consecuentemente hacer que pasen cosas en cada entorno cercano de desempeño educativo.
Los nudos críticos que señala de manera tan clara y precisa, a pesar de ser evidentes no siempre están a la vista de quienes tienen que tomar decisiones en favor de un mejor futuro. Sin embargo ofrece usted un faro que bien podría orientarlos.
Aprovecho este conducto para expresarle mi aprecio y reconocimiento a su labor y saludar con beneplácito al Mtro José Manuel Frias Sarmiento por hacer propicia esta ocasión.
Hoy le habla una alumna preocupada por su formación académica, que si bien admira a su profesorado, reconoce que hoy en día las instituciones están más preocupadas por llenar la matricula estudiantil que elegir a los estudiantes más idóneos para una profesión tan importante como la de formador de docentes. Afectando no solo a las futuras generaciones si no a los alumnos que poco se enriquecen con la interacción y relaciones dentro del aula, que de acuerdo con Vigotsky son clave para una mejor construcción del conocimiento.
Fue un gusto leer este texto, y saber que autoridades tan importantes como usted, esta preocupado por éste asunto y que sin duda aprovechara su posición para lograr una mejora.
Saludos cordiales.
Laura Elizabeth Trujillo Tuz
Alumna de la Licenciatura en Pedagogía
Universidad Pedagógica del Estado de Sinaloa