“Me entregué a ti de todas las maneras posibles y así encontraste la forma de destrozar mi vida”








¡ASÍ DE ROTA!

 


Gloria Guadalupe Correa Ochoa

 

Cuando todo era pura tormenta... de pronto desperté... me miré al espejo y me dije: ¡Quiérete guey... has pasado tantas cosas y tú misma las has resuelto! Fue cuando comencé a amar mi cuerpo... mis estrías... mi abdomen que no era para nada plano... los granitos de mi cara, mis ojos redondos, mis manos delgadas... Comencé a amarme a mí misma... Y es bonito darte cuenta que, después de una tormenta, siempre hay un arcoíris que solo miran los que quieren.

Después de tantos pensamientos como; ¿Por qué ella? ¿Por qué yo no? Mientras me resbalaba de la pared con dirección al suelo, ligeramente entrelacé mis dedos en mi cabello y lloré hasta el cansancio. Y entre sollozos suavemente decía: “Se acabó”

¿Por qué me abandonaste? -Se dijo- He dado vueltas en mi cabeza buscando la respuesta a esta pregunta y llegué a la conclusión de que tú no lo hiciste, yo te dejé a ti.

Te dejé porque me destruiste a pedacitos, desnudaste mi piel y mi alma. Me entregué a ti de todas las maneras posibles y así encontraste la forma de destrozar mi vida, comenzando con lo que más me dolía, con lo que más me dañaba, y ahí clavaste tu estandarte con forma de corazón. Un estandarte que agitaba pensamientos en donde te auto convencías que todo lo hacías por amor, porque me querías o porque tú querías creerlo así; un estandarte lleno de inseguridades, desesperación, dependencia emocional, sentimientos encontrados y un final designado a darme directo y sin remordimiento…

Me obligaste con sentimientos falsos a salvarte, a ayudarte con tu vida. Me obligaste a sacarte de ese hoyo donde te habías hundido mucho antes de darte cuenta. Me obligaste a aliviar tu dolor de una manera muy extraña. Me obligaste a quererte más de lo que yo sabía querer. He escuchado por ahí que las personas manipuladoras suelen ser convincentes en sus argumentos.

Tu pinche comportamiento manipulador… me convenció.

¡Te miras mejor sin maquillaje! ¡Me gusta más la ropa holgada en ti! ¡Tu cabello se ve mejor suelto! ¡Tus amigos están enamorados de ti! ¡Me gusta más tu aroma natural!

Son algunos comentarios que me hicieron indirectamente obedecerte…

Creí que me querías como soy, aunque no en todas las ocasiones fue así ¡Me quiere mucho porque me acepta tal como soy! ¡Nombre, me quiere porque me ha visto fachosa y prefiere ver mi yo natural!

Tú no me dejaste…yo te deje a ti…

Te dejé porque siempre te ponía en mi prioridad, incluso antes de mí.  Te deje porque a nadie había molestado con mi vestimenta más que a ti. Te dejé porque me hiciste sentirme más que una pareja, una mamá, donde pudieras llorar en mis brazos sobre tus problemas. Y al llegar el momento donde yo necesitaba llorar, tú evitabas verme, creando excusas sobre acciones importantes que debías hacer.

Te dejé porque no supiste entender mi forma de ser, de pensar, ni de actuar. Y te dejé porque me di cuenta que ya no sentías lo mismo por mí, cuando me di cuenta de que tenía miedo ponerme un estilo de ropa que no te gustaría, cuando me di cuenta que dejé muchas amistades y ni así te tenía contento. Te dejé porque querías vivir mi vida a tu manera, querías tanto la libertad que subiste encima de mí para ser más libre que yo.

Te dejé porque me bajaste hasta el suelo emocional y físicamente. Mis energías no eran las mismas, me dijiste que sabías que me sentía mal por muchas cosas y que sabias que estaba rota y que conscientemente me quebraste más, corrección, me terminaste por quebrar. Me dijiste “Sabes, tú ya estabas rota, lo que yo hice fue terminar de romperte… pero ya estabas rota”

Tontamente esperaba y quería que volvieras.

Quería que voltearas cuando me vieras pasar, cuando nos encontramos de casualidad por la calle, que vinieras a buscarme y me dijeras que no vivirías, que tus días son tan malos como mis días, que mi aroma abunda en tu olfato cuando piensas en mí, cuando escuchas gritar a alguien y piensas que soy yo, que cuando pasas por un lugar donde estuvimos juntos recuerdas todo lo que pasó en ese sitio, quisiera que me recordaras tanto como yo a ti…

Que me dijeras que también vas por las calles con la esperanza de encontrarme y que volteas cuando al mirar a una chica de espaldas o de frente, creas que soy yo, que tus pies te lleven a mi casa y de repente te des cuenta de que todo se acabó…y no va a cambiar, que cuando suena una canción su letra te recuerda a mí y que tienes recuerdos vagos y sonríes sin darte cuenta… Quería que me dijeras que abundo en tu cabeza en forma de pensamientos, que me sueñas y que me extrañas…

¡Tóxico, tóxica, tóxicos!

Depender de las personas en lo sentimental, en lo físico y en lo emocional, es lo más desgastante.

Me niego rotundamente a sentirme así, - soltó por fin.


Comentarios


Gloria, los amores tóxicos envenenan el alma y destruyen las relaciones que debieran de ser hermosas, agradables y enriquecedoras. Por eso es importante que busquemos convivir con personas que aporten a nuestra vida.

Saludos, José Manuel Frías Sarmiento

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