Un verdadero amigo es aquel que aprende y llega a preocuparse por una persona hasta el punto de sufrir cuando ella sufre y de sentir alegría cuando ésta llega”







 

MENSAJE PARA UN AMIGO

 

 

Sotero Sarabia Peraza

 

Jesús Manuel era una persona alegre, dinámica, con un gran sentido social y humano, sus prioridades giraban en torno a su familia y su negocio que fue construyendo desde abajo hasta convertirse en una exitosa institución educativa en la ciudad de Culiacán. Así, también, en sus pasatiempos favoritos figuraban el beis bol ya que era uno de los espectadores más asiduos de los Tomateros de Culiacán, no menos importante estaba el voleibol de careada, que es precisamente en esta práctica donde coincidimos y afianzamos nuestra amistad, porque durante 10 años, 2 veces por semana, practicamos este emocionante y entretenido deporte.

Después de un tiempo de estar reuniéndonos en la cancha de voleibol ubicada en un terreno en Las Quintas que el mismo acondicionó, se me acerca y me dice que le acaban de detectar un problema de salud en un riñón. De inmediato se realiza los estudios requeridos para ver la situación que guardaba, y ante lo inesperado, de manera abrupta y repentina, el resultando le cambió la vida a él y a su familia, ya que le diagnosticaron cáncer.

A partir de ese momento, inicio con tratamientos largos y onerosos, en el ir y venir en busca de alternativas que pudieran paliar el problema tan delicado que lo aquejaba, se le fue formando metástasis hasta llegarle al cerebro, por lo que le practicaron una cirugía con la esperanza de su recuperación, pero las cosas lejos de mejorar, como es de esperarse en este tipo de padecimiento, empeoraron de tal manera que ya no pudo caminar ni levantarse por sí mismo de la cama, porque el problema había atacado el sistema óseo. 

Preocupado por la salud de mi amigo Jesús Manuel, el 09 de enero del 2010, por la tarde, fui a visitarlo y me impresionó verlo sentado en una silla de ruedas con su estado físico muy deteriorado, me recibió sonriente y optimista como pocos; a pesar de su delicado estado de salud. Después de platicar por una hora y media, me retiré de su casa con mil cosas en mi mente, al ver como aquel hombre que hasta hacía poco tiempo tenía una vida normal, estaba en la antesala de la muerte. Llegué a mi casa y sentí el impulso de plasmar en una carta lo que sentía por mi amigo describiéndolo tal como era, según mi percepción.

Al día siguiente, con la carta ya elaborada la introduje en un folder y fui a su casa a entregársela en sus manos, pidiéndole que ya que me retirara la leyera con calma y digiriera lo ahí escrito porque era mi sentir hacia su persona.

 

CARTA PARA UN GRAN AMIGO, PARA UN GRAN HOMBRE;

JESÚS MANUEL GUTIÉRREZ LÓPEZ

 

En nombre de mi familia y en el mío propio, te queremos expresar nuestro más amplio reconocimiento por lo que representas como ser humano en toda su dimensión. Jesús Manuel, en la época que hoy nos toca vivir, no es fácil encontrar personas que sean ejemplo de vida como tú, con las características que posees: Integro, Incansable, Fuerte, Tesonero, Optimista, Hombre de fe desmedida, Congruente con tus ideas, Valiente, Emprendedor, Leal, Esposo,  Padre y Abuelo ejemplar pero sobre todo un gran amigo, ya que estás dispuesto a dar sin pensar en recibir nada a cambio, a prestar tu apoyo cuando el otro está débil, motivado solamente por el valor de la “amistad”. Amigo, tengo que resaltarlo con negritas y mayúsculas, tienes la extraordinaria virtud de que las personas te acepten, no por lo que eres exteriormente sino por lo que reflejas desde adentro.

Desde lo más intrínseco de mi pensamiento, me veo motivado para decirte, con toda honestidad y franqueza, que un verdadero amigo es aquel que aprende y llega a preocuparse por una persona hasta el punto de sufrir cuando ella sufre y de sentir alegría cuando ésta llega.

Jesús Manuel, no termino de sorprenderme, ¿De dónde sacas fuerza para conservar ese optimismo que siempre te ha caracterizado? No cabe duda, “ES PRECISO TENER FUERZA PARA SOBREVIVIR, PERO ES PRECISO TENER CORAJE PARA VIVIR”. Mi amigo, allá afuera hay todavía muchas montañas que escalar, un mundo maravilloso esperándote y que con la ayuda de Dios, tú lo descubrirás.

En lo que hoy te expreso, no puedo omitir el felicitarte por la esposa que tienes, quien se ha convertido en tu ángel de la guarda, en tu fortaleza, tu motor que te da ánimos para continuar tu misión en este mundo, “servir a los demás”. Es de admirar y reconocer la paciencia e incondicionalidad con la que te brinda atención desmedida, apreciándose a la vista de todos que esto lo provoca el profundo amor que los mantiene unidos de manera indisoluble y, por supuesto, en el mismo tenor e intensidad están tus hijos que te quieren, admiran y respetan por haber recibido de ti lo mejor y saberlos conducir por el camino del bien y por lo que para ellos representas Un Señorón”.

Amigo, los párrafos aquí plasmados, reflejan un sencillo y humilde testimonio de mi sentimiento hacia tu persona y apreciada familia, recuerda que en mí tienes un amigo que te aprecia, admira y estima.

Finalmente, quiero resaltar que te guardo como uno de los activos más importantes que un ser humano puede poseer la amistad de un gran hombre”.

Enhorabuena AMIGO, ¡QUE DIOS TE BENDIGA!

Enero del 2010

Sotero Sarabia Peraza

 Después de esta visita, pasan los meses y en abril recibí una llamada de su hijo mayor Juan Ángel y me pide que, de ser posible, le reenvíe la carta que le hice a su padre, porque la que yo le entregué el 10 de enero, se le había extraviado y para ellos era muy importante tener esa carta porque mi amigo pedía que se la leyeran todos los días. Esto me generó una sorpresa porque nunca imaginé que dicha carta fuera valorada en tal magnitud.

 El primero de junio de 2010, era martes por la tarde, me hablan para decirme que acababa de fallecer mi amigo. Acudo a la funeraria Monte Bello a despedir a Jesús Manuel, de pie cerca del ataúd, se me acerca la señora Maricarmen (viuda), le doy el pésame y me pregunta que si doy autorización para reproducir la mencionada carta y repartirla entre los asistentes a la funeraria, y de igual forma en la iglesia de catedral donde oficiarían la misa de cuerpo presente. Mi respuesta fue inmediata, aduciendo que de mi parte no existía inconveniente alguno.

 Después me enteré que la carta había trascendido hasta el colegio que mi amigo fundó, ya que fue distribuida en todo el plantel al personal administrativo, docente, así como a los padres de familia.

 Cuando pensé en escribir esta carta, nunca imaginé el impacto que ocasionaría en la familia y, mucho menos, la trascendencia que tendría en una parte de nuestra sociedad.

Comentarios


Sr. Sotero, los amigos son bendiciones que Dios nos manda para hacer nuestra vida más amable y luminosa. Usted tuvo la dicha de contar con un entrañable amigo en la vida y en los momentos de solaz esparcimiento. Un amigo que pronto se fue y le dejó un recuerdo imborrable que Usted expresa con afecto en esta Carta que ahora nos presenta.

Y podemos en la vida, tener muchos amigos, pero cada uno tiene su esencia, porque, como lo canta Alberto Cortez: “Cuando un amigo se va / queda un espacio vacío / que no lo puede llenar / la llegada de otro amigo”.

Saludos. José Manuel Frías Sarmiento
Marcelo Tolosa dijo…
Estimado Sotero nos acaba de regalar un grandioso texto muy conmovedor y a la vez la historia de una muy bonita amistad. Sin duda al leer esto nos queda claro lo valioso de tener una buena amistad y el impacto que trasciende. Le mando un saludo.

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