“Escribo de la menos-pausa porque la menopausia, aún en la idiosincrasia moderna, sigue siendo un tabú que muchas mujeres se niegan a enfrentar”
MENOS-PAUSA
María Madrid
Zazueta
Menos-pausa le he
denominado a esta etapa de altibajos que suelen llamar con cierto miedo y prejuicio
Menopausia. ¿Por qué menos-pausa? Porque a mí me han llegado los
cincuenta en el segundo año de una pandemia mundial que, en muchos sentidos, me
ha obligado a dejar de posponer ocuparme de mí. Que me ha permitido estar
muchos momentos conmigo misma y decidir desde mi propio sentido común o
convencimiento de los asuntos. Irónicamente, me he vuelto más sociable y tengo
nuevas amigas, me expreso más en las reuniones virtuales y me siento satisfecha
de ello. A mí, la menos-pausa y la pandemia me han sentado más bien que mal, con excepción de los seres queridos que he perdido y la decepción de tantos medios
de comunicación que nos incomunican con tantos memes que son, para mí, formas de
perder el tiempo en vez de conocer más allá a las personas contactadas. Me
tiene harta esta carencia de comunicación que no sabe expresarse ni comunicar y
compartir su vida. Como si la conciencia colectiva se volviera una conciencia
individual fragmentada en videos chistosos, memes e imágenes bien o mal
intencionadas.
Me agarró la pandemia y
la menos-pausa en medio de muchos pendientes, algunos que todavía no cubro; me
zarandeó tan fuerte un mal diagnóstico de un inexistente contagio de covid, que aumentó
mi ansiedad y mi hasta entonces capacidad de conciliar el sueño que, a los
veinte días, fui a para urgencias del hospital psiquiátrico. A partir de allí, todo
ha mejorado en compañía de médicos, amigas, familia y compañeros de mis propias
convicciones. Tomo y como nuevos medicamentos y alimentos, casi me rapé la
cabeza porque ya no encontraba cómo dejara de estorbarme el pelo largo y me
dolía el lugar del cráneo donde me hacía el famoso chongo, no quería ni tenía
ganas perder tiempo peinando mi largo cabello. La practicidad de las cosas que
me rodean y de mis acciones se ha convertido en una necesidad esencial que me
he apropiado del dicho “obras son amores y no buenas razones”.
Estos dos últimos años he
aprendido a dormir profundamente; increíble que he leído más libros, que no
sean académicos, que en los últimos diez años atrás. He visto muchas películas,
series y documentales de diversos géneros y he descubierto formas de vida
distintas; por ejemplo, cómo es vivir en Corea del norte, en las calles
olvidadas de Estambul, en las colonias marginadas de Monterrey. He descubierto
a hombres detrás del personaje, como al Gabo y su autoexilio de una Colombia
que mata a quien se atreve a escribir la realidad; un Rafael Buendía que, sabiendo que le costaría la vida, escribió de los descubrimientos de plantíos de
mariguana con la venia de gobiernos mexicanos y estadounidenses, y deja así
abierta la línea de investigación que la CÍA pudo matar a Camarena y no Caro
Quintero, porque Camarena estaba descubriendo esa conexión entre los gobiernos.
He conocido a un joven Zac Efron que hizo a un lado el medio artístico para
conocer estilos de vida más saludables, y de hecho también al Chef Gordon Ramsay, siendo regañado por gente común que cocina siguiendo costumbres y aprovechando
lo que se da en su entorno, Gordon probó ser él quien recibe los regaños y
reconocer que sabía tan poco de la variedad gastronómica que hay en el mundo.
También descubrí que casi
todo mi organismo está sano, desde luego mi mente aún tiene mucho en que
trabajar; sobre todo, asimilar que hay día y noche, donde los días son para
trabajar y las noches para dormir. También he descubierto que pintar mandalas
me ayuda a concentrarme mejor y no dormirme durante discursos de más de 15
minutos. He descubierto que sigo satisfecha estar soltera, sin hijos y con
cuatro latosos perros a los que amo y son una compañía genuina, que Falkor si
no llego a casa no come y se encierra en mi cuarto a esperarme. Y claro,
disponible por si llega el compañero que me quiera así, siendo esta cincuentona.
Escribo de la menos-pausa
porque la menopausia, aún en la idiosincrasia moderna, sigue siendo un tabú que
muchas mujeres se niegan a enfrentar y donde algunos dan por sentado que, una
vez que llega, ya no puedes lograr nada en la vida. Por eso me siguen
preguntando - ¿por qué nunca te casaste? - yo respondo con cierto hartazgo - todavía
estoy viva-, o escuchar el típico -siquiera hubieras tenido un plebe-. ¿Para
qué? ¿Me lo iba a mantener usted? Pero su idea de que hubiera tenido un hijo es
para que vele por mi vejez.
Qué gusto siento de la generación de los 60 que nos han puesto una perspectiva de lo que es llegar a la tercera edad dejando de lado el mandil y el cuidado de los nietos; que se niegan a pintarse el cabello para ocultar las canas y usar el botox para que no se note el tiempo y sus experiencias en nuestro rostro. Son hombres y mujeres que, justo en esta etapa, se han convertido en profesionistas de diversas carreras, modelos de revistas prestigiosas, que empezaron rutinas de ejercicios en gimnasios y ahora son maestros de GYM, de zumba, de yoga. Algunos retoman sus hobbies de pintar o alguna habilidad artística y se han descubierto grandes voces como la de Susan Boyle.
Qué bellas las personas que se aceptan tal cual son, que han invertido en su propio ser y están cosechando una madurez que no tiene ancianidad ni que mantenerse arrinconada hasta morir en el olvido o de hastío.
Comentarios
Estimada María, es un gusto que vuelvas al Blog, éste del cual te niegas casi a pertenecer. Extraño tu participación, siempre audaz y propositiva, en cualquier proyecto escritural que poníamos en marcha para impulsar la creatividad del pensamiento escrito. Con esta publicación esperamos empieces a nutrir este espacio virtual con los textos que sólo tú sabes escribir.
Espero que esta Menos-Pausa sea la entrada puntual y duradera en el Colectivo de Escritores que nos esforzamos por mantener viva la ilusión de que Todos Podemos Escribir.
Felicitaciones. Tu amigo de siempre. José Manuel Frías Sarmiento
El maestro Frías, nos ha dado la oportunidad desde el Taller el Redactor a la expresión libre, creativa... ahora en el Blog. Dime ¿conoces alguien, sabes quien hace algo similar, en otro lugar cual fuese en nivel educativo? quizás NADIEN. ÉL HACE LA DIFERENCIA. LO SABEMOS MARIA.
Por lo tanto, se puede expresar todo aquello que inquieta entre prejuicios vistos en otros o uno (a) mismos, entre ilusiones "se vale soñar", entre utopía, entre emociones, entre ideologías prestadas, entre teorías del ayer contrarrestando la de hoy.... en fin, todo aquello digno que se pueda compartir con el lenguaje coloquial u otro que el escritor comparta. Tú lo sabes.
Celebro que estés de nuevo con el texto "menos-pausa"
Saludos.
Al leer su narrativa por este trayecto me doy cuenta que todos pasamos por un proceso similar de auto conocimiento. Nos ha obligado a vernos hacia dentro y descubrir inquietudes que traiamos. Y disfrutar de aqui en adelante.
Yo en lo particular, me llego la leccion hasta que me pego el Covid. Como le digo a un amigo que le dio junto conmigo, en tono de broma, ojala no se oiga muy mal, pero le digo: "Sin covid no sabe la pandemia"
Le mando un saludo estimada Maria Madrid.
Saludos y fuerte abrazo virtual para ambos. (Pensando en Frías mi mente dice, para ambos dos jijijiji)