“La vida es para vivirla y sentirla, no para crear amarguras y después llanto y dolor por la impotencia de no lograr los objetivos propuestos
IMAGINACION,
TIEMPOS Y DESTINOS
José Ignacio
Barreras Salcedo
Es frecuente, ante ciertos sucesos y en determinadas
situaciones, escuchar las conocidas sentencias de que “No hay tiempos que no se lleguen ni plazos que no se cumplan”. Y
también, en cuántas ocasiones no hemos pronunciado promesas difíciles de
cumplir al cabo que, como reza el refrán, “el prometer no empobrece”.
Hablar es fácil y prometer lo es más, pero al intentar cumplir esas promesa nos topamos con una realidad que cada vez se nos complica; ante el apremio, nuestro o de quienes nos rodean, nos desesperamos y no encontramos las soluciones ni las fórmulas que nos permitan hacerlas realidad. Y si es verdad que, como lo dice otra conseja popular, “querer es poder”; creo que también lo es la otra que afirma que “lo que se busca se encuentra en el camino”. Sentencias, éstas, que nos aconsejarían, de manera global, a cumplir lo que prometemos en los plazos que nos pusimos y, sobre todo, aprender a querer lo que hallemos en nuestros caminos. Y todos lo podemos hacer porque, recuérdenlo “querer es poder”.
En muchas ocasiones se nos presentan algunas
situaciones que no comprendemos como oportunidades para crecer; el tiempo sigue
su curso y, luego, enfrentamos ciertos problemas en los cuales seguimos sin
reconocer los momentos para avanzar; y entonces, cuando nos damos cuenta de la
oportunidad que dejamos escapar, exclamamos ¡Es que no me había percatado que
tenía un problema! Y tampoco nos dimos cuenta cómo es que se convirtió en todo
un conflicto difícil de resolver.
En el sentido emocional, para los que andamos en la
gran carrera de la vida, correr constituye una actividad vital, pero también es
importante en el sentido de actividad física, desde las cuales puede ser que no
nos percatemos a tiempo y tardemos un buen rato en recuperar la estabilidad del
cuerpo y de la mente. Y es que existen lesiones que, si no les damos la debida
consideración, derivarán en consecuencias poco agradables y difíciles de
corregir. En ese sentido, es mejor procurar entrenar y correr con entusiasmo y
con el gusto de ver la sonrisa de la gente, pues eso es lo que animará nuestro
propósito.
En momentos de reflexión o, bien, en proceso de
cambio, requerimos de modificar los hábitos y costumbres, esto es un bien y no un mal necesario, pues la vida es para vivirla y sentirla, no
para crear amarguras y después llanto y dolor por la impotencia de no lograr
los objetivos propuestos. Cada vida es independiente y cada quien elige hacer
las cosas de una u otra manera, pero lo más probable es que si uno elige las
cosas mal, mal llega a su camino; y a la inversa, si eliges bien llegarás bien
al final de tu carrera. De ahí la importancia de establecer un buen proyecto de
vida y lograr que exista la transformación que anhelamos. Y vale la pena
repetirlo: Cada quien es independiente y responsable de la conducción de su
carrera en esta vida, por ello debes de sentirte como un piloto que realiza las
maniobras adecuadas con pulso firme para llegar a tu objetivo. Y todos debemos
de ir en busca del destino que más nos convenga.
Y, entonces, surgen las preguntas, ¿Qué hacer con
eso que nos pasa día con día? ¿Por qué no llegamos a la felicidad completa? Se
requiere interpretar y meditar acerca de lo que somos capaces de impactar.
Somos, cada uno, poderosos en cuerpo, mente y alma, por eso es necesario,
cuando elegimos, iniciar la búsqueda de esas metas, de ese destino, desde lo
más profundo de nuestro corazón, una búsqueda que nos dé el impulso necesario
para avanzar con pasos firmes y seguros, tal y como lo hacemos en cada carrera;
es decir, busquemos el aliento para dar el último estirón, sacar fuerzas de
flaqueza cuando sientes desfallecer por el efecto del cansancio, o la
resistencia que se opone a las zancadas de tu carrera.
En estas situaciones debemos de considerar lo que ha
sido por años el dominio que tenemos de nuestra propia vida. Requerimos tener
muy en cuenta que es necesaria una transformación, que hay que buscarla, que ya
no podemos dejar pasar el tiempo, que ya no vale el ver “qué pasa después”;
debemos llegar hasta donde queremos, hay que retirar esas ataduras y
desbloquear las ideas que nos hacen pensar que no hacemos las cosas bien,
tenemos que darnos cuenta que hacemos mucho más de lo que pensamos que hacemos.
Hay que reforzar la capacidad del pensamiento positivo, el que nos imagina
libres y el que nos permite entrar en una etapa de sensibilización y de
consciencia plena de que somos capaces de volar más allá de nuestras emociones.
No aceptemos limitaciones, eduquemos a nuestro
cuerpo para que se dirija hacia las direcciones que nos llevarán, tal vez, a
diferentes destinos, pero buscaremos el que nos brinde felicidad y propicie la
armonía; pero también, si somos libres y hay oportunidad, trascendamos los
factores que nos marcan la ruta, rebasemos las realidades que hoy vivimos para
darle sentido y valor a las cosas que apreciamos. Importa mucho el sentido de pertenencia familiar, porque con él
llegaremos a la magia de la transformación; pero, como ya lo hemos dicho, es tu
decisión, es tu prerrogativa visualizar lo que necesitas y deseas para ir en
busca de tus destinos; tal vez el detonante será el éxito o la felicidad para
que te alejes de las cicatrices o sentimientos contradictorios, o de problemas
que, en definitiva, ya no tienen solución. Y es que no hay soluciones fáciles
ante problemas complejos; pero aún así, debes enfrentarlos para lograr tus
objetivos y tus metas.
Hay que aceptar que las consecuencias son esenciales
y que, además, nos dan la oportunidad para decidir lo que hacemos con nuestros
pensamientos; para eso es necesario ordenarlos, junto con los sentimientos y
las emociones, si queremos favorecer los actos que nos ponen a prueba. Es ahí
donde tenemos que hacer uso de nuestra inteligencia para conducirnos más allá
de los arrebatos de nuestras emociones. Hay que musitar, una y otra vez, hasta
casi llegar al grito liberador, el mantra que nos lleve al triunfo sobre los
males que menguan nuestras fuerzas y nuestra voluntad humana para hacer el
bien. Elige tu destino, decide tu actuar, piensa en esa gran virtud que han
puesto a tu arbitrio, maneja ese gran hábito, pero recuerda siempre que no
somos llamados, por definición, para ser personas de éxito, ése lo construyes a
diario con tu actuar, tú vas en busca del éxito, no viene él a ti: es el
resultado final de lograr lo que deseas en la vida. Y a eso debes de consagrar tu
voluntad, tus fuerzas y tu capacidad imaginativa. La imaginación es un gran
tributo para arribar al paraíso de la felicidad. Yo te digo, entonces, no te
desesperes, “Tiempos traen Tiempos” y la oportunidad está en tus manos. Por eso
insisto, los genios y los sabios llegaron a ser grandes hombres por permitirse
el lujo de soñar con grandes empresas, por alimentar con su imaginación los
grandes proyectos generados por su enorme talento al servicio de la ciencia, el
arte y de la misma humanidad de la cual formaron parte importante. Y de tal
poder imaginativo, de tales fuerzas de voluntades, hoy disfrutamos de sus
resultados. ¿Y nosotros qué legado dejaremos?
Comentarios
Dr. José Ignacio Barreras, este Blog recibe con gusto su reflexión sobre la carrera que corremos en la vida, con tropiezos que no anticipamos y que luego nos parecen como extraños e insalvables. Por eso, así como la preparación e importante para correr un maratón, lo es más para correr los distintos tramos de nuestra vida.
Le felicito y esperamos su próximo relato. Su amigo, José Manuel Frías Sarmiento