“Hay que volver a sentir que las escuelas son del pueblo y que educan para solventar las necesidades que los padres buscan que sus hijos aprendan a resolver y analizar en las aulas”

Carta al Presidente Municipal Re-Electo

 

Seguridad, Educación y Cultura

 

José Manuel Frías Sarmiento

Culiacán necesita Seguridad para vivir con prosperidad y en armonía. Ésa es una tarea que Usted, Lic. Jesús Estrada Ferreiro, no podrá eludir en los próximos tres años más que la ciudadanía le confirió gobernar al municipio capital de Sinaloa.

Yo, de seguridad sé muy poco y sería en vano que propusiera estrategias para enfrentar un problema de tamaña envergadura como el que aqueja no sólo a nuestra ciudad y municipio, sino que flagela por completo al estado y al país entero.

Mi campo es la educación y la cultura; no es que las domine en su compleja totalidad, sino que son las actividades que realizo personal y profesionalmente, de manera cotidiana. Desde ahí verteré mis comentarios.

Parto de la premisa que, como Candidato Presidencial, formulara el Lic. Andrés Manuel López Obrador, en su participación en el “Diálogo por la Paz y la Justicia”, en la Ciudad de México, el 08 de mayo de 2018.

En el 2° de 10 compromisos ahí formulados, el Lic. López Obrador decía que

“(…) La manera más humana, más eficaz de enfrentar el problema de la inseguridad y violencia pasa por: a) combatir la pobreza, b) atender a los jóvenes, c) evitar la desintegración familiar, d) rescatar al campo y f) fortalecer valores culturales, morales y espirituales.”

Y eso, Señor Presidente Re-Electo, es lo que “de la manera más humana” se debe de hacer en Culiacán para sentar las bases de una mejor y sana convivencia social y familiar:

Ø Atender a los jóvenes

Ø Evitar la desintegración familiar

Ø Fortalecer valores culturales, morales y espirituales

Como educador, le aseguro que si su gobierno le da prioridad a estas cuestiones incidirá de manera contundente en el comportamiento de los niños y de los jóvenes de Culiacán; y, con ello, mejorará la vida en la ciudad y en las sindicaturas

Mire, no es fácil la tarea, pero Usted contará con el aval de un Presidente de su Partido y con proclividad de atención a las clases marginadas; contará con el apoyo y la intermediación federal de un Gobernador capaz, con espíritu social y también de su mismo Partido, como lo es el Dr. Rubén Rocha Moya; y contará, por si fuere poco, con la esperanza de miles de ciudadanos que confiamos en los cambios de esta nueva Administración.

El camino de la concordia y de la paz comenzará con senderos y veredas trazados por las Direcciones de Educación y de Cultura, para promover una sinergia de actividades que conformen un amplio colectivo escolar en el que los alumnos y los profesores convivan y socialicen sus saberes, sus valores y sus expectativas académicas y sociales para dar curso a un movimiento educativo en el cual coincidan la voluntad de aprender, el anhelo de ser mejores personas y la satisfacción de aportar el talento de cada quien para hacer de Culiacán un escenario más amable y productivo en el ámbito cultural.

Habrá que ir a las colonias y observar su convivencia, habrá que mover la inercia en las escuelas, acercarlas a las necesidades de la comunidad y propiciar que los alumnos y los maestros, de nuevo, se sientan parte de la colonia y del rancho en que se asientan los planteles escolares. Hay que volver a sentir que las escuelas son del pueblo y que educan para solventar las necesidades que los padres buscan que sus hijos aprendan a resolver y analizar en las aulas.

No digo que, cuando la pandemia nos dé un respiro y lo permita, no haya espectáculos grandiosos, con artistas de renombre y de alto presupuesto; pero será necesario organizar festivales entre nosotros, con los valores y los talentos de la propia comunidad; realizar kermeses, pastorelas, carnavales, encuentros, intercambios y concursos con nuestros alumnos que son, también, nuestros hijos, con temas y motivos que resalten la identidad y enaltezcan la pertenencia al terruño y a las costumbres y tradiciones que nos distinguen y comunican con los demás.

Es claro que habrá tropiezos y un montonal de dudas, pero ya lo dijo Machado: El camino se hace al andar y se marca con el ir y el venir por el territorio de comisarías, sindicaturas y la ciudad doblemente capital.

Atender a los niños y a los jóvenes en las escuelas y en los hogares es fundamental; y ello significa escucharlos y entender lo que nos digan o lo que intenten decirnos a través de las distintas formas en las que ahora se expresan; pero también hay que observarlos para escudriñar lo que hay detrás de las emociones, de las manifestaciones culturales y de la violencia que les llevan a ser como no debieran ni quisieran ser en realidad.

Atender a los jóvenes implica conocerlos y alentarlos en sus capacidades, en sus habilidades y en los proyectos que apenas imaginan. Ni modo, habrá que invertir para empezar, de verdad y no sólo en el discurso, la Cuarta Transformación. Habrá que aceptar los equívocos para corregirlos, Habremos de pensar lo no pensado y haremos lo que no nos han permitido hacer. O lo que nosotros tampoco hemos imaginado ni permitido que los jóvenes hicieran. Y ellos, los jóvenes, tienen mucho por enseñarnos. Tendremos que empezar, junto con ellos, a aprender de maneras muy distintas, pero más fructíferas y aleccionadoras, en lo moral, en lo axiológico y en lo actitudinal. Y más, todavía, al calor de la Nueva Normalidad Social, cuyas normas y actitudes que no terminamos por entender y mucho menos por aceptar y realizar.

Evitar la desintegración familiar es un punto nodal para la educación de la niñez y de la juventud; pero también para la seguridad social en las calles, en los hogares y en las escuelas. La familia es el núcleo del cual salen las personas de bien, pero también las que han perdido el sentido de pertenencia social; por lo que mantenerla unida, sólida y en armonía significa una garantía de seguridad para la sociedad; pues ella, junto con la escuela, la iglesia y los centros deportivos, son fuentes de difusión y arraigo de valores universales, de conductas aceptables y de enseñanzas de generación en generación. Por eso la importancia de mantenerla unida.

Fortalecer valores culturales, morales y espirituales. A muchos esta premisa les pasa desapercibida porque suponen a los valores como entidades invisibles, inexistentes y carentes, valga la redundancia, de valor. Pero es tal el deterioro del tejido social y tan grande la pérdida de valores que ya se considera “normal” ignorarlos y transgredirlos. Por eso es necesario, desde las escuelas, desde los hogares y desde las instancias de gobierno municipal, empezar a platicar sobre lo bueno de ser buenos, y la necesidad de socializar y de afianzar esta percepción en la sociedad. Y ahí juegan un papel muy importante las escuelas y los hogares, con el apoyo y la dirección de las instancias municipales responsables de la educación, la cultura y la salud mental de la niñez y de la juventud culiacanense.

Lic. Jesús Estrada Ferreiro, por ahora solamente le presento estas reflexiones derivadas del pensamiento de Lic. Andrés Manuel López Obrador, con la adherencia y convicción de que son directrices nacionales que, si se atienden con seriedad y compromiso social, incidirán en su gobierno y trascenderán la esfera municipal. Pero una cosa debe de quedar muy clara: las necesidades del pueblo no sólo hay que observarlas y atenderlas, también es necesario sentirlas para comprenderlas de verdad.

Saludos, Sr. Presidente Re-Electo, y mucho éxito en su gestión, por el bien Usted, de Culiacán y de nosotros mismos.

Atentamente, uno más del casi Millón de ciudadanos que esperamos haya de verdad una real transformación en Culiacán, aunque sea la Primera en muchos años.

Mtro. José Manuel Frías Sarmiento