"Y, de pronto, las fronteras que se defendieron con guerras se quebraron con gotitas de saliva."
CON GOTITAS DE SALIVA
Octavio Aristeo Angulo Romo
De repente y sin comunicárnoslo, algo invisible llegó y colocó (o descolocó) todo en su lugar. De repente la gasolina bajó, la contaminación bajó, las personas tuvieron más tiempo para comunicarse, tanto tiempo que no saben qué hacer con él. Los papás están con los hijos en casa y en la mesa. El trabajo en la oficina o en la empresa dejó de ser prioridad. Los viajes y la vida social también. De repente y en silencio, miramos dentro de nosotros y entendemos el valor de la comunicación, el valor de las palabras solidaridad, amor, fuerza y fe. De repente, pareciera que somos otros.
En un instante nos dimos cuenta que estamos todos en el mismo barco, ricos y pobres; que los estantes del supermercado están vacíos y los hospitales llenos; que el dinero para lujos y los seguros médicos ya no tienen importancia, porque hasta los hospitales privados empiezan a cerrar. Los carros en las cocheras, nuevos y viejos, están todos inmóviles, porque nadie quiere ni puede salir.
Bastaron pocos días para que en el mundo se impusiera la igualdad social que cada vez se antojaba como imposible. El miedo invadió y nos igualó todos.
Ojalá y que, por lo menos, esta epidemia sirva para darnos cuenta de la vulnerabilidad del ser humano, de la importancia de una comunicación humana para no crear psicosis en la sociedad y llevar casa la información correcta, clara y precisa.
Y fue así como un día, de repente, amanecimos con la nefasta presencia de un apocalipsis viral. Y, de pronto, las fronteras que se defendieron con guerras se quebraron con gotitas de saliva.
Hubo equidad en el contagio que, para ricos y pobres, se repartió por igual. Las potencias infalibles, cayeron ante un BESO y un ABRAZO. Y nos dimos cuenta de lo que en verdad era y no era importante. Y, entonces, una enfermera se volvió más indispensable que un futbolista; y un hospital se hizo más urgente que un misil; se apagaron luces en los estadios; se detuvieron los conciertos, los rodajes de películas, las misas y los encuentros masivos. Y, entonces, en el mundo, hubo tiempo para la reflexión a solas; y para esperar en casa a los demás y charlar con ellos frente a fogatas, ante la mesa o sentados en las mecedoras y en las hamacas. Y, entonces, hubo tiempo para convivir y contar cuentos que estuvieron a punto de ser olvidados…
Minúsculas gotitas de la nariz y de la boca en el aire, nos han puesto a cuidar ancianos, a valorar la ciencia por encima de la economía, nos han dicho que no sólo los indigentes traen pestes de muerte, que nuestra pirámide de valores estaba invertida, que la vida siempre fue primero y que las otras cosas eran simples y vanos accesorios.
No hay un lugar seguro en el planeta. En la mente de todos nos caben todos y empezamos a desearle el bien al vecino; necesitamos que se mantenga seguro, necesitamos que no se enferme, que viva mucho y deseamos que sea feliz. Y, junto a una paranoia delirante, nos damos cuenta de que si yo tengo agua y el de más allá no, mi vida y la de él están en riesgo.
Volvimos a ser la “aldea global” de Marshall McLuhan. La solidaridad se tiñe de miedo y, a riesgo de perdernos en el aislamiento, existe una sola alternativa: SER MEJORES JUNTOS…
Si todo sale bien, todos cambiaremos para siempre. Las miradas serán nuestro saludo y reservaremos el beso sólo para quien ya tenga nuestro corazón.
Cuando todos los mapas se unan en la humanidad, las fronteras no serán necesarias y los que vienen a dar esperanzas serán bien recibidos, bajo cualquier idioma y en cualquier color de piel; dejará de importar si no entendía tu forma de vida, si tu fe no era la mía, bastará que te animes a extender tu mano cuando nadie más lo quiera hacer.
Puede ser, sólo es una posibilidad, que este virus nos haga MÁS HUMANOS y que, de un diluvio atroz, surja un pacto nuevo entre la humanidad, con una rama de olivo que marcará el Año Cero de la nueva Comunicación Humana…
Octavio Aristeo Angulo Romo
Estudiante de Cuarto Semestre de la Licenciatura en Pedagogía de la Unidad Culiacán de la UPES
Comentarios
Gracias, me gustó su texto Aristeo y, a mi estimado José Manuel Frías por compartir.
Saludos.
María Luisa Álvarez
Saludos
Cuando eres tú mismo y haces lo que te apasiona, el universo se alinea contigo y te brinda todas las herramientas para tu evolución...🌟👐
No cabe duda que si haces las cosas con amor el resultado es maravilloso😀
Sin duda alguna amo lo que hago😍💙
Hoy me tocó publicar mi primer texto relato "CON GOTOTAS DE SALIVA" en este blog...😍👐
Parese algo sencillo e insignificante, pero para mi en verdad ha sido un gran logro🌟👐 Gracias profe Frías por la oportunidad y la confianza que el día de hoy nuevamente ha puesto en mí, esto me llena de satisfacción y orgullo y me motiva a seguir en la lucha por mis sueños😉
Estoy muy contento por este logro más, por este éxito que hoy sumo a mi vida👐
¡Felicidades Aristeo! Me gustó mucho tu escrito. Felicidades por tu publicación, por tu trabajo y perseverancia! Orgullosa de ti, siempre.
WOOOW MUCHAS FELICITACIONES, ME ENCANTA
QUIERO DESEARTE TODA LA SIERTE DEL MUNDO Y MILES DE BENDICIONES, QUE MI DIOS Y LA VIDA TE SIGA PREMIANDO CON PALABRAS LLENAS DE SABIDURÍA Y QUE ESA PLUMA
SE CONVIERTA EN TU ALIADA PARA PARA PODER EXTERNARNOS TUS PALABRAS DE ALIENTO, PALABRAS DEL CORAZÓN
ERES UN NIÑO MUY LINDO Y CON UN RAN CORAZÓN
UN GRAN ABRAZO Y MUCHO ÉXITO NIÑO 😍😘🙏🏻
Gracias a Aristeo que, desde las aulas, se proyecta como un académico escritor; y gracias a Usted que, desde la Editorial de la UPES, concreta los sueños de los que nos sentimos y deseamos ser escritores de verdad.
Saludos