"Mi hora de partir ha llegado. Desconozco lo que vaya a pasar."

ACEPTACIÓN DE LA MUERTE

David Arnoldo García Pérez
Parte de cada trayecto siempre es el final y la vida no es la excepción. Sin duda ésta es uno de los más grandes recorridos que puede realizar el ser humano. Su camino comienza desde que nace y ya no hay marcha atrás, de alguna u otra forma, éste siempre lo terminará cuando muera.
Existen diversas perspectivas en torno a la muerte. La religión asegura que hay un “reino de los cielos”, mientras que la ciencia busca dar una explicación distinta a ella; pero, en sí, no hay nada comprobado. En algunos casos, se hace referencia a la muerte como la luz al fin del camino, pues se dice que, en ese preciso instante, el que va a morir puede ver todos los recuerdos de su vida en un sólo instante.
Sin duda, la muerte va más allá de la explicación humana, pues si aún si hubiese alguna manera de saber qué sucede al morir, no cambiarían las cosas; pues hay que ser realistas, nadie sabe cuándo morirá ni está preparado para dicho momento; es por eso que no debería de haber respuesta para ello, porque de ser así las personas estarían más preocupadas pensando en el final de su camino sin disfrutar lo maravilloso del trayecto. 



La verdad, yo nunca me he preocupado por entender la muerte; pues se me iría la vida pensando en ello. Y véanme aquí, fui internado por un fuerte infarto y no logro recordar nada. Lo bueno es que me he puesto de pie…, pero hay algo que no entiendo: todos lloran dentro mi cuarto en el hospital, miro a una enfermera llenar un sinfín de papeles, es una escena deprimente, realmente no quiero estar aquí.
No logro ver a mis seres queridos. No entiendo qué ha pasado. Una gran tranquilidad se apodera de mí. No siento ninguna preocupación. Podría decir que me siento cómodo. Me siento feliz. Nunca había experimentado algo así. Nada me preocupa.
Me intriga ver tanta gente a mi alrededor. Viven muy rápido. Veo gente muy apurada por llegar al trabajo, dos sujetos se gritan de carro a carro en medio del tráfico, allá va una madre jaloneando a su hija para llegar pronto a la escuela. Miro a muchas personas presurosas por llegar quien sabe a dónde.

Siento lástima por ellos, me da pena ver que viven sus vidas tan rápido que parece que no las disfrutan. En cierta forma, empiezo a entender lo que me ha pasado, ¿Será, acaso, que he muerto? No lo sé. En realidad, no recuerdo nada. Desde que desperté me siento tan tranquilo, tan feliz y sin preocupaciones que no sé qué más puedo pedir.
En este último recorrido me doy cuenta de que mi vida fue plena: viví con tranquilidad, disfruté cada uno de mis días junto a mis seres queridos, formé una familia, trabajé en lo que me gustaba, tuve oportunidad de viajar. No siento que me haya faltado nada Ahora entiendo lo qué me ha pasado.
Así como no existe un punto específico para partir; tal vez la vida, o lo que sea que se encargue de esto, te da una segunda oportunidad. Y yo, en ésta, me he dado cuenta que fui feliz y viví mi vida con plenitud. Si hubiese sabido que iba a morir no sé qué me habría pasado. Jamás me hubiera preparado para esto, tal vez por eso las cosas son así: partimos en el momento menos esperado; y en la segunda vuelta nos damos cuenta que no es tan malo morir.
Por fin entiendo la muerte. Es un proceso tan complejo de comprender, que una vida no nos da tiempo para ello. Ahora encuentro que las personas se ocupan tanto en otras cosas que no se detienen un minuto para analizarlas; y eso propicia que nadie llegue preparado para aceptar su muerte, y morir les resulta desgarrador. Y, pese a ello, se debe agradecer por cada nuevo día que la vida nos pudo regalar, un regalo maravilloso que cada quien decide cómo utilizarlo y con quién compartirlo. 


Ahora me siento tranquilo. En este recorrido final, observo que las personas que están vivas, en realidad no disfrutan su existencia; sólo pasan los días y no se percatan de lo hermoso que es su camino en esta vida. 
Mi hora de partir ha llegado. Desconozco lo que vaya a pasar, pero agradezco a la muerte esta segunda vuelta. Ha sido la más grande lección que jamás haya recibido. Hoy pude valorar a la vida, incluso, después de muerto. Sin duda un poco tarde, pero en el momento preciso.

David Arnoldo García Pérez                                  
Estudiante de Sexto Semestre                                                                                                            Licenciatura en Educación Primaria                                                                                                                de la Unidad Culiacán de la UPES        

Comentarios

David, bienvenido al blog de los que escribimos por el puro gusto de escribir; y con ello recreamos la Literatura que explica y da sentido a nuestras vidas- Saludos
Lázaro dijo…
No olvidemos vivir la vida.. para eso es..
Muchas gracias maestro por la oportunidad, la verdad la literatura si es bastante curiosa pues nos da la oportunidad de expresarnos de una manera libre pero sobre todo despierta el gusto por escribir como menciona usted, espero y guste el texto pues siento que es una reflexión que muchas personas deberían hacer mas en tiempos como estos...
Saludos
Rosa Garcia dijo…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marcelo Tolosa dijo…
Muy bien Estimado David Arnoldo! Gracias por recordarnos que por mas ocupados que estemos hay que vivir. Y tambien de pasada a mi estimado Jose Manuel por la calidad de alumnos maduros que tiene y por inculcarles tan noble habito y darles un espacio de expresion. Los saludo!
David Arnoldo, lo facilito por su narración. Aunque pudiera parecer trillado; la muerte es lo único que tenemos seguro, en esta vida terrenal. Dicen los psicólogos y la tercera psicología humanista; vive el aquí y el ahora agradeciendo, peo se tendrá que ser congruente con el decir (pensamiento en acción) y el actuar.. nada fácil ¿verdad? Así, el proceso de la vida.




Saludos
María Luisa Álvarez
Es un gusto llegar a este blog ...¡Felicidades David!
Es un gusto llegar a este blog ...¡Felicidades David!
Amigo Marcelo Tolosa, mis alumnos, los que publican en este blog, son personas inteligentes a los que yo sólo les abro puertas y les planteo situaciones de aprendizaje para que desarrollen y expresen su talento y su creatividad. Ése es el único mérito.
Saludos

Estimado David, no hay nada que agradecer, pues la Literatura nos recompensa con sus miradas al mundo real y el que inventamos a partir de la realidad. Un mundo que ya empiezas a recrear.
Saludos

Querida Wendy, me da gusto que te hayas topado y accedido a este blog de locos desubicados en la complicada burocracia del saber y del quehacer intelectual de la educación. Queremos ser un respiro, una bocanada de aire puro. Nada más Saludos y bienvenida
Unknown dijo…
Felicitaciones David, un relato que invita a la reflexión e incentiva a disfrutar nuestro paso por esta vida y valorar cada instante por que si algo tenemos seguro es la muerte.
Unknown dijo…
MUY BUEN RELATO SOBRE LA MUERTE Y DESPUÉS LA VIDA.
MAESTRO FRIAS ESTE MUCHACHO TIENE HABILIDADES PARA QUE ESTUDIE TANATOLOGÍA, ES UNA CARRERA MUY BONITA Y SE LLEVA MUY BIEN CON TODAS LAS RAMAS DE LA PEDAGOGÍA.
ADEMÁS HACEN FALTA TANATOLOGOS EN EL PAÍS.
YO ESTUDÍE UN DIPLOMADO Y ME HA SERVIDO DE MUCHO, PARA APOYAR A MI FAMILIA CUANDO HEMOS TENIDO UNA PÉRDIDA O HASTA LA MUERTE DE UN FAMILIAR CERCANO.
DE NUEVO VAN MIS FELICITACIONES PARA EL MAESTRO FRIAS Y PARA DAVID
Javier Nuñez dijo…
Excelente redacción, que gusto me da tener a un amigo y a la vez compañero de mi salon a una persona tan brillante como lo es mi gran amigo david "el papirrin" sigue asi, y no dudo que tal vez seas una persona tan exitosa y sobretodo un gran escrito como lo es el profesor FRIAS. saludos y bendiciones....
Yanely Sarabia lugo dijo…
Muchas felicidades David por tu grandioso texto.
En ocasiones por ser parte de esta vida tan veloz,
no valoramos lo que hacemos, decimos, pensamos,
en sí no valoramos nuestras vidas y ni las de los demás.
Excelente reflexión.

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