"No debí haber existido en la tierra, preferiría no haber nacido… ¿podré algún día renacer?"








R E N A C I D O


Marité Ibarra


Mi vida es como un edificio… antes había un rio debajo de esta enorme construcción donde permanezco, los edificios aunque son imponentes, algunos se curvean porque se construyeron debajo del agua, con el paso del tiempo se hacen inestables  y ya no se pueden reconstruir porque se cimentaron sobre un río encubierto. Sin embargo cuando llegue su hora, desaparecerán, es decir se derribarán poco a poco, se desmoronarán y caerán en pedazos. Eso me pasó a mí, sin quererlo ni desearlo elegí un mal momento y un lugar equivocado donde nacer, por eso los edificios tambaleantes y mal construidos se parecen a mí.  "No debí haber existido en la tierra, preferiría no haber nacido… ¿podré algún día renacer?"
Creo que me voy desvaneciendo poco a poco, pero siento que así soy en realidad, como una débil neblina, quiero realmente ser feliz pero no he podido. Quisiera volver a nacer, volver a comenzar y ver cuál es el instante preciso del quiebre, de la fractura, del descenso, del declive de esta vida que me tocó vivir.
Cada edificio es una lucha entre las  fuerzas internas y externas que lo sostiene; el viento, el peso y la vibración son determinantes que se deben precisar muy bien. Primero se calcula las posibles fuerzas externas para que las internas sean aún más fuertes, por ejemplo un departamento está diseñado para soportar unos 300 kilos, las escuelas y los auditorios están diseñados para soportar cargas mucho más pesadas y los recintos donde se junta mucha gente, deben diseñarse diferente para evitar grietas y posibles derrumbes.
Las fuerzas internas siempre deben ser más fuertes que las externas, esa es una ley, y la vida de algún modo, es como una batalla entre ambas fuerzas. Sin importar lo que pase, si tienes fuerza interna podrás sobrevivir, pero si desconoces cuáles son tus fuerzas internas, no hay motivación para seguir viviendo, estarás estupefacto, paralizado, rígido, sin espacio para moverte, sin rumbo ni dirección, extraviado en el espacio, entre las zonas grises, sin definir tus prioridades, confundido. Estarás como un edificio perdido en una ciudad errante, de esas que existieron en su momento y que fueron famosas, pero que ahora ya están derruidas, desgastadas por la falta de mantenimiento y sin fuerzas para soportar los vendavales, las tormentas, el frío congelante y el sol abrasivo, sus cimientos poco a poco se  hunden sin que nadie se dé cuenta de ello.
Pensaba que sabía cuáles eran mis fuerzas internas, pero ahora me doy cuenta de que esas cosas no son las definitivas, ahora dudo de mis perspectivas, no tengo confianza en nada ni en nadie, creo que pronto me desplomaré, por eso quiero renacer una vez más. Empiezo a dudar de las razones, de los pilares que me soportaron durante tantos años, a estas alturas no creo que esas sean mis verdaderas “fuerzas internas”, ahora ya nada de eso me representa, mis convicciones se han debilitado. Pero alguien por ahí irrazonablemente me dijo ¡alégrate! cuando yo le dije que no pertenecía a esta vida, me escuchó todo este rollo de los edificios y de sus respectivas fuerzas, no me interrumpió, parecía entenderme, pero no me gustó lo que me dijo al final, hubiera preferido que me dijera ¡confórmate pobre diablo inestable! Eso era más razonable en ese momento, pero no sucedió así.
También alguien dijo que los golpes duelen más en invierno, y me quedé pensando en eso, y efectivamente así es, por eso odio el invierno, aunque también odio la primavera y todas las estaciones del año porque son tan repetitivas, una y otra vez vuelven a dar círculos interminables, así es mi vida, tan cansada, tan repetitiva, tan poco creativa. Yo no sé por qué hay gente que se emociona con tan poco, que le gusta estar rodeada de personas sin ningún sentido y así están satisfechas,  y yo sigo sin entender por qué estoy vivo, porqué me tocó vivir aquí y en este presente, quiero volver a resurgir pero no en la tierra sino en otra galaxia, en otro escenario, donde la vida sea realmente buena y no tan confusa, por eso me algunos me dicen malnacido, pero yo les digo no, yo simplemente  ¡quiero ser renacido!

Comentarios

Entradas más populares de este blog