“Nadie merece un amor tan grande puro y sincero que nosotros mismos, las fuerzas de amar la debemos de tener, pero para nuestro amor propio”



 


ME ELIJO A MÍ

 

María del Carmen Guadalupe Acosta Sánchez

 

El amor tiene doble filo, dos caras muy diferentes puede ser tan exquisito, perfecto y hermoso, pero también puede ser el más cruel despiadado y amargo. Ambos tienen la fuerza de gobernar en tu vida.

Amores sinceros solo una vez te los en encuentras en la vida, donde puedes ser tú mismo que brille tu esencia seas libre y compartas esa locura con alguien más, los días siempre se inician con un bueno día un beso que te deja suspirando y las noches terminan con una mano sobre tus caderas uniéndose a alguien más sintiendo su respiración y su piel.

El amor cruel es aquel el cual al inicio finge ser perfecto aquel que te hace sentir que las piezas del rompecabezas embonan perfecto, aquel amor al que eres completamente dependiente de él. En el momento menos pensado despiertas de ese sueño, pero al abrir los ojos todo es una pesadilla aquel amor dice adiós sin ninguna explicación tu cuerpo temblando sin saber nada sintiendo un escalofrío que lo recorre completamente dejándote inmovilizado, por tus mejillas corren las lágrimas unas gotas de agua inocentes.

Nadie merece un amor tan grande puro y sincero que nosotros mismos, las fuerzas de amar la debemos de tener, pero para nuestro amor propio.

 

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