“Los ojos son tan fundamental para saber si tú sonrisa es falsa o verdadera pues ellos siempre brillan al estar bien pero se opacan al estar mal”
HABLANDO CON DIOS
Flor Dalicia Núñez Lizárraga
Un día
común hablando con Dios le pregunté ¿por qué siempre me pasan cosas? Pues
sentía que eran por mi actitud, yo sé que no soy ni una santa pero tampoco una
díabla para merecer tanto, a veces pienso que pago el karma de todo mi linaje
familiar, se agradece cada día por amanecer vivo y por tener un hogar, pero la
felicidad no es material la felicidad también es tener a los que amas en una
reunión familiar, la felicidad también es ver reír a los que amas.
Las
sonrisas son las más misteriosas de esta vida pues puede ser de felicidad, de
dolor, de odio o frustración, pero cada sonrisa hace que el semblante de tu
rostro cambie y se note en qué fase estás, hay personas que sonríen con el alma
y otras que sonríen para aparentar ese dolor que por dentro traen, los ojos son
tan fundamental para saber si tú sonrisa es falsa o verdadera pues ellos
siempre brillan al estar bien pero se opacan al estar mal.
Hay
sonrisas tan naturales que hacen dudar de tu estado emocional (y el de arriba
es el único que sabe cómo estás), siempre he dicho: sonríe sin importar como te
sientas pues tal vez esa sonrisa cambie un poco tu dolor que no sabes sacar. Siempre sonríe ante cualquier adversidad pues solo Dios sabe cómo te va ayudar.
Él de
arriba siempre te da respuesta a todo y lo llegas a ver o a sentir, no es que
te castigue, sólo te prepara para que cada día seas más fuerte ante cualquier
situación, no es porque seas el elegido o el mejor guerrero simplemente que en
esta vida todos pasamos por un poco de dolor para poder disfrutar la felicidad,
el hablarle y contar todo lo que siento hace que por un instante olvide todo y
cambie hasta la conversación que tenía con él, jamás Dios te deja de su mano y
se sabe que si te estás quedando solo es porque el si puede ver y oír lo que tú
tal vez jamás logres hacerlo, somos aferrados a qué las cosas pasen a nuestro
modo y tiempo que se nos olvida que entre más pedimos el capricho se vuelve
lento que pareciera que no va a pasar, (es ahí donde logras entenderte porque
los tiempos de Dios son perfectos) y a su tiempo no al de nosotros, la ansiedad
es una traicionera cuando uno desea que las cosas pasen, pues ella sólo te hunde
en su juego, así como la depresión empieza a ver qué la ansiedad jugó contigo
fácilmente ella entra como Pedro por su casa y es ahí donde muy difícil puedes
salir de ese hoyo, uno debe cuidar su paz
mental porque por más inteligente y fuerte que sea, la mente es una llave
maestra la cual no te dejará en paz, el platicar con alguien más de tus
problemas no los va a solucionar, pero va a liberar un poco esa intranquilidad y
va mejorar todo lo demás; bien se dice que el que no habla Dios no lo escucha,
no hay penas que duren cien años ni felicidad que no se pueda cumplir, vivimos en
un mundo tan errado que nos toca buscarle la manera, pues si todos fuéramos
iguales la monotonía fuera Reyna de todos lados y no hubiera diferencia entre
las personas porque para Dios todos somos iguales, pero se sabe que cada quien
es diferente y cada quien tiene diferente esencia, diferente manera de pensar, si no pues no pasarán tantas cosas malas o tantas cosas buenas, sin importar
con quién háblales él te va escuchar y de una manera te va ayudar y te va
enseñar que la paciencia es un platillo dulce, el cual no te debes de desanimar,
terminarás aprendiendo a calmar esa mente y poder disfrutar en esta vida a como
te toque vivirla, nadie dijo que tiene que ser todo perfecto o todo bonito.
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