“¡Dejemos que los pensamientos salgan, por irreales y absurdos que pudieran ser, así descubrirás la magnitud de una mente pensante, de una mente viva…!”



 



SOMETIMES (ALGUNAS VECES)

Un escrito raro de una mente extraña

 

Marité Ibarra

 

Algunas veces fui sirena incógnita, líder de los peces, azotando la anarquía y combatiendo el desorden oceánico, desafiando peligrosos remolinos atlánticos.

Algunas veces caminé sobre volcanes embravecidos, escupiendo llamas de fuego ardiente, pero logré calmar las furias iracundas de los cráteres incomprendidos, de aquellas calderas fogosas y malolientes.

Algunas veces fui chacala, parte de la tribu de los yabaris, con la piel expuesta al frío criminal, a la temible nieve espesa y a los vientos polares, y yo, yo salí avante…

Algunas veces luché con gigantes de piedra porosa, con aquellas figuras descomunales, una vez me partieron la cabeza vilmente, pero al final logré derribarlos.

Algunas veces entendí las líneas de Nazca, comprendiendo los misterios incomprensibles. Sólo es cuestión de interpretar las formas, figuras y señales que existen a nuestro alrededor, porque a veces las formas más comunes son las más interesantes y creativas.

Algunas veces logré descifrar códigos ocultos, cerraduras milenarias logré abrir, interpreté rollos escritos en lenguas extrañas, descubriendo el antes y después de la existencia universal.

Algunas veces estuve en las mejores pirámides existentes, estudiando sus estructuras extraordinarias, revisando sarcófagos, desenterrando faraones y tesoros ancestrales jamás mostrados, desde joyas hasta increíbles estatuillas y pasadizos subterráneos.

Algunas veces pude liberar a los centauros que habitaban en las montañas arcaicas, pero al final comprendí que eran malos y dejé de luchar por ellos.

Algunas veces logré montar dragones que me pasearon por la antigua China, conociendo así, las sucesiones de grandes dinastías.

Algunas veces discutí con Platón, Aristóteles, Tales de Mileto y Pitágoras. En los oráculos me planté desafiando a los plateros y artesanos efesios, a los adoradores de la gran Artemisa, diosa de mármol muerto.

Algunas veces intercambié puntos de vista con Jenofonte, como parte de una odisea mercenaria y memorias militares, historia respaldada con historia misma.

Algunas veces luché con monzones azotadores y terribles, el agua es uno de los elementos más difíciles de combatir pues es una aleación perfecta y poderosa.

Algunas veces comprendí lo sublime de los colores de Morandi a través de la belleza de la naturaleza muerta, la luz infinita reflejada en lo más glorioso.

Algunas veces pude juntar letras aleatorias, grafías inventadas por alguien, y así logré darle sentido a la palabra escrita, sí ¡pude escribir!, lo más difícil que decidí hacer en esta vida, después de combatir con tiburones asesinos y bestias horrendas de siete cabezas…

Logré descubrir que la escritura no es para cualquiera, es sólo para aquellas mentes imaginativas y molestonas, pensamientos que quieren salir de la cabeza y que sólo se reflejan a través del puño de una mano escritora sin miedo a nada, una mano temeraria que obedece lo que su cabeza quiere decir, una vocecilla interna que dicta sin cansarse.

¡¡Dejemos que los pensamientos salgan, por más irreales y absurdos que pudieran ser, sólo así te entenderás más y mejor, sólo así descubrirás la magnitud de una mente pensante, de una mente viva…!!



Comentarios

Anónimo dijo…
Cuando descubras los números de Fibonacci, esa serie infinita. Descubrirás mi asombrosa mente pensante!!
Marité Ibarra dijo…
Qué interesante, lo tendré en cuenta!! Gracias por comentar!!

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