“Ahora me preocupación está en conseguir un buen trabajo y día a día me pregunto ¿Cómo voy a comprar una casa y un carro?”
TE
GRADÚAS, TE TITULAS
¿Y DESPUÉS
QUE PASA?
Mariana
Castro Félix
Dos
semestres en incertidumbre, un día a día lleno de emociones encontradas en la
vida de una estudiante de Pedagogía, felicidad por estar tan cerca de concluir
la escuela, pero tan triste por dejar atrás un mundo lleno de objetivos que
escribían las maestras o maestros para nosotros sus estudiantes, las risas en
el salón de clase con las amistades, las peleas por la repartición de trabajos
en equipo y los chismes que solían susurrarse durante las clases, de esos que
cuando te cachaban te daba una pena con el maestro o maestra y todo el salón se
quedaba en silencio esperando la reacción del docente.
Últimos
meses llenos de miles de cosas por hacer, mucho estrés y ansiedad corriendo por
las venas. En lo personal yo deseaba con mucho anhelo el concluir mi carrera,
ya quería graduarme y deshacerme de la escuela y los deberes, cumplir lo
prometido a mis familiares y trabajar porque, claro, ya quería ganar mi propio
dinero.
Durante
mi último año, las personas parecían disco rayado, parecía que lo único que me
podían decir o preguntar era: Yyy… ¿Qué quieres hacer cuando termines la
escuela? A lo cual mi respuesta siempre fue: Quiero conseguir una plaza en
educación primaria, quiero ser maestra. Y, por ende, todas las personas siempre
decían que estaba estudiando para maestra. Al principio de mi carrera esto no
me molestaba, ya que yo pensaba de la misma manera; pero, con el paso de los
semestres, comprendí que en realidad era mucho más, y cuando las personas
mencionaban que estaba estudiando para maestra, me frustraba y trataba de
hacerlas comprender que en realidad era mucho más.
Ser
maestra era un plan que sonaba muy fácil y muy bonito, yo soñaba con conseguir
una plaza, si me tocaba muy lejos planeaba que con el paso de los años el poder
acercarme a la ciudad, pero nadie cuenta lo difícil que esto se vuelve, ya que
el proceso es muy complicado; en él te topas con miles de emociones. El saber
que eres una buena estudiante entre miles de participantes y al recibir los
resultados darte cuenta que tu esfuerzo fue bueno, pero no lo suficiente; el
afrontar esto personalmente se vuelve difícil, quisiera decirte que al contarlo
se siente aliviador, pero no, en realidad se vuelve peor, ya que no cumpliste
con lo esperado, tu plan se truncó, y sólo te preguntas: ¿ahora qué digo cuando
me pregunten qué haré al terminar mi carrera? Y te das cuenta que explicarles a
las personas que estas estudiando para maestra era el camino fácil de dar a
conocer la importancia de la carrera y que ellas comprendieran un poco sobre tu
carrera, la cual no es muy común de escuchar; no como medicina, arquitectura,
comunicación, administración de empresas, etc.
Y cuando
no consigues una plaza y las personas vuelven a preguntar: ¿Qué harás al
terminar tu carrera? Ya no sabes que responder, pero tú sabes lo que
aprendiste, pero no sabes en donde te ves en un futuro y la respuesta a esa
pregunta se vuelve tediosa, no sabes si te encontraras trabajando al algún
colegio o alguna empresa; o, simplemente, en un trabajo nada que ver con tu
carrera. Cuando estás estudiando y trabajando al mismo tiempo, tienes la opción
de dejar de trabajar en el momento que quieras o cambiar de trabajo cuando tú
lo deseas, porque sabes que aun eres estudiante y, como te lo han dicho muchas
veces tus padres y familiares, tu único deber es estudiar y terminar la
escuela. Pero al terminarla ya no tendrás ese lugar seguro y tu único deber
será trabajar. ¿De qué? No lo sé, pero de algo tienes que trabajar. Y, por
cierto, tiene que ser relacionado con lo que estudiaste porque si no te van a
estar echando en cara el para que estúdiate, si decidiste trabajar de otra cosa
nada que ver con tu carrera.
Como
estudiante de último año, mi objetivo de toda la vida estaba muy cerca, ya lo
que quería era graduarme, sin saber lo que realmente me esperaba. Es decir,
nunca pensé qué sería de mí al terminar la carrera, pues lo único que sabía
hacer durante toda mi vida era “Estudiar” y sacar “Buenas Calificaciones”.
Ya
terminé, después de tanto esfuerzo ya obtuve mi Titulo como Licenciada en
Pedagogía. Se terminaron las tareas, los trabajos de clases y la prórroga de
capacitación para la vida se terminó. Y realmente nunca pensé qué sería de mi
al terminar esa etapa. Hasta hoy. Y es que me pesa tanto el no haber disfrutado
lo suficiente ese último año. Me metí de lleno a cumplir con mis obligaciones,
tales como hacer mis prácticas, el servicio social, el realizar el proceso para
una plaza docente, el hacer la tesis, que no me puse a pensar en un plan B. Y
con no disfrutar mi último año, me refiero al abandono de actividades que me
gustaba hacer. No me refiero a salir de fiesta y esas cosas. Me refiero a que
dejé de apreciar mi último año como estudiante, dejé de leer libros con grandes
historias para leer investigaciones. Y dejé de escribir libre y creativo, para
realizar redacción académica.
Y no
digo que no sea lo correcto, sólo me refiero a que, si tú te encuetas cursando
tu último año de carrera, no abandones las actividades que tanto te gustan
hacer. Ya me titulé, actualmente soy “NINI” (Ni estudio, Ni trabajo). Y tú
dirás, ¿Por qué aun no trabaja?
Verás,
sí he buscado empleos, pero no son como te lo pintan. En la actualidad, los
empleos relacionados con la educación son muy mal pagados. Pero también quiero
confesar que da miedo ser nueva en el mundo laboral, el no conocer todo lo que
esto implica, el no saber si realmente te están ofreciendo un sueldo justo, el
que a lo mejor te pidan hacer algo y tú no sepas cómo hacerlo, eso me asusta.
Ya
quiero trabajar, dicen que la práctica es la mejor forma de aprender todo lo
que estudiaste en la escuela, pero hay cosas que la escuela no te enseña. Estoy
impaciente por trabajar, ya que me siento extraña al no hacer nada y tener unas
vacaciones más extensas de lo normal. Mi familia me dice que lo tome con calma,
que recién inicio y no me desespere. Pero se siente raro el pasar de estar
haciendo miles de cosas a la escuela a no hacer nada.
Por las
mañanas y tardes observo por mi ventana a todos esos niños y jóvenes que
asisten a la escuela y me da una nostalgia el no ser partícipe del tan
mencionado “regreso a clases”.
Ahora ya no me preocupo por entregar mis tareas, mis trabajos a tiempo y recibir buenas calificaciones. Ahora me preocupación está en conseguir un buen trabajo y día a día me pregunto ¿Cómo voy a comprar una casa y un carro?
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