“Siempre admiré los colores del cielo en un atardecer o amanecer hasta que miré sus ojos”





 

UN SER MARAVILLOSO

 

María José Burgueño Sánchez

 

Siempre admiré los colores del cielo en un atardecer o amanecer hasta que miré sus ojos. Sus ojos son más hermosos que un atardecer. Brillan y me iluminan, de día, tarde y noche. El mirar esos ojos cafés, su carita hermosa, con una gran sonrisa, hace que todo mi mundo cambie, que mi día sea más hermoso; es algo inexplicable lo que hace con tan sólo verla conmigo o sentir que siempre estará conmigo. ¿Cómo explicarle al mundo que una personita que sólo tiene 3 años puede ser tan maravillosa, con un enorme corazón, tan alegre que, a pesar de ser tan ocurrente, puede ser tan ella y tan única? Escuchar sus primeras palabras, fue lo más lindo del mundo, ver esa alegría que tiene y que, a pesar que tus días sean oscuros, ella con su alegría los convierte en días de muchos colores. Amo y disfruto tanto el estar a su lado, estar riéndonos, peleando, bailando o viendo las caricaturas que tanto le gustan. ¿Cómo no amar a ese pequeño ser, si puede ser una gran compañera de vida que siempre estará contigo? ¿Cómo no amar a ese ser tan pequeño que nada ni nadie puede compararse a ella porque es única? Tan única que con sólo mirarla alegra tu día o semana entera, hasta las ocurrencias que hace las hace ver divertidas, tanto que nunca te puedes enojar con ella, porque siempre hace lo posible para que te rías o que te da un enorme y sincero abrazo para que la perdones; una niña tan inteligente que todo lo hace ver hermoso. Pero cuando se va, los días son nublados, tan tristes, son días completamente silenciosos. Un ser que extrañas y tienes unas enormes ganas de volver a ver sus ocurrencias. Verla tan feliz es como un hermoso atardecer que jamás me cansaré de ver, admirar, y amar.

 

Comentarios


María José, los pequeños siempre serán la alegría de los adultos que, tal vez, deseamos volver a ser como ellos. Son seres adorables, sin maldad y sin dobles intenciones y con grande confianza en los humanos. Por eso es que, con justa razón, Facundo canta:
“Vuele bajo, porque abajo
Está la verdad
Esto es algo que los hombres
No aprenden jamás

Saludos, José Manuel Frías Sarmiento
Marcelo Tolosa dijo…
Siempre las personas que admiramos y nos inspiran nos generan buenos sentimientos que hasta nos impulsan a "agarrar la pluma" y plasmar lo que ellos significan. Prueba de ello que hace unos dias hubo un texto similar. Muy bien estimada María José. Muy lindo texto.
Anónimo dijo…
Muchas gracias por sus lindos comentarios, y sobre todo gracias por dejarme tener el honor de estar aquí en este grandioso blog, saludos a todos 🫂

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