“La cultura y la educación están emparentadas, son comadres, que salen las dos juntas para todos lados”



 



UN VIAJE A LA CULTURA CON JORDI BUSQUET

  

Gladys Jamileth Elenes Soto

 

 Aquí estoy, sentada en la mesa, agarrando fuerzas para abrir la antología y leer el texto, pero tengo tanto sueño que para lo único que tengo fuerzas es para mantener la cabeza sostenida a mi cuerpo. Tengo unas ganas inmensas de recargar la cabeza en la mesa un ratito, descansar mientras el documento se descarga, sí, eso haré, y me recargo; pero ¡qué incómodo está! Definitivamente no se puede descansar a gusto, me giro hacia la computadora y veo que está apagada, ¡lo que me faltaba! que se haya apagado sin descargar el archivo de la antología. Volteo, pero en ese momento veo a alguien detrás de mí a través de la pantalla, ¡hay alguien atrás de mí!, miro de reojo y es un señor, ¡Ay, no, qué hace un señor aquí! Me armo de valor, me levanto de la silla y giro, pero el señor está sentado en el sillón, quitado de la pena, como si los últimos 3 minutos no hubiera estado yo al borde de un ataque al corazón.

— Disculpe, señor, ¿quién es usted?

Sería lo adecuado preguntar ¿no?, bueno, pues yo no lo hice, yo nomás lo miré y salí huyendo a la habitación de mi mamá.

— Amá, ¿ya viste que hay un señor afuera?

Con que no me vaya a decir que no hay nadie y que cuando salga, en verdad no haya nadie y quede como Candace en Phineas & Ferb, sería terrible, espantoso y vergonzoso. Pero su respuesta fue diferente:

— Ah, sí, llegó hace como unos 5 minutos, estaba preguntando por ti, de hecho.

¿POR MÍ? ¿Quién, en su sano juicio, vendría a preguntar por mí? Pero, bueno, me asomo por la puerta y vuelvo a ver al señor sentado en el sillón, esta vez voltea y me sonríe, ¡ay, no, me cachó espiando, qué vergüenza! Pero, aun así, lo observo, pues no está tan mayor pero tampoco está joven, viste una camisa a rayas y un pantalón de vestir, honestamente se ve bien vestido, elegante y toda la cosa, tiene una taza ro… espera, esa taza yo la conozco, ¡es mi taza! ¡mi taza rosa!

— Amá, ¡le diste mi taza rosa!

— ¿Qué le di qué?

— ¡MI TAZA ROSA!

— ¡Pero si yo no le he dado nada!

¿Será posible que el señor haya agarrado las cosas solo? Bueno, en fin, si viene a buscarme veamos qué quiere, pero primero:

— Amá, ¿me acompañas?

¡Por supuesto, no iba a ir sola! Hasta crees que saldría así nomás porque sí. Y bueno, ahí vamos, mi mamá y yo saliendo de la habitación, rumbo a buscar respuestas del señor.

— Okey, pregúntale qué se le ofrece. — le digo a mi mamá.

— No creo, mija, a la que vienen a buscar es a ti, no a mí.

Pero ¿YO?, ¿yo tengo que hablarle? A mi mamá definitivamente le gusta verme sufrir, ¡qué parte de que soy introvertida y sufro de pánico al hablar con personas nuevas, no entiende! Seguramente no habrá tenido suficiente con mandarme el otro día a hablar por teléfono a pedir sushi, si casi casi mi primera pregunta, al hacer la llamada era: “buenas noches, ¿venden sushi?” pero pues supe sobresalir a esa terrible llamada.

Pero qué miedo, verdad de Dios, acercarme al señor, ¡Señor, Protégeme!

Y aquí voy.

— Buenas, ¿me buscaba?

¡Ay, mira, pues no estuvo tan mal!

— Hola, que tal, y sí, si eres Jamileth, te estoy buscando.

¡Ay, Jesucristo! ¿Será de la policía? ¿Y si me arrestan? Pero, ¿¿QUÉ MAL HICE YO??

— Antes de que entres en crisis, es para una buena causa, escuché que hay una tarea que tienes que hacer y necesitas mi ayuda.

¿Su ayuda? ¿Pues quién es? ¿Un padrino mágico? Aunque ahorita que me acuerdo, he visto últimamente dos trapeadores en los baños de la escuela, verde y rosa, ¿serán Cosmo y Wanda y este señor es realmente el mismísimo Jorge Von Strangle, quien viene a presentarlos como mis padrinos? Aunque realmente tiene más cara de Juanísimo Magnífico, pero bueno, ¡me desvío del tema!

— ¿En qué realmente necesito ayuda?

— En la tarea del Maestro Frías — respondió el señor elegante.

¿Tarea? ¿Dejó tarea? Ay, no, ¿¿qué tarea??

— No me digas que no te acuerdas de la tarea.

—Por supuesto que me acuerdo, sólo quiero ver qué tan cierto es lo que me dice usted, a ver, ¿qué dejó de tarea?

Por supuestísimo que no sabía de qué tarea hablaba, pero aquí estamos para despistar.

— Haré como que te creo, pero bueno, tienes que hacer un texto explicando la concepción humanista de la cultura y para eso estoy aquí.

—Bueno, ahora dígame quién es, que está bien seguro que necesito su ayuda.

Veamos, quién será, ¿un impostor? ¿un padrino mágico? bueno, basta de soñar, seguro es un señor que busca nomás a quien sacarle diner…

— Me presento, soy Jordi Busquet Durán.

Jordi Busquet, ¿de dónde me suena ese nombre? Jordi.. Busquet.. No… Puede… Ser… JORDI BUSQUET, EL MISMÍSIMO BUSQUET EN PERSONA.

— ¿Está seguro que así se llama?

Bueno, no me pueden culpar por dudar, todavía parece que estoy en un sueño.

— Bueno, la última vez que chequé mis datos, todavía me llamaba.

No puede ser, ¡tiene sentido del humor! Espectacular.

— Bueno Sr. Busquet, según usted dice que está aquí para ayudarme en el escrito, ahora, dígame, ¿de qué manera se supone que va ayudarme?

— Pues sólo hazme preguntas o dudas que tengas y yo voy a tratar de darles respuesta, si no puedo responder, tengo unos cuantos colegas que pueden ayudarnos. Ahora, para no hacer más larga la plática, hazme las preguntas, tengo un viaje que tomar en menos de 2 horas.

No preguntes, no preguntes, no preguntes. Ay, mira, la curiosidad mató al gato, pero murió sabiendo.

— ¿A dónde va?

Porque metiche se nace, no se hace.

— Voy a Gales, a visitar un gran amigo.

— Wow, Gales, padrísimo.

No lo hagas, no lo hagas, no lo hagas, no te humilles de esa manera…

— ¿Puedo ir?

Bueno, al menos intenté no verme tan intensa, ¿verdad? creo.

El Sr. Jordi nomás se rio, eso indica buena señal, como dicen por ahí: “¡haz reír a la gente hasta que se les olvide que estás loca!”, y bueno, no podré tener una licenciatura aún, pero una maestría en risastología no me ha de faltar.

— Anda, primero hagamos tu tarea, ¿tu primera pregunta cuál es?

Vale, ya que no me queda de otra.

— Okey, ¿es clasista?

— ¡¿QUÉ?!

— Pues usted dijo que preguntara, pues yo pregunté.

— ¡Del tema de la cultura humanista!

Ah, en mi defensa tengo para decir que tampoco especificó de qué preguntara y no, no es lógico para mi cabeza que no funciona tanto, ¿okey?

Veamos, qué le puedo preguntar al mismísimo autor…

— Me gustaría entender un poco más el cómo se relaciona la cultura y la educación.

— De acuerdo, para empezar, la cultura y la educación están emparentadas, son comadres, que salen las dos juntas para todos lados. La educación es un componente para la transmisión y la evolución de la cultura, al igual que la cultura influye mucho en la construcción de sistemas educativos y en los objetivos de la educación en la sociedad. En ambos hay un término en especial: un proceso de civilización.

Escuchar explicar al Sr. Busquet en persona es espectacular.

— Me llama la atención el cómo actualmente es un dilema cómo tratar el tema de la cultura, al contar con varios significados para las personas o el hecho de tener el concepto de cultura erróneo.

— En efecto, mi estimada, ahora, deja hacer una llamada.

Y se levanta, bueno, tocó esperar.

Dramatice, no duró más de 2 minutos.

— Alista cosas, vamos a Gales.

— ¿A DÓNDE?

Y volvió a reírse de mí.

— Está bien, está bien, deje que haga algo.

Y corro hacía la pared, pero termino totalmente estrellada y golpeada.

— Pero ¿qué haces?

— Perdón, pensé que estaba soñando y que podría traspasar la pared, así como sale en los sueños.

Y viajamos, en avión y toda la cosa, lo confieso, vomité. De nervios y presión, pero todo tranqui la verdad.

Y llegamos, al bajar hay otro señor, bueno, mucha gente desconocida para hablar.

— ¡Williams! — saluda Jordi.

— Busquet — saluda el señor, que al parecer se llama Williams.

— Sólo pasaba por aquí para que le expliques a la señorita, tus definiciones de cultura.

— ¡Vaya, con gusto! Pero primero hagamos un pequeño viaje a Italia.

Y así fuimos, conociendo calles de Italia, yo quería conocer Gales la verdad, pero en otra ocasión será. ¡Conocí el Coliseo Romano! La Torre de Pisa y comimos pizza, me mostraron lo más emblemático del país, su arte, literatura, su música caracterizada por la ópera, entre otras cosas.

— ¿Sabes por qué te llevamos a Italia? — me dice Williams.

— Porque me vieron inculta y tenía cara de que no salía de mi casa y fueron muy amables de llevarme.

Se rieron. Pero no, no me llevaron para eso, fue para mostrarme un ejemplo de las 3 definiciones de Williams, según el autor mencionado hace referencia a “la obra y a la práctica intelectual y especialmente a la actividad artística”. La cultura como civilización y una manera de vivir.

Y seguimos platicando, llevándome a conocer más países, enseñándome la cultura de ellos y explicando más detalladamente los temas por ver. Por ejemplo, que la cultura se considera una expresión del talento humano: la creatividad. Que la cultura humanista cuenta con características en las que se mencionan que es selectiva, es frágil, genera jerarquías sociales, es carismática. Ahora que lo pienso, ¿seré cultura? Me identifico con sus características verdaderamente, pero bueno, no nos desviemos.

Pero la cultura, viene siendo como un fruto del largo y difícil proceso educativo.

Y, por último, que no hay una cultura humanista como tal, sino simplemente cultura.

— ¿Podemos ir a Corea del Sur?

Sí, aquí seguimos con mis amigos, conociendo las diferentes culturas.

— Bien, vamos. — Responde Jordi.

Nos subimos al avión, todo tranquilo, cuando en el despegue anuncian problemas que ya no pueden resolver a tiempo y lo primero y último que hago es: agarrar las manos de mis amigos, Jordi y Williams, agradecerles por todo lo que aportaron en mí y cierro los ojos al sentir cómo vamos en caída libre.

Abro los ojos, me siento adolorida, ¿sobreviví al accidente?, trato de enfocar mi vista y lo primero que hago es ver la pantalla de la computadora cargando con la antología. ¡¿QUE?! Me levanto de la silla y me doy cuenta que me siento adolorida porque dormí toda chueca en la mesa, camino por toda la casa y me doy cuenta que no hay nadie, estoy sola. Le llamo a mi mamá para preguntarle si alguien ha venido a buscarme y su respuesta es:

— No, nadie ha ido a buscarte, dile a la tarea que te busque, a ver si la recibes tan gustosa, ¡ándale ponte a hacerla!

Desorientada, me siento en el sillón y el primer pensamiento que me cruza por la cabeza es:

— ¡Ya sé de qué voy a escribir!

Comentarios


Gladys, te felicito por este excelente relato en el que rescatas, interpretas y narras muy bien las concepciones de cultura más destacadas en el ámbito académico.

Maravillosa narración y despliegue literario. Saludos, José Manuel Frías Sarmiento
Marcelo Tolosa dijo…
Fascinante relato estimada Gladys. Te mando un saludo.
Hola Gladys, excelente relato. Cultura y educación son dependientes, coincido contigo en que la cultura es la expresión de la creatividad humana. Gran relato. Saludos

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