“Si estás leyendo y llegaste hasta aquí, significa que me has entendido, que has estado en mis zapatos unos segundos… ¡Te lo juro, es muy aterrador!”
CENA PASADA
Rocío Adalí Santos Camacho
¡Hola a todos y a todas,
espero se encuentren bien! Les quiero compartir algo muy extraño que me sucedió
hace 3 meses. Era un sábado, a las 11 de la noche, en ese momento iba llegando
a casa, venía de convivir con mis amigas. Llegué, abrí la puerta, entro al
cuarto de mi mamá y le aviso que ya llegué. Pero todos en casa se encontraban
dormidos, menos mi hermanita, ella se encontraba viendo caricaturas; caminé por
el pasillo y me dirigí a mi habitación.
Entré, busqué mi pijama, me
metí a la ducha mientras escuchaba música y me relajaba, después de duchar me
dirigí a cambiarme, me puse loción, me peiné y prendí mi computadora para ver
una peli y fui a la cocina para hacer algo de comer mirando la película; decidí
hacerme unas quesadillas con chilorio (ya que es mi comida favorita), prendí la
estufa y en lo que se calentaba el comal me puse a rallar el queso y a calentar
un poco de frijol. Cuando ya estaba caliente el comal empecé a ponerle queso y
chilorio a las tortillas y en lo que estaban me decidí por picar un poco de
pepino y lechuga con limón y sal para acompañar la comida.
Al hacer mi comida, escucho la
risa de una niña al fondo del pasillo, creyendo yo que es mi hermana le digo…
¿Tienes hambre, hermana? ¿Quieres que te haga unas quesadillas? Pero no
responde y le digo “Ya es tarde, vete a dormir”.
Pero sigue sin responder, sólo
escucho que corre por el pasillo con su risa de niña. Sigo sin tomarle
importancia. Termino de hacer mi comida, la llevo a mi habitación y miro en el reloj
que son las 12:30 de la madrugada. Me decido por una película de acción y me
acuesto a verla, mientras me pongo a cenar. Después de algunos 30 minutos de la
peli, voy a la cocina por un vaso de coca y regreso en lo que estaba. Al
terminar la peli ya son las 2:11 de la madrugada y me dan ganas de comerme un
par de Sabritas con chamoy; voy por un plato para echarlas ahí cuando, de
repente, escucho esa risa de nuevo, sí, esa risa de niña, me ganó la curiosidad
y fui a ver si era mi hermana ¿Y qué creen? Pues no, no era ella, ni nadie más
¿Y por qué digo que no era nadie? Pues porque la sala se encontraba sola.
Fui al cuarto de mi mamá y ahí
estaba mi hermana dormida, debo admitir que sentí un poco de miedo y me fui a
mi habitación, pensé que tal vez sólo era mi imaginación. Cepillé mis dientes y
me acosté. Al día siguiente, le conté a mi mamá lo ocurrido y me dijo que
anteriormente ella había escuchado a mi hermana hablando y jugando con alguien,
pero sin saber con quién porque sólo vio a mi hermana. Le preguntó con quién
estaba jugado y le dice “con mi amiga, mamá, está aquí conmigo”. Mi mamá,
asustada y asombrada, se lo cuenta a mi abuelo y él le dice a mi hermana: “¿Dónde
está esa amiguita tuya?” Y ella le dijo: “ya se fue”.
A la noche siguiente, a las 12,
estaba acostada viendo unos videos, en eso me da un poco de hambre, voy a la
cocina a prepararme un sándwich y vuelvo a escuchar esa risa sí, esa risa de la
noche anterior, pero ahora con pasos pequeños y el ruido donde botan una pelota
como si estuvieran jugando con ella y, como no era tan tarde, creí que podría
ser mi hermana. Entonces, decidí hacerle uno a ella también para que comiera
junto conmigo y, mientras lo hacía, se sigue oyendo botar aquella pelota.
Entonces, al terminar de
preparar el almuerzo, se quedó todo en silencio. Pensando que mi hermana se habría
ido acostar, me dirigí al cuarto de mi mamá y veo dormidos a todos. Despierto a
mi mamá y le pregunto: ¿Se quedó dormida mi hermana? Aquí le traía comida
porque la escuché jugando en el pasillo y pensé que tal vez querría comer
conmigo. Mi mamá me ve con expresión de confusión y de asombro, y le digo ¿qué
pasa? Me dice: “es que tu hermana tiene horas dormida”. Entonces, muero de
miedo al imaginar quién podría ser esa persona que se encontraba jugando.
Es ahí donde me di cuenta que la mente es un
universo muy amplio donde pasan cosas que son difíciles de explicar para la
ciencia. Me custra trabajo, en ocasiones, distinguir si lo que está pasando es
real o sólo son efectos de la imaginación, de realidades inducidas por tantas
cosas que pasan por mi vista, en la tele, redes sociales, pláticas de personas
en la calle, en historias raras que pasan de generación en generación. No soy
de muchas palabras y me cuesta trabajo poner en orden mis ideas, pero hay cosas
que pasan con tal nitidez que me es imposible borrarlas de mis recuerdos.
Es muy satisfactorio saber que
puedo expresarlo en letra y que alguien más podrá compartir conmigo esta
experiencia. Sé que puede ser emulada en cualquier parte del mundo y en
cualquier época. Si estás leyendo esto y llegaste hasta aquí, significa que me
has entendido, que has estado en mis zapatos unos segundos… ¡Te lo juro, es muy
aterrador!
Comentarios
Saludos, José Manuel Frías Sarmiento
Gilberto Moreno