“Imagínense que divertido sería realizar actividades culturales una vez al mes, con dinámicas diferentes y participación libre y creativa”



 



EDUCACIÓN Y CULTURA

 

Danna Cecilia Orrantia Guerrero

 

En diversas ocasiones y basándome en los textos de la antología de la licenciatura en Pedagogía, he dicho que la escuela es vista como una empresa, pero algo me decía que podía encontrar más respuestas a las preguntas que rondan por mi cabeza cada vez que pienso en ese tema. Con mi búsqueda encontré el libro La escuela no es una empresa, el ataque neoliberal a la enseñanza pública, de Christian Laval. En él se dice que la política educativa actual que domina al mundo se rige por el sistema económico que mejor convenga, con mis palabras claro, él llama a los alumnos usuarios o clientes y a la educación como mercado o cuasimercado, y que este último se define como una competencia entre operadores que conducen a una mejora en la calidad del servicio. Christian Laval señala que este sistema de competencias es la única forma de aumentar la eficacia de los sistemas de enseñanza.

Me pongo a pensar que si estos términos son usados con tan buena comparación entre lo que sucede en una empresa y lo que sucede en una institución educativa, quiere decir que realmente la educación es vista como una empresa porque se tiene las bases para que exista esa tan buena comparación; pero en ninguno de ellas se menciona a los estudiantes como personas. Laval los llama usuarios. ¿Dónde quedan los rasgos que conforman a esos “usuarios”? Detrás se tiene todos los aspectos humanos, una cultura con tradiciones, valores, costumbres, una etnia, una moral que defender, hobbies, gustos personales, ideas que vuelan por su cabeza diario. Nada de eso parece importar.

Entonces me pregunto si es que ellos piensan que la cultura no es importante ¿La cultura no es importante? Y entre más pienso, vuelvo a pensar, sigo pensando y la respuesta para mi es clara: la cultura es lo que forma a la persona, no entiendo cómo el sistema educativo puede siquiera pensar en dejarla de lado. Al final, estamos hablando de seres humanos que traen consigo vivencias, creencias, labores, diferentes roles, no son máquinas que sólo se dedican a cumplir lo que se les dice. SON PERSONAS que piensan, sienten, actúan de forma libre. No tendrían por qué estar siendo tratados como robots, mucho menos se debería de pensar que su único rol es repetir los contenidos temáticos que un profesor les imparte. Sin embargo, sí se piensa así.

No veo una forma en la que la cultura no pueda estar inmiscuida en una institución educativa o en un aula de clases. Desde que un alumno pisa un recinto educativo, ya está mostrando su cultura, con su forma de vestir, peinarse, la forma en que se expresa, con su sola mirada, muchos ya podemos interpretar qué tal se encuentra su mañana.

Sé que la educación no es perfecta y a veces, entre más me informo de ella, parece que se encuentra muy lejos del perfeccionismo, pero eso es justo lo que me gusta de la educación, puede ser cambiante, se puede transformar y amoldar para beneficio de una o millones de personas. No tiene por qué estancarse en un sólo ámbito. Si queremos hablar de política, la educación puede hacerlo. Si quieren encerrar a la educación y verla como una empresa, también se puede. Pero lo admirable de ella son sus resultados. Pero viéndola como una inversión no obtendrán más que jóvenes hartos de estudiar, alumnos frustrados por no saber hacer más que lo impuesto por sus profesores, personas confundidas sobre lo que están aprendiendo realmente, ciudadanos sin ninguna libertad de pensamiento.

Conozco algunos profesores que me dirán que eso es justo lo que el gobierno espera, mentes apagadas que no pregunten, que no cuestionen y podrán tener razón; pero si algunos de nosotros estamos conscientes de que están tratando de reprimirnos y lo único que hacemos es seguir la corriente sin levantar la voz y llevar la contraria, al final los que verdaderamente estarán mal seremos nosotros.

Para el mundo el dinero podrá ser lo más importante, pero aunque se tenga todo el dinero posible, si no tienes un buen capital cultural, si no eres una persona capaz, estudiada, con un extenso conocimiento en diversas áreas, si no cuentas con experiencia, el dinero no te servirá de nada, tendrás que gastarlo en asesores que hagan el trabajo que tú podrías realizar, o las personas te mirarían la cara y usarían tu dinero a su conveniencia, sin pensar que la cultura es importante y creyendo que formar ciudadanos de bien no tiene importancia.

Se nos pide mucho que leamos libros, pero no veo a las instituciones celebrar el día del libro, realizar cafés literarios o algún club de lectura; tampoco las miro apoyando a las alumnas que tengan cualquier talento, esas que de la nada andan cantando con sus melodiosas voces por los pasillos, o las que ensayan coreografías de baile en los descansos; mucho menos veo a las instituciones apoyando a esas alumnas que en los carteles sacan su gran habilidad por el dibujo y asombran a toda la escuela; porque eso no es importante, a la escuela vas a sacar calificaciones perfectas, no vas a desarrollar tus hobbies ni a compartir tu talento porque a nadie le importa.

¿Para qué sirve la escuela entonces? La educación no debe ser un pretexto para que los alumnos sólo memoricen. Eso no funciona con nosotros. La mente es muy poderosa, con ella podemos hacer grandes cosas, sólo debemos dejarla fluir. El sistema educativo no tiene ni idea del gran talento que está desaprovechando. Todos tenemos un talento oculto. Imagínense que divertido sería realizar actividades culturales una vez al mes, con dinámicas diferentes y con la participación libre y creativa. Que se hagan escenas de teatro, canto, baile, que se lean libros o se cuenten historias. El entusiasmo que le daría a los alumnos por participar en eventos como ése no se podría medir. Una vez una maestra me dijo que la escuela es un motor para crear sueños, un ambiente en donde nosotros debemos sentirnos libres y seguros, la escuela debe ser un motivador para que nosotros consigamos ser felices; pero pensando en la educación como una empresa, no veo cómo podríamos conseguir esa felicidad.

Es muy cansado ser un alumno hoy en día, tenemos que cargar con mucha exigencia de las generaciones pasadas, nosotros nos encontramos cansados por la sociedad tan destruida que nos dejaron. La violencia es excesiva, hoy todo es cancelable, una opinión diferente a la de la mayoría ya se merece una “funa” o, incluso, un hilo en Twitter. Nosotros sólo buscamos encajar en estándares que cada vez son más difíciles de seguir. Los trastornos alimenticios continúan subiendo, ni hablar de lo acabados que nos sentimos con nuestra salud mental. El agotamiento físico y mental es excesivo. Los adultos piensan que somos flojos y que nuestra vida es muy cómoda como para quejarnos, olvidan que, así como ellos también somos personas, sufrimos, sentimos, sobre pensamos y tenemos muchas cargas sobre nuestros hombros, aunque no parezca de esta manera.

La educación es el alma de las personas, es lo único que realmente vale la pena dejarles a las demás generaciones. Con la educación podemos revolucionar el mundo y se supone que esa es la meta que cada país busca lograr con sus modelos de enseñanza y aprendizaje. Entonces no veo la necesidad de seguir buscando reprimir al ser humano.

No saben lo difícil que es salirse del camino técnico, te llenas de dudas, incluso, piensas en rendirte muchas veces. Lo digo por experiencia, nunca pensé que llegaría un maestro que me haría cuestionar lo que un texto me estaba diciendo renglón por renglón, hasta que el Maestro Frías apareció. El llevarme mal con sus clases no era culpa de mi maestro, era mía por tener tanto miedo de salir de lo ya conocido; pero hoy, cuando me piden que regrese a lo técnico, lo cumplo, porque durante toda mi formación académica obedecí sin rechistar; pero claro que hago trampa, mis ensayos son más reflexivos y críticos, ya no necesito poner tantas citas de autores y llenar el documento de palabras escritas por otro; esos ensayos ahora son míos y eso lo logré con autonomía, porque se supone que es lo que la educación debe enseñarnos, a ser autónomos, libres, a valernos por nosotros mismos, a pensar, analizar y mirar con ojo crítico todo; nos debe enseñar que cuestionarnos está bien, porque la pregunta, la duda, es una de las mejores formas que tenemos para aprender.

No se debería poner jamás en el mismo lugar ni comparar a una empresa con una institución educativa; aunque el mundo se maneje, así nosotros debemos de pensar en nuestra parte humana. No olvidemos nuestras tradiciones, no pierdas jamás el camino que recorriste porque cuando te sientas perdido, puedes volver por él y reflexionar los motivos por los que anduviste ese largo camino. Así, cuando lo recorras de nuevo, tus convicciones no se verán dañadas por la burbuja que hoy dirige a la sociedad y se hace llamar capitalismo.

 

Comentarios


Danna, con cada colaboración tuya este Blog enriquece su contenido y le sirve más al conocimiento y reflexión de sus lectores, a los que poco a poco, iremos involucrando hasta que sean capaces de romper su cascarón y se atrevan a dejar sus comentarios. Todos pueden hacerlo, pero, como bien lo dices, así los educaron y les cuesta expresar sus opiniones. O, tal vez, les enseñaron a permanecer en silencio y acallar la voz de sus pensamientos, Pero la educación es maravillosa y pronto, tarde que temprano, estaremos leyéndoles también.

Saludos, José Manuel Frías Sarmiento
Danna, cierto es qué poco se celebra Día del Libro en el contexto donde nos encontramos, pero vamos haciendo nosotros en nuestro espacios. No esperar tanto del Sistema o que ellos den el banderazo NO, se va haciendo camino desde nuestras iniciativas quehaceres.

Te felicito por tu texto.
Seamos poco a poco pínceles de nuestras acciones educativas culturales. Llevar tertulias en los salones de clase.
Bonito inicio de semana.
Marcelo Tolosa dijo…
Como dicen "Es mas peligrosa la pluma que la espada" y Ud., estimada Danna, cada vez se hace mas "peligrosa" con su preparación y su habilidad para ir plasmando sus ideas. Al ir leyendo me hace pensar y cuestionar. Muchas felicidades por esta iniciativa a levantarnos. Te mando un gran saludo.

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