“Me resulta más fácil sucumbir a las ausencias, que mantenerme presente en un ambiente que poco tiene para ofrecerme”



 



AUSENTE

 

Elsa Carolina García Carrillo

 

Me encuentro presente en el salón de clases, parece un día normal, de lo más rutinario dentro del aula: el profesor habla sobre algún tema y el alumnado le presta atención a la vez que unos cuantos levantan la mano en espera de un turno para opinar; el clima es agradable a mi gusto, tal vez algo frío para quienes no disfrutan de las bajas temperaturas. 

Sí, estoy aquí porque mi forma física es más que evidente, pero mi mente está en otra parte; de momento la voz del profesor me parece alejarse hasta ser sólo un pequeño zumbido en alguna parte. De repente mi mente ha decidido jugar conmigo y me veo trasformada en una especie de fantasma que flota a través del salón deteniéndose a observar a los demás, incluso, observo mi propio cuerpo inamovible.

De repente mi fantasma y yo cruzamos las miradas, me regala una sonrisa maliciosa y yo le contesto con una mueca de asombro con duda entremezclada. Lo observó cruzar la puerta de salida y saltar al vacío del tercer piso; consigue asustarme imaginando como se estrellará contra el suelo, pero sucede algo imposible, no ha caído, sino que ha volado hacia el cielo hasta diluirse con las nubes blancas.

Casi consigo perderme por completo cuando el sonido producido por las manos del profesor, haciendo un contacto brusco contra mi escritorio me hacen volver de un solo salto. Sí, por segunda ocasión en la semana, me ha llamado la atención por no prestar atención suficiente y no contestar sus estúpidas preguntas.

Sin darme cuenta, nuevamente ausente, ha llegado el final de la clase. Salgo del aula pensando en lo sucedido, en la manera que mi mente decide jugar conmigo cada vez con mayor frecuencia, sé que los sucesos que he visto son sólo parte de mi imaginación, una manera cruel que tiene mi cabeza de alejarme de la realidad que me rodea día con día.

No sé qué pasa conmigo, ¿Será algo normal? ¿Es que mi mente ha decidido jugarme una mala pasada con fin de qué? ¿Acaso mi cordura necesitaba vacaciones y se ha ido lejos de mí? Es eso, seguro es eso, me estoy volviendo loca, no hay otra explicación.

¿O de qué manera es posible entender mis ausencias ante la realidad? Estoy aquí pero no estoy. Siento lo que pasa a mi alrededor: los olores, los sonidos, incluso sensaciones… pero no me siento parte de ninguno de esos acontecimientos, menos cuando parecen cada vez más ajenos a mi realidad.

Pero ¿Qué caso tiene estar presente en una realidad que poco me interesa? Que poco me incluye y que muy pocas veces parece tener algo importante o significativo que ofrecerme. Es verdad que detesto no poder ser parte del momento, pero detesto más la carencia de emociones dentro de esos momentos.

Tal vez es mejor así, mantenerme ajena al mundo que merodea, mientras mi propia cabeza se encarga de mantenerme perdida entre un mundo y otro, entre una locura y otra. Me resulta más fácil sucumbir a las ausencias, que mantenerme presente en un ambiente que poco tiene para ofrecerme.

Comentarios


Caro, tus relatos siempre nos ponen a pensar, unas veces con humor y otras con cierta pesadumbre, como en este relato que nos describes y narras un sentimiento que, seguro estoy, varios jóvenes lectores identificarán de manera muy cercana. Yo, al menos, hace poco, conocí un caso similar.

Saludos, José Manuel Frías Sarmiento
Marcelo Tolosa dijo…
Muy, muy bien Carolina. Te lo juro que iba leyendo el primer párrafo y dije: "Algo anda mal, se ve muy mansito el texto" Y dicho y hecho al segundo párrafo le movieron la palanca de los cambio y dio giro "sobrenatural". Es que ya conozco tu estilo. Muy bien. Esta lectura además de sorprendernos, nos invita a ver mas allá y jugar con la imaginación, cosa que me falta muchísimo. Te mando un saludo Carolina.
Carolina, sentirse ausente en un mundo que pudiera estar lejos a nuestra expectativa, puede volver al otro una desgana de ser y estar. Pienso, que las emociones aflictivas hacen ver, el no encajar del todo por momentos, ser parte de una existencia que no está a como se desea.

Saludos
Unknown dijo…
Tú pensar y mi sentir muchas veces coinciden Caro!! Me da gusto volver a leerte y más con este texto que es una realidad vivida por muchos, aunque muy pocas veces aceptada por otro tanto!! Me gusta todo y cada unos de tus relatos que me ha tocado leer, espero y escribas mas realidades que muestren lo qué hay dentro de una aula! Saludos y cuídate mucho hija!! Te quiere tu profe de primaria!!

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