“La educación va más allá de ir a una escuela y de hacer tareas, es algo más fascinante que eso”



 



¡ENTRÉ AL MUNDO DE LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO!

                                               

Rocío Rodelo Pérez 


Durante toda mi vida como estudiante odié la historia, es que me era tan difícil aprenderme tantas fechas, personales, causas, consecuencias, simplemente no podía. Siendo sincera, jamás pensé ver historia en la Universidad, menos en esta carrera. ¡O sea, no! Me era imposible que eso sucediera. ¿Y qué creen que pasó? Vi historia. Esa materia a la que le tenía miedo, flojera, pero, a la vez, un poco de respeto. Pero no vi cualquier historia. ¡Vi la historia de la Educación en México! Si de por sí, hablar de historia es muy complejo, y añadirle que sea de la educación se torna un poco más difícil. A pesar de que no soy la más fan de la historia, soy fiel creyente de que, para poder conocer, explicar y comprender nuestro presente, tenemos que saber qué fue lo que sucedió en el pasado; y, de esa manera, entenderemos por qué estamos como estamos y a quienes le debemos eso.

La educación va más allá de ir a una escuela y de hacer tareas, es algo más fascinante que eso. Educación no sólo es enseñar o instruir; desde un punto de vista personal, la educación es un acto de amor y gratitud a los demás, enseñar y transmitir valores, ideas, expectativas y conocimientos a más personas, es un acto verdaderamente hermoso, es un gozo para los educadores, seguramente se regocijan. El acto de enseñarle algo a una persona y que éste la aprenda, valore y ponga en práctica no tiene precio; los maestros son y serán las personas que se convierten en segundos padres y, en algunos casos, se convierten en mentores para algunas personas.

Aquí la pregunta e idea central es: ¿Quiénes y cómo participaron para poder aprovechar lo que tenemos ahora? Bueno, no es una tarea nada sencilla, la historias y los hechos datan del siglo antepasado. La necesidad de crecer y aprender siempre ha estado, es por ello que llega a México la Compañía Lancasteriana, que fue, en lo personal, el gran impulso que hubo en la educación; con ello nos referimos a una enseñanza mutua, en donde los más avanzados o los que sabían más enseñaban a los más pequeños ¡wow! Ahí es donde me di cuenta que las ganas y la necesidad de crecer y aprender estaban, en donde era un gran esfuerzo para todos, no sólo para los estudiantes, sino para los que enseñaban. Esto tuvo un gran auge y fue cuando se crearon los Maestros Ambulantes, fueron personas que estaban preocupados por la educación, que querían que en verdad se creciera, es por ello que su objetivo fue fomentar la educación en comunidades indígenas, de acuerdo con las posibilidades económicas que había; te explico, esas personas iban a comunidades indígenas y enseñaban a las personas a hacer ciertas actividades que podían desempeñar en el lugar en donde se encuentran, o sea, ¡que padre! Aparte de estar aprendiendo, estaban trabajando. Por si eso fuera poco, llegan las Casas del Pueblo, se impartía educación para absolutamente todas las personas de la comunidad; ya había un montón de maestros misioneros, entonces, se pasó de ser Casas del Pueblo a ser Escuelas Rurales ¡Sí, Escuelas Rurales! Sólo hasta aquí date cuenta de la magnitud que estoy diciendo, se dio un paso tan grande, la necesidad de aprender ya era inmensa.

Como ya había ganas de aprender, había estudiantes y escuelas, se dijo: Debe de crearse una institución que se haga cargo de la misma, y aquí es donde nace la SEP. La Secretaría de Educación Pública, una institución encargada de regular la educación; se crea en 1920, en el periodo de la presidencia de Álvaro Obregón. Y su primer secretario fue José Vasconcelos, un personaje, que, para los que estamos inmersos en el mundo de la educación, debemos de tenerlo bien ubicado. Como ya existía una institución encargada de regular la educación, pues surge la necesidad de crear el SNTE, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, alguien que en verdad velara por las necesidades y demandas que los maestros tenían, algo que defendiera su razón de ser. Jaime Torres Bodet, una persona que, sin duda, marcó la historia de la Educación en México; díganme, ¿qué país o lugar del mundo regala los libros de texto que los estudiantes necesitarán? Pues México lo hizo, lo hace y lo hará. Gracias a Torres Bodet se crea la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, la Conaliteg, que hizo la diferencia, porque imagínense a un padre de familia que tiene a dos hijos, que es de escasos recursos y a los dos tiene que comprarle libros ¿cómo le iba a hacer el papá? Así que, sin duda, fue un gran apoyo y una gran oportunidad.

La Universidad Pedagógica Nacional, la UPN, nuestra alma mater, de donde provenimos, sin ella, no estaría aquí, escribiendo esto, se crea para profesionalizar a los maestros, porque han de saber que los maestros no salían con el grado de Licenciados, más bien salían como Profesores. Entonces se vio la necesidad de que para que los maestros estuvieran mejor preparados y recibieran mejores sueldos, era necesario que se profesionalizaran. La UPN ofrecía licenciaturas relacionadas con la educación y esto causó un BOOM. Sí, la UPN es mi alma mater, gracias a ella, ahora puedo gozar de la UPES, pero eso es cuento de otra historia. ¿Qué te ha parecido este pequeño recuento? Es sólo una pincelada de todo lo sucedido en la educación en México.

Si lo anterior te pareció mucho, espérate, porque ya viene lo bueno. Detrás de todas las instituciones que se crearon y de los grandes cambios que hubo; había algo más, IDEOLOGÍAS y PENSAMIENTOS. Hay que entender, la educación tiene de por medio la política y hay que lidiar con ella. Existieron varias facciones, digamos que son varias posturas e intereses que se tenían respecto a la educación; algunos sólo se interesaban por el lado económico, otros por el político y muy pocos por la educación verdaderamente; en este sentido, la educación era sólo un medio para llegar o lograr ciertas cosas, en donde estaba presente el lado económico y político. Con esto, llegamos al Artículo Tercero Constitucional, les dije, esto cada vez se pone más complicado; en el tan sonado Artículo Tercero se menciona que la educación es laica, gratuita y obligatoria, ¿será verdad? En su totalidad, no; hace muchos años, los sacerdotes eran los encargados de propiciar la educación, ellos mismos daban clases, hasta que Carranza dijo que eso ya no pasaría, la iglesia se desprende totalmente de ella, sin embargo, en la actualidad eso no es cierto ¿por qué ciertas religiones no valoren nuestra enseña patria? ¿qué y por qué se les impide? En cuanto a lo gratuito, aquí se ha logrado un poco más; porque aunque no es gratuita en su totalidad, el gobierno pone las escuelas, cada institución es encargada de administrarla, pero el mismo gobierno proporciona gratis uniformes, libros de texto (gracias a la CONALITEG) y útiles escolares, si eso para ustedes no es un gran logro, no sé qué es entonces. Tan sólo piensen en un padre de familia que tiene a dos hijos en la primaria; tendría que comprarles uniformes, libros y útiles escolares, piensen en el gasto enorme que ese padre tiene que hacer; sí, aún se tiene que mejorar para que sea en su totalidad gratuita, pero lo anterior es un gran logro y avance. Y, por último, que la educación es obligatoria, ¡ay qué difícil! Aparte de difícil, es triste, de obligatoria no tiene nada ¿Cuántas veces hemos visto a niños trabajando en las calles? Niños que deberían de estar en las escuelas estudiando, pero ¿qué pasa con ellos? La mayoría son niños de escasos recursos, no tienen dinero para ir a una escuela y tienen que trabajar para poder comer, no les queda de otra. Esos niños, aparte de perderse de aprendizajes, habilidades, valores y conocimientos, se pierden de la socialización que es vital para cada ser humano y más en los niños. El gobierno no tiene el poder de obligar en su totalidad a los niños a ir a la escuela, no hay un castigo o sanción para esos padres que no llevan a sus hijos a la escuela ¿sabes por qué? porque el mismo gobierno no puede atender ni proveer en su totalidad a las escuelas. Sin duda, lo anterior es algo polémico y no se habla mucho de ello, porque puedes hasta meterte en problemas.

No hay que olvidarnos de las marchas y movimientos estudiantiles que se han hecho a lo largo de estos años; nunca nos olvidaremos del Movimiento Estudiantil de 1968, esa fecha queda marcada en la vida de todos. Hay que entender… ¡Murieron personas por nosotros, por gozar de lo que hoy en día gozamos! Con esto no me refiero sólo a la infraestructura, a salones bonitos, me refiero a lo que realmente es el hecho de poder estudiar y disfrutar.

Lo anterior, sólo ha sido un cachito de lo que ha pasado en la historia de la educación en México en más de 100 años, fue un pequeño recuento de lo que ha sucedido, para poder entender el por qué sucede lo que sucede en la actualidad, en donde seguramente, esta historia continuará….

El contar y hablar de historia siempre será un ir y venir; el pequeño recuento que hice anteriormente es para poder responder a la pregunta: ¿Qué ha cambiado en 100 años? No me vengan a decir que no ha cambiado nada, que no se ha logrado nada, porque es una total mentira, no me vengan a decir que las transformaciones y movimientos estudiantiles fueron en vano; porque sí, sí ha cambiado. Si simplemente, el hecho de que las mujeres comenzáramos a votar ha sido un logro inmenso, se nos reconoció ¡por fin! Logramos ir a la escuela en un país en donde la mentalidad era que las mujeres debían de casarse, tener hijos, hacerse cargo de ellos y hacer las labores de la casa, tan sólo imagínense la magnitud del logro, pasamos de una sociedad totalmente cerrada a una un poco más abierta y, créanme, la educación estuvo detrás de ello. Como se los dije y lo vuelvo a repetir, la educación sufrió grandes cambios y transformaciones que obviamente han servido, pero ¿hemos utilizado esos cambios? Si tenemos libros de texto gratuitos, uniformes, útiles escolares y becas que el gobierno nos proporciona ¿por qué siguen existiendo personas que no quieren estudiar? Esos cambios también son espectaculares, esos apoyos son realmente muy buenos, ¿cuánto no se ahorran los papás? Sin embargo, las ganas de aprender y salir adelante no están, pero más adelante platicaré acerca de ello. Hay una triste realidad por la que todavía pasamos, se han olvidado de las zonas rurales, se han olvidado que allá también hay personas que desean aprender, entonces ¿dónde queda ese derecho? Esas personas que quieren estudiar deben de bajar de la sierra, de sus ranchos para poder estudiar. Entonces, el derecho a recibir educación no es para todos; les diré algo, más que un derecho lo veo como un privilegio del cual no todos lo pueden gozar ¡Sí, un privilegio! Triste pero cierto, si se supone que la educación es para todos, que es laica, gratuita y obligatoria. De verdad, trastoca mi sentir y hace que me enoje, porque no sólo es culpa del gobierno, también es de los profesionales en la educación. Así como lo escuchas y lees, también es culpa de los maestros. ¿Por qué cuando se ganan la plaza y les dicen que se irán a un rancho no quieren ir? Aquí es donde entro y digo, simplemente no tienen la vocación y pasión por su carrera. La carrera de maestro, es, en verdad, hermosa, para quien le apasiona en realidad. La satisfacción que se genera cuando un alumno está aprendiendo algo nuevo, cuando ves esas caras de emoción, de alegría y entusiasmo no tiene precio. Los maestros, tienen al futuro de la sociedad en sus manos, tienen una chamba realmente difícil, pero que si la haces con amor, pasión y vocación, el resultado es verdaderamente grato. Yo sólo he ido a prácticas, pero el hecho de ver las ganas que tienen los alumnos por aprender, de ver la emoción que tienen cuando conocen algo nuevo, cuando llenan ese espacio, no tiene precio; enseñarle algo nuevo a una persona y que de verdad le quede ese aprendizaje, es la satisfacción y pago más gratificante que hay; por esa simple y sencilla razón, no me arrepiento de estar estudiando esta carrera, y con orgullo digo ¡Seré educadora!

Como lo mencioné anteriormente, la educación es un derecho y, supuestamente, es laica, gratuita y obligatoria; contamos con becas, uniformes, útiles escolares y libros de texto gratuitos, pero aun teniendo todo eso ¿por qué sigue habiendo personas que no estudian? O, para ponerla más fácil ¿por qué estudiamos? Una pregunta que puede tener miles de respuestas, pero les diré las más comunes: unos dirán que para tener un empleo, otros para generar ingresos y otros porque les interesa aprender y salir adelante; tristemente, en la actualidad, la mayoría estudia para tener un gran empleo y muchos ingresos, sí, para eso estudian, y entonces ¿en dónde queda la pasión y vocación? ¿en dónde quedan las ganas y la necesidad de aprender? Muy buena pregunta. ¿Por qué antes sí existían esas ganas de aprender realmente? ¿Por qué si antes era más complicado hacerlo y ahora es un poco más fácil, las personas no estudian? ¿Por qué? En verdad es algo que me preocupa y perturba diariamente. Pero ¿sabes qué? Las personas en la actualidad no estudian por una razón muy sencilla, porque no se harán ricos con sus profesiones, porque no tendrán un gran puesto en cuanto salgan de la carrera, qué equivocados están, el no estudiar te hace que pierdas un montón de aprendizajes, conocimientos, habilidades ¿estás dispuesto a perder todo eso? Yo no. Sé que con mi carrera no me haré rica, pero dejando de lado el sueldo ¿Quién me va a quitar el anclaje cultural que tendré? ¿Quién me va a quitar los aprendizajes, habilidades y valores? ¿Quién me va a quitar la satisfacción de todo lo aprendido y de lo que haré con todo eso? NADIE. Así que, si aún dudas en estudiar o no, no lo dudes y hazlo; ¡ENTIENDE! Los cambios, evoluciones y transformaciones no han sido en vano, todo ha tenido un para qué y una razón; debemos de aprovechar las oportunidades que se nos presenten, porque si no, después pesan, siempre hay que tener esas ganas y ese entusiasmo por aprender, no saben la satisfacción que se siente cuando aprendes algo nuevo, cuando en una simple plática pones en práctica lo que sabes, te haces un ¡Intelectual! Te haces ver más importante. Entonces, deja un poquito en pensar qué tanto vas a ganar con cierta carrera, créanme, cuando haces las cosas con amor y pasión la recompensa en mucho mejor y más grata. Pero ahora, ¿cómo convencemos a alguien de que estudie? Y hago esta pregunta porque sabemos que estudiando tal vez no nos haremos ricos; en ocasiones, algunas personas que no están escolarizadas y tienen otros trabajos o se dedican a vender comida, o algo por el estilo, viven mucho mejor económicamente hablando; pero, insisto, el pensamiento y conocimiento nadie te lo quita, el saber de ciertas cosas te hace una persona más interesante y hasta te conviertes en un intelectual. La educación transforma vidas ¡claro que sí! Te conviertes en alguien diferente, sales de ese mundo en el que estabas y te conviertes en alguien mejor, como ya lo dije: te transformas en un ¡intelectual! No desaproveches la oportunidad de estudiar, la educación te lleva a puertas inimaginables, a mundos desconocidos como lo era esta materia ¡Entré al mundo de la historia de la Educación en México!

¡De lo que me estaba perdiendo! De ahora en adelante, ahora sé de historia sobre la educación en México, ahora entiendo el porqué de muchas cosas; no, no fue fácil, es un ir y venir siempre, pero la satisfacción que siento por haber aprendido lo que sé nadie me la quita; a pesar de que no me gusta la historia, el haberla aprendido abrió mi mente mucho más, no sabía de lo que me perdía. Estoy convencida de que la educación siempre será uno de los mejores tesoros que tenemos y que debemos de sacarle el mayor de los provechos. Explotemos aquello que queremos conocer, pues con esos conocimientos podemos hacer un bien al ponerlos en práctica, que no se queden sólo en nosotros, hagamos un buen uso de él.

Comentarios

Estimada Rocío, tremendo y fascinante relato el que ahora nos regalas. Tus lectores apreciarán tus miradas a la historia de la educación y yo me siento agradecido por ser parte de tu entrada a este mundo histórico y educativo, al cual entras con suave y enérgico aliento intelectual.

Felicitaciones, José Manuel Frías Sarmiento
Marcelo Tolosa dijo…
Epale! Estimada Rocio, se aventó un texto bravo. Coincido con Ud en su primer párrafo. Es el sentir. La historia poco nos atrae en esa etapa, y de educación, pues menos. Pero ya cuando lo vemos con otros ojos, entender el porque lo estamos haciendo, ya cambian las cosas y se pone interesante. Por ejemplo, a mi me ha llamado la atención lo de la compañía Lancasteriana. Lo pudr haber visto pero no me acuerdo y se me hace interesante y muy brillante para la época. En fin hay muchos puntos validos e interesantes que mencionas. Por ejemplo, todas las luchas y movimientos que se han venido luchando para que no haya alguna fricción para que cualquier mexicano pueda estudiar. Pero nos olvidamos que al final de cuentas la última batalla/movimiento esta en el corazón de los jóvenes y hagan caso a su vocación. Hasta lastima da, haber hecho tantos movimientos para nada. Pero bueno. Excelente texto estimada Rocio. Le mando un saludo y claro que es una profesión de las mas importantes. Inspirar a toda una generación con su ejemplo y enseñanza no tiene PRECIO. Saludos.
María Porcella dijo…
Muy querida Rocío, no es un secreto que la historia y las matemáticas muchos desean brincárselas en la escuela. Por desgracia es que no siempre han sabido cómo introducirnos en ella, se la ve fragmentada, como si no tuviera nada que ver con nosotros, con esta historia que ahora misma nosotros y nuestros contemporáneos estamos construyendo y que le tocará a otros hablar de ella.
Por fortuna, he tenido muy buenos maestros, aunque no pasaron de los programas educativos, me inculcaron la costumbre de hacerme preguntas. De al menos tener dos versiones de la misma situación. A mí me apasiona la historia y cada aprendizaje es como una pieza de un gran rompecabeza que me da pie a ir encontrando el hilo a los sucesos. La historia como una gran máquina del tiempo con sus engranajes y que al imbuirte en ella ves proyecciones de sucesos mundiales que tienen relación con tu propia historia, aunque nunca te lo habían dicho. La historia no son letras muertas, son letras que tienen raíces que han crecido y se han expandido y solo algunos afortunados han ido conociendo algunos sucesos trascendentales, pero muchos siguen siendo un misterio, están en bibliotecas o escondidos en cuevas o sótanos como solía hacerse en la antigüedad.
La historia es un descubrirse a uno mismo frente al mundo, un mundo que te lo presentan de muchas formas y diferentes escenarios, pero que al final encajan unos con otros. Cada vez las ciencias que estudian las culturas y las que exploran para encontrar vestigios nos dan razones para concluir que las sociedades antiguas siguen presentes en diferentes formatos, que esas historias de lugares, de personajes, de costumbres pueden estar en nuestros genes. Imagina que pudiéramos viajar al tiempo y descubrir nuestro propio árbol genealógico, de qué personas venimos, de qué lugares, qué papeles jugaron en su sociedad, qué de ellas tengo y nadie se explica por qué soy cómo soy, si en la familia actual no hay una similar. Tan solo esto es una historia de la historia de alguien cuyos antepasados tendrían tanto que enseñarnos, entenderíamos más lo que ha costado lo que ahora tenemos. En fin, querida Rocío, el estudio de la historia va mucho más allá de la enseñanza escolar. Es una decisión personal, de esfuerzo, concienzuda, y laboriosa, pero fascinante.

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