“Un artista no es un señor que está dando la noticia con un micrófono frente a la tv, tenemos que digerir la realidad”




 



MI ENCUENTRO CON ESTRADA

 

María Madrid Zazueta

 

De esas pláticas que te sorprende descubrir que tantos años de conocernos, de charlas, de bohemia, de arte, de escritura, y apenas venir a descubrir que Frías conoce a Enrique Estrada, el pintor mexicano, maestro del ahora muralista Ernesto Ríos y de una joven promesa que se ha quedado pasmada, al parecer, porque su obra pocas veces ha sido exhibida, mi querido y entrañable amigo Osiris Padilla Escobar.

Pues sí, conocí a Estrada gracias a las charlas con Osiris que me platicó algunas experiencias al vivir y trabajar al lado de este maestro. Me intrigó cómo me contaba el estilo, el temperamento y el genio de Estrada. Cuando Osiris regresó a Sinaloa, su obra demostró una madurez y una esencia que, para mí, lo hacen el mejor retratista de todo el estado, no sé del país; pudiera serlo si su obra fuera más conocida.

Fue precisamente Osiris quien me dijo que el maestro Estrada se presentaría en el MASIN. Y el sábado 9 de febrero de 2008, allí estaba yo como en segunda fila. En una sala medio llena o medio vacía, dependiendo de la perspectiva. Donde me supongo la mayoría de los pocos, eran pintores y personal del museo.

Después de una presentación que ya rayaba en la exageración por parte de Ríos, Estrada tomó la palabra para compartirnos un poco del mucho conocimiento que tiene de la historia y del arte. De ese espacio tomé algunas notas que ahora comparto. Según Enrique Estrada: “la pintura mural ‘nace’ como una forma de decir al pueblo: “así fue nuestra historia”. Un pueblo que, para 1920, era en su mayoría analfabeta.

Nos contó de Siqueiros que hace al espectador dinámico, el espectador que se mueve… frente al mural. Fue su exposición ante espectaculares propagandas en Estados Unidos, cuando el gobierno de este país no estaba de acuerdo con pintores muralistas comunistas. Por lo que Estados Unidos intenta desarrollar otro estilo de pintura, algo dijo Estrada de Jackson Pollock, que dio como resultado a la pintura abstracta.

Mencionó también la generación de la ruptura, con García Ponce… Y otros que no alcancé a anotar, que estaban inconformes con el movimiento muralista. Hasta Rufino Tamayo, siendo muralista, se quejaba de esta tendencia. Afirma Estrada que a él le toca vivir esta confrontación cuando sólo quedaba el muralista David Alfaro Siqueiros. Y así fue narrando historias que tienen que ver con la historia de su obra, Obra Negra y con la historia de nuestra historia. Menciona de Alberto Gironella, se brinca al español Velázquez, da un salto a Francisco Corzas. Y así nos va ambientando en la comunicación que hubo entre el arte y la comunidad durante la Revolución Soviética. Nos recuerda que en la URSS se daba el fenómeno conocido como ‘constructivismo ruso’, cuyo origen vino a observar el trabajo de Picasso. Y en un enunciado relacionó arte-producto-sociedad.

Continúa Estrada diciendo que la sociedad primitiva de América contenía esta vinculación entre la sociedad y el arte. Algo dice que se me escapó, pero la idea era algo así como ‘cuya representación era conocida por la sociedad’. Se brinca al cubismo, surrealismo… que logran mediante la provocación, atraer la atención. Y esto me recuerda que Osiris, además de retratos, pinta obras hiperrealistas.

Sin recordar el hilo exacto de su discurso, escucho un contundente “¿Los pintores ¿tenemos que educar?” ‘Con frecuencia tengo que decir – yo estoy siendo educado por esta gente”, En eso, una voz tras de mí, del ya occiso Loya, grita – “No queremos clases de historia, para eso están los libros; queremos saber de la técnica”. Me quise desmayar de pena ajena y de rabia, yo sí estaba fascinada con la historia, con la rasposa voz de Estrada y con su gran personalidad, de quien me extrañó no se inmutara, ante lo que para mí fue un irreverente e innecesario insulto. No solo para Estrada, sino para los que, como yo, estábamos absortos en la película de la historia de nuestras historias que el maestro proyectaba con su voz.

Entonces llega el momento de hablar de Obra Negra y retratos. Menciona el maestro que la serie La Revolución le vino durante 1968 porque así fue como él lo vivió. Porque el ejército acribilla a los estudiantes. ‘El ejército no está para defendernos, sino para cuidar al Presidente en turno… (Calderón se hace tomar fotos con el ejército como diciendo, - ¡Aguas!, éste es mi ejército -). Sólo en México se da una revolución, no en el resto de los países latinoamericanos.

‘El 68 para mí es agotamiento de esa energía de la Revolución – continúa - (cuya esencia sigue viva en la gente del campo, en algunos obreros…). Estudio al movimiento revolucionario desde una perspectiva del 68…, me hubiera encantado participar en ese movimiento muralista… En realidad, yo creo que estoy pintando muertos del 68, aunque están ahí los otros (un millón de gente que murió en la Revolución Mexicana)’.

Continúa el maestro Estrada, ahora con la decadencia de la cultura norte americana. No recuerdo por qué dice: “Estados Unidos es rico, y lo presume”. Luego, más adelante, dice, como si lo dijera aún sin terminar de pensarlo – “Yo vínculo que donde hay más clase media ahí hay democracia”. Y de pronto espeta: “sin maíz no hay país”. Recuerda a Paul Cézanne, 1948, entendí lo tocó la Comuna de París y siguió pintando. Porque ‘un artista no es un señor que está dando la noticia con un micrófono frente a la tv, tenemos que digerir (la realidad)’. Jesús Silva-Herzog, padre, dice Estrada, ‘yo lo leí mucho sobre esta situación’. El pintor debe ser cerebral.

“Un gran pintor para mí, fue el museo de San Carlos… porque los museos son maestros". Por alguna razón, mencionó una Asociación Baycon, al menos así la escuché yo hace 14 años, que me han borrado lo que siguió, pero sí tengo muy presente lo siguiente “El hombre contemporáneo no es un hombre bien definido, es como un hombre barrido…”.

Así llegó Estrada al fin de la explicación de su obra, de la que dijo que estaba en algunas secciones, por una parte, según recuerdo, Obra Negra con los Retratos de la Revolución con Personajes del 68, los retratos de gente de bien, de mi escritor favorito El Gabo, de Diego Rivera; luego ya la mente no me da para más. Pero ha sido un gran logro rememorar esa primera y única ocasión que he visto a Estrada en persona. Eso es para mí un gran pequeño acervo cultural e histórico.


Comentarios


Estimada María, un día, una alumna del Taller me dijo que le sorprendía que Brandon, un escritor que narra muy pero muy bien sus poemas, hablara en sus textos poéticos sobre de ordenadores y que dijera que le gusta escribir en Times New Roman, en tamaño 12 y espacio interlineado 1.0. Dijo Alexandra que le llamaba la atención que yo también les pidiera escribir sus textos en esa letra y espacio. Yo, bromeando, como siempre, le respondí que los Intelectuales coincidimos en muchos aspectos. Ella, apenas empieza este camino, pero me agradó ver la genuina sorpresa en sus ojos y en su rostro por una circunstancia tan elemental.

Ahora tú, exalumna de hace ya muchos ayeres, me sales con que te sorprendes que sepa y conozca de un gran pintor como Estrada; y que también, como tú, lo relacione con Ernesto Ríos y el tremendo Loya. María, te diré como le dije a Sophia Alexandra, “Los intelectuales y artistas caminamos los mismos senderos y andamos por iguales brechas de la cultura”. Y aunque andemos por los mismos breñales, siempre tendremos similitudes y distinciones culturales.

Pero igual te felicito, por esas desbalagadas notas de una reunión en la que no estuve presente. Algo, te lo aseguro, aprenderé de ellas, por más sueltas que estén.
Un abrazo, José Manuel Frías Sarmiento
María Porcella dijo…
Pues, muchas gracias, Frías. A veces, también en la escritura se me salen las imprudencias. Esos pensamientos expresados que quizá debieron mantenerse siempre guardados; sin embargo, gracias a que se lo escribir, yo también vuelvo a analizar esas notas desbalagadas y tomadas a toda prisa y a aprender, cuánto sabe de historia y de arte el Maestro Estrada, de quien confieso, era yo quien poco sabía. Llegué a él, gracias a mi amigo Osiris, de quien confirmo es un gran, gran, gran pintor. Saludos
Marcelo Tolosa dijo…
Estimada María. Que detallazo nos acaba de regalar en Domingo. Para cualquiera que aprecia las expresiones artísticas en cualquiera de sus formas esto es oro. Siempre es un gusto aprender de artistas (en este caso un pintor) y la experiencia que tuvo. La historia que nos acaba de contar es también una muestra de la gran calidad que tuvo esa platica. Le mando un saludo.
María Porcella dijo…
Muchas gracias, Marcelo, me demuestra que ser lector es un acto sin horarios. También conozco a un pintor que se llama Marcelo Valle y su obra abstracta y también sus hermosos retratos, en especial el de su hija Victoria dentro de un balde con solo unos meses de edad. Agradezco sus palabras y me sigue asombrando el impacto de la palabra escrita, tanto como una obra de arte plasmada en un lienzo.
Espero su próximo escrito, también me gustaría impactarme con lo que tiene por contarnos. Saludos.

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