“Me
preguntó los nombres de los autores que leía, claro que no me los sabía porque
nunca leía los nombres de las personas que habían escrito los libros”
CUANDO ME CAÍA MAL EL PROFE FRÍAS
Ariadna
Lizeth Loaiza Valdenegro
No
soy una persona que recuerde las cosas tan fácilmente, pero cuando un suceso o
una persona marca algo en mí puedo recordar el más mínimo detalle; y por eso
hoy vengo a contarles de una persona que vino a marcar la diferencia en mí sin que
siquiera me diera cuenta.
Me
encontraba en el comedor, sentada esperando frente a la computadora, esperando
que comenzara la primera clase de Comunicación
y Procesos Educativos. Estaba muy entusiasmada porque comenzarían nuevos
conocimientos e, incluso, habría un nuevo profesor que nos impartiría la
sesión.
Ingresamos
a la clase en línea y se presenta el querido profesor José Manuel Frías
Sarmiento, como nuestro guiador en la nueva materia; de hecho, nos preguntó que
quienes leíamos y yo dije que yo leía y lo hacía sobre temas del lenguaje, enseguida
me preguntó los nombres de los autores que leía, claro que no me los sabía
porque nunca leía los nombres de las personas que habían escrito los libros.
Y cerré el micrófono y pensé: -Bueno, ahora el
profe me va decir que no leo porque no sé el nombre del autor, en vano lo que
leo, pues.
Inmediatamente
me cayó mal el profe, porque como podía decir que no hacía algo por no saberme
un nombre si yo me había aventado lecturas de distintos libros y ahora sería en
vano sólo por eso; bueno, pues qué tanto sabía ese maestro que tenía la
seguridad de hablar así, de seguro es nada más un creído que dice saber mucho
para callarlo a uno.
Van
a decir qué rápido juzgué sin saber a lo que me enfrentaba, por eso siempre
prefiero analizar todo lo que sucede y esté a mi alrededor antes de hablar,
porque uno nunca sabe que hay detrás de cada persona.
Bueno,
pues pasó el tiempo. Seguimos en clases en línea, y yo cada vez más sacada de
onda porque el profe era así con todas las alumnas, hasta que volvimos a la
presencialidad, ahí la cosa cambió. Ahora pude ver su semblante, su forma de
caminar, de hablar, la forma de convivir en su entorno, hasta el auto en que
viene o que a veces lo recogen; pareciera que yo no presto atención a nada
porque siempre estoy callada, pero en mi mente analizo y cuestiono todo.
Después
de observar y conocer un poco más al profesor me seguía cayendo mal jaja, pero
ahora presencial; no lograba descifrar qué quería el maestro, por qué hacia lo
que hacía, me dejaba pensando mil cosas. Y un día, por fin entendí todo.
El
panorama cambió por completo, todo se aclaró, como cuando un Miope se coloca
los lentes, ahora entendí que me caía mal porque me obligaba a pensar, me
metía en conflictos cognitivos, porque no era que el profe fuera creído, sino
que me exigía un pensamiento reflexivo, prestar más atención a lo que
aprendemos, a lo que vemos, leemos, hacemos, o hablamos. A todo, en absoluto.
Ahora
se volvió uno de los mejores profesores de mi vida porque me dio dos opciones:
Quedarme
callada por el resto de todas las clases, seguir creyendo que el profe es bien
creído, y no sabe nada para proteger y no aceptar mi ignorancia u obligarme a
aprender, a platicar con él para conocerlo mejor y algo aprender de la vida que
él pueda saber más que yo; además, me dije, si habla con media Universidad de
seguro algo bueno debe tener.
El
Profe Frías que me caía mal ahora me cae bien, incluso, para mí vale oro cada
minuto que pueda hablar con él, porque de lo que le pueda hablar él sabrá que
contestar; no es una persona que te dirá: “quién sabe, no sé, busca en Google”.
Y eso no se encuentra en todos lados. Decidí acércame a él para aprender aún
más. Me di cuenta que es un presumido, pero igual es un presumido que sí sabe.
Hoy platico con el profesor José Manuel Frías Sarmiento porque es fuente de conocimiento, de información, de cultura, de sabiduría y eso no está en cada esquina. Hay que saber aprovechar los tiempos y las personas porque, como bien dice Bruce Lee, todos tenemos tiempo para aprovechar o para perder y es nuestra decisión lo que hacemos con él. Pero ten en cuenta que una vez pasado, el tiempo jamás se recupera.
Comentarios
Con mi gratitud y regocijo por tu crecimiento y desarrollo intelectual, te saludo con afecto. José Manuel Frías Sarmiento
Marcelo muchas gracias por tu comentario, clarooo que es bravo jaja cuidado con el, pero no hay como conocer a las personas para aprender algo nuevo y tener razones por las cuales opinar de como son los demás, Saludos.