“Él está perdido y sufriendo por el encierro, puedo ver y sentir los latidos de su corazón angustiado porque sabe que no saldrá de allí”








JAMÁS CONFÍES EN NADIE

 

Dania Adilene Gutiérrez Moreno

 

Pilares enormes de concreto, tierra negra, y una noche sin luna era lo que me cubría. Me encontraba en un lugar que jamás conocerás en tu forma física. Un lugar que sólo con el alma podría visitar con mi conciencia tan activa. Caminé y caminé, pero no encontré la salida. De entre los pilares, se asoman seres oscuros carentes de vida, de expresión humana, Sentía cómo me observaban con curiosidad. El horror se apoderó de mí. La sangre en mis venas y la inquietud me ordenaron que corriera y saliera de allí, antes de que algo sin forma aparente consumiera mi ser.

Allí estaba él, corriendo a lo lejos pero también queriendo salir de ese limbo lleno de oscuridad, con su cara asustada, con su alma perdida, un alma color amarilla. Él jamás había estado aquí, él está perdido y sufriendo por el encierro, puedo ver y sentir los latidos de su corazón angustiado porque sabe que no saldrá de allí. Esa alma amarilla es el amor de mi vida, lo puedo reconocer por la forma en la cual mi alma lo mira, en cómo quiero salvarlo, inclusive, porque me duele verlo allí. Me acerco, pero no lo suficiente como para alcanzarlo. Corremos cada vez más y jamás nos acercamos, pero huimos en la misma dirección, queriendo acercarnos una y otra vez. Cada vez estoy más perdida y cada vez él está más lejos.

Lo pierdo de nuevo y voy sola entre unos pilares tan altos que si volteas hacia arriba no tienen fin. Los seres consume alegría están cada vez más cerca de mí, escucho mi nombre: ¡Helena, te tenemos! ¡Helena, vas a morir! ¡Él jamás va ver la luz!

Tropiezo y caigo en la tierra manchando mis manos, es un lodo que huele a sangre, se te pega en la piel causando ardor y en el fondo tristeza en una agonía terrible. Comencé a estancarme en la tierra, a sentirla parte de mí, como si no hubiera solución alguna allí recostada; entonces hubo un silencio, de esos que molestan; pero en ese silencio existe un poco de sonido, un sonido único y en medio de él se oyó un latido, uno tan fuerte que me despertó del trance en el que estaba.

Y aparece un hombre conocido en alma y cuerpo, un viejo amigo, toma mi mano y corre conmigo un tramo oscuro, lodoso y complicado. Se detiene de golpe y me dice: “Hasta aquí llego yo, pero corre sin mirar atrás, a él no lo puedes sacar aún, primero busca la salida, nosotros lo ayudaremos”. Seguí mi camino sola, dándome cuenta que algo estaba escuchándome. A lo lejos miro unos cabellos rojos, una mujer alta, una vieja amiga: “Te estaba esperando, agárrame de la mano, ya vamos a salir”.

Tomo su brazo con alivio y corremos juntas, mientras los pilares se empiezan a caer uno sobre otro, las entidades oscuras los empujan para que no podamos salir, seguimos corriendo, tropezando y, mientras lo hacemos, nos apegamos más la una a la otra, llegamos a un borde, a un árbol con enormes raíces quemadas: “Tenemos que subir por él para salir, tienes que tener mucha fuerza”. Me dijo eso, con la cara llena de preocupación, subimos lentamente, se sentía que algo nos jalaba muy fuerte, pero poníamos resistencia, el árbol respiraba, latía, era la vida del lugar. ¿Pero cómo no lo miré en tantas vueltas que hice? Cuando logré subir, miré el por qué: el árbol era un vórtice girando, con venas rompiéndose y naciendo a su vez sin parar. Volteo de nuevo y abro los ojos en mi habitación. Mi cuerpo está paralizado. Hay una mujer llena de tierra parada en medio del cuarto. Ella está muerta. Me mira con sus cuencas vacías, sin ojos. Y me dice con una voz hueca, de otro mundo… “Ya los tengo en mi tumba”.

Comentarios


Dania, la imaginación es la compañera ideal de la creatividad. Y en tus relatos brota la imaginación por todas sus líneas, es la creación de mundos paralelos a la vida cotidiana en la que vivimos y en la que construimos un sinfín de historias que muchos no se atreven a contar.

Por eso te felicito, por tu imaginación y por tu decisión de contar tus historias para que las conozcamos y nos identifiquemos o nos asombremos con ellas.

José Manuel Frías Sarmiento
Marcelo Tolosa dijo…
Epale! Primero que nada Muchas Felicidades a esta nueva escritora Dania que se ha unido a esta alineación de escritores talentosos.

Como dicen, : "La inspiración te agarra trabajando, no esperando"

Nuestra compañera nos ha dado varias lecciones esta semana. Con tres estupendos textos publicados. Entre ellas: Paga ser prolífico, publicar tus ideas y retroalimentar. Hay que sentarse a escribir, y no jugarle al loco. La consistencia es la clave. Entre otras.

Y excelentes textos. Muy profundos. Nada así al ahí se va.

Y obviamente, nos inspira a todos. Muchas Felicidades.
Amigo Marcelo, que Dania sea, con sus textos, el empuje para escribir.
Ya extrañamos un relato suyo
Sería muy interesante que narrara la experiencia más reciente en su vida.
Le aseguro que a todos nos sería de aliciente.
Saludos, su amigo José Manuel

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