"Y yo dejé que el aire elevará mi capa de El Zorro Vengador"



NAVIDAD EN AGUARUTO


 Renato Quintero Arredondo


Diciembre es el último mes de año y, sin duda, es el más bonito, el más alegre y el más iluminado; y, también, el más nostálgico. Inicia con el fervor guadalupano, ya para el 12 de diciembre, la mayoría de las casas tienen instalado su saltares, que siempre lucen muy bonitos, muy mexicanos y llenos de luces navideñas. 


Aquí en Aguaruto, antes de la pandemia, cada colonia hacia su novenario guadalupano, por rifa ya se sabía que familia iba a recibir a la Virgen. Se juntaba mucha gente, niños y adultos, todos cantaban canciones y se rezaba el rosario. Me acuerdo y me invade la emoción. Al terminar el rosario, a los asistentes se les obsequiaba con refrescos, atole de pinole o chocolate caliente, acompañado de galletas Marías o de sabroso pan de vieja, horneado en el patio de los que tenían horno en su casa. Esto era por 9 días consecutivos. Al final del novenario, se quebraba una piñata, se hacían juegos grupales, como carreras de costales, de las sillas, los gallitos; se contaban cuentos, chistes y también se mitoteaba. Se pasaba uno una tarde muy bonita y difícil de olvidar; por desgracia, a causa de esta pandemia del coronavirus, este año no se puede realizar. Esperamos que, con la conciencia, con el criterio y la buena voluntad de la gente, el siguiente año podamos continuar con nuestra antigua normalidad para retomar las buenas costumbres y las hermosas tradiciones de antaño. Se preguntarán ustedes, ¿bueno y quién patrocinaba los gastos de estos eventos? Ah, pues en cada rosario se llevaba un bote que servía de alcancía y ahí cada quien, si quería y podía, echaba su aportación económica y el último día del Rosario, se abría la alcancía y el dinero juntado lo utilizaban para comprar lo que hacía falta para el Último Rosario. Todo era posible en la comunidad.


Y luego llegan las posadas. ¡Cómo olvidarlas si son tan bonitas y alegres? En Aguaruto se divide a la gente en dos grupos: los de afuera, que son los que piden posada; y los de adentro, que son los que la niegan; hasta que, por fin, abren la puerta y entra la gente con El Niño Dios. Para entonces, ya estaba todo bien barrido, bien trapeado y lleno de mesas; y en el centro de cada una de ellas ponían un platón lleno de mandarinas, cacahuates y dulces de todos colores y sabores. Se reparte ponche casero, muy rico y sabroso, hecho con caña, canela, tecojote, guayaba y manzana, entre otras frutas; ah y el que le guste y tenga le pone su piquetito para ponerse al tiro. Todo es alegría, mucha felicidad y amor, lástima que solo sea en esta época. Me pregunto por qué no hacer un esfuerzo y prolongar estos momentos    por todo el año, nada nos cuesta.


Pero la cereza del pastel son Nochebuena y Navidad. En ellas, niños y adultos andamos en revolución, todos gustosos y felices. Empieza las compras de juguetes para que los traiga Santa Claus ya sean de baterías o sin ellas; ah, pero que no falten el trompo, el yoyo o las canicas para los niños; y para las niñas, las muñecas de sololoy, de cartón o de trapo. Y para los que tienen un poco más, hasta les amanecen las famosas Barbies. Y para las que tienen poco, hay para que les amanezca: globalones pon-tenis, platitos de barro, cazuelitas, ollitas y metatitos.


Yo recuerdo una Navidad en Campo Romero, cuando a mi hermano Mario, a mi sobrino Dagoberto y a mí nos amanecieron trajes de los héroes de aquellos tiempos. A Mario le amaneció el traje de El Llanero Solitario; a Dago, el de Pancho Pantera; y a mí, el de El Zorro. Y, claro, eso fue motivo de coraje, de envidia y de pleitos de plebes de rancho. Me acuerdo que nos fuimos los tres enmascarados a la tienda de la Toña a presumir nuestro disfraz. Para nuestra mala suerte ahí estaba “El Talento”, que de talento no tenía nada. Era un plebe feo, flaco y desnutrido. Nos vio y se le salían los ojos de la envidia, pero se empezó a burlar de nosotros, sería porque al pobre le amaneció un caballo de palo de escoba y una espada de madera (nada que ver con mi espada de El Zorro). Lo que más me enchiló fue que me jalaba mi capa negra. Yo le dije: Ponte en paz, loco; pero me contestó con voz fuerte: “Tú y tus héroes me la pelan, era mal hablado el pendejo; y me vuelve a jalar mi capa, entonces nos agarramos a trompadas, rodamos por el suelo, le saqué sangre de la boca y de la nariz que se mezclaron con los mocos verdes que siempre traía colgando como yoyos. Así estuvimos unos minutos, hasta que él empezó a gritar: ¡Me rindo, loco, me rindo! Pero ya entrado, ya no me importaba nada, estaba como loco, péguele y péguele. Finalmente, nos separaron y santo remedio: jamás me dijo nada y poco iba a la tienda. Y nosotros, los tres enmascarados, nos fuimos silbando contentos a la casa. Y yo dejé que el aire elevará mi capa de El Zorro Vengador. 


La cena navideña nada ha cambiado, todo es un santo alboroto. Primero, a nadie le gusta la comida comprada y prefieren hacerla las mamás en casa; así que se deciden los platillos a preparar y ellas escogen el que mejor saben hacer: que casi siempre es Lomo Relleno o Mechado, sin faltar los ricos frijoles puercos, las sopas verdes o rojas, el rico formaggio, las crepas dulces o saladas que nunca faltan y que al abuelo Juan le encantaban, siempre, una semana antes, le encomendaba a mi hija Dany que no se le fueran a olvidar porque a ella le salen muy ricas y sin batallar, como decía mi hermana Chela, Q.E.P.D. Y no hay que olvidar los buñuelos enmielados o los ahogados en jarabe dulce. La casa se trasforma en un lugar lleno de olores y sabores que te transportan hasta el infinito y más allá. Después de la cena, se hace el intercambio de regalos, con una rifa previa para saber a quién te corresponde regalar. En esta ocasión, por motivo de la pandemia, el costo del regalo será sólo de 500 Pesos. 


Luego llega la diversión de quebrar la piñata, generalmente, hecha en casa por nosotros; bailamos, cantamos, contamos chistes, declamamos; y no puede faltar el spray en espuma, yo me encargaba de comprarlo, era mi regalo para los niños, y le daba dos frascos a cada niño para que se divirtieran con ganas a pesar del frío. Ellos corrían encantados, echándose la espuma en todo el cuerpo, espuma que luego de convertía en agua y se mojaban tanto que tenían que cambiase de ropa; y como casi la mayoría padecía de bronquitis, amanecían silbando tosiendo, ahogándose y con silbido que se oía desde lejos, parecía que se habían tragado un pito. Así que aparte del coraje, lo regaños y no sé qué más dirían las mamás de mí, también tenía que curarlos de los males causados por la espuma. Gracias a Dios que ninguno tuvo que ir al hospital. Esta Navidad creo que retomaré esta bonita tradición porque los niños me lo piden y a ellos hay que darles lo que quieran.


Me falta comentar nuestra forma de festejar el Año Nuevo, pero eso será para la próxima entrega en este Blog.


Al referirme a diciembre cómo un mes nostálgico, es porque recordamos a todos nuestros seres queridos. A unos, porque ya se nos fueron nuestros padres, nuestras madrecitas, nuestros hermanos o amigos. Recordamos sus sonrisas, sus cariños o sus regaños. Y a otros, porque están lejos de nosotros, sin saber nada de ellos, porque nunca se comunican por teléfono, por carta o por mensajes. En fin, sus motivos tendrán. De todas maneras, para todos ellos, también, ¡Feliz Navidad!


Comentarios


Estimado amigo Dr. Renato Quintero, qué gusto leer otra vez uno de sus relatos en este Blog.

Ya lo extrañábamos, sobre todo el Ing. Marcelo, que dice que Usted prometió muchas nuevas hIstorias y, desde entonces, ya no mandó ninguna.

Qué bueno que sigue activo y nos deleita con otras aventuras de Campo Romero y de su querido Aguaruto.

Saludos, un abrazo y Felicitaciones, con mis mejores deseos de que disfrute una Muy Feliz Navidad con su familia y con su gente de Aguaruto.

Su amigo, José Manuel Frías Sarmiento
Unknown dijo…
ESTIMADO DR. RENATO ES UN GUSTO VOLVER A LEER SUS TEXTOS. DICIEMBRE LLEGÓ Y COMO BIEN DICE, NOS ALEGRAMOS POR SER UNO DE LO MESES MÁS BONITOS; NOS REUNIMOS EN FAMILIA, DISFRUTAMOS ESTAR SANOS...

SALUDOS

P.D. YA VE PROFESOR FRÍAS DE NUEVO NOS VISTA EL DR. RENATO. EN ESPERA DEL DR. ENRIQUE, MARCELO Y OTROS TANTOS MÁS, DESDE LUEGO EL DE USTED TAMBIÉN ESTIMADO FRIAS.

FELICES FIESTAS DECEMBRINAS


Muchas gracias por sus comentarios, pero si pusiera su nombre sabríamos a quién agradecer
Saludos su amigo José Manuel Frías Sarmiento
Marcelo Tolosa dijo…
Epa Dr Renato que buena narracion, se sabe de antemano que no decepciona. Asi es, como dice el Master Jose Manuel ya extraniaba sus textos y estaba exigiendo las aventuras que nos habia prometido. Jeje.

Ojala el anio que entra se haga la posada del blog para revivir en vivo sus anecdotas siento que ya somos super camaradas jaja. Fuera de broma, Dr Renato le deseo una muy Feliz Navidad y que bonito es revivir y contar estas historias que realmente valen la pena.

Un saludo al de arriba que escribio en mayusculas y no dejo nombre, gracias por acordarte de mi. Y yo tambien espero al Dr Enrique y desde luego al Master Jose Manuel.

Un saludo a todos.
Anónimo dijo…
Dr.Renato Quintero A.
Compañeros colegas les agradesco las molestias causadas por leer y comentar mis narrativas espero seguir participando en estos bonitos eventos que destrezas y dan paz interna pero sobre todo estos muy agradecido con ustedes por compartir esas bonitas historias que te llenan de conocimiento y te desenvuelven para ser mejor en la vida
Agradesco sobre todo a nuestro crítico oficial . El master Marcelo Tolosa al doctor frias que aunque no tiene el título lo hace tan bien que nos da muy buenas lecciones.
Al gran amigo que por un pequeño descuido olvido escribir su nombre va también mi respeto.gracias , gracias , gracias muy agradecido.

Dr. Renato Quintero A .
Joel Solis dijo…
Estimado tío renato lo que más me gustó de su relato fue el apodo del niño llamado Talento jejejeje

LEA-V dijo…
Estimado Dr Renato.

Qué texto tan cargado de palabras memoria/contexto, que hacen su lectura cómoda, disfrutable y placentera. Agradecemos todos sus lectores, el hecho de habernos regalado esas anécdotas de su terreno, pero sobre todo de su Familia. Linda narración.

La parte que más me gustó, fue imaginar a los tres héroes enmascarados, desplazándose con sus capas y atuendos, para imponer respeto y envidias a la plebada del pueblo. Pero más me encantó cuando El Talento los violentó y casi le cantó el tiro derecho. Usted como buen infante de rancho y presto a defender el símbolo de su capa, le entró al tiro derecho. Jajajajajaja, ya me los imagino rodando por el suelo, levantando un polvaderón.

De nuevo, benditas narrativas de provincia y de pueblos circunvecinos, gracias Dr Renato por acercarnos a esas culturas familiares, que perviven y forman a las nuevas generaciones.

Salud y Vida, para todos los integrantes y lectores de este Blog medio tieso por el frío. Saludos al Tal Frías, Mtra María Luisa, Ing. Tolosa, a Joel por compartir la lectura.

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