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Mostrando las entradas de noviembre, 2020
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"Que fin del mundo ni que madres, ahorita se te va acabar el mundo a ti cabrón..." ¡EL FIN DEL MUNDO!, SEGÚN UN CHOLO Luis Enrique Alcántar Valenzuela 20.11.2020/22.12.2012 Nota aclaratoria: No sé, tampoco me interesa tanto, si los habitantes del nuevo mundo o de la Nueva Era, según los mayas, puedan descifrar este texto escrito, no en español estándar (para variar dirán los expertos en descifrar garabatos), sino en español cotidiano, de ese pues que habla la raza de a pie. Lo que sí me interesa, es que si algún día lo llegan a descifrar, por allá en el año 50 mil DM (ya no DC "Después de Cristo", sino DM Después de los Mayas), se den cuenta de cómo inventábamos pendejadas, no sé si como estrategias de marketing para vender más o bien para el caso de la tribu mexicana para no tomar conciencia de las Reformas Estructurales que impulsa ahora el Nuevo PRI. Ojo, Nuevo PRI, Nueva Era. Ven, como dice Doña Rafa, "todo va junto con pegado". ¡¡¡Arrancan!!! Era una
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"Casi un millón de personas perdieron la vida en o por causa de la Revolución" LA REVOLUCIÓN DE 1910 José Manuel Frías Sarmiento     En 1910, la población del país era de 15’160,369 mexicanos, más o menos, pues en las condiciones de entonces, era difícil precisar con exactitud tales cifras. Once años más tarde, después del periodo que se acepta como el propio del conflicto armado que fue la Revolución Mexicana, el número de habitantes descendió a 14’334,780. La resta elemental nos cuenta que casi un millón de personas perdieron la vida en o por causa de la Revolución. Es decir, que el costo en vidas humanas fue del 5.5% de la población de aquella época. Un altísimo precio como para que los mexicanos de hoy lo ignoremos con el desprecio de no interesarnos casi nada por quienes dieron su vida para construir un país con mejores opciones y mayores oportunidades para el desarrollo intelectual y económico de todos nosotros.  Ya lo dijo la Revolución Cubana, la 2ª más important
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"Era la primera vez que bailaría y disfrutar ser jarocha por unas horas" FUE JAROCHA, EN SINALOA María Luisa Álvarez Piña Ay tilín, tilín, tilín Ay tolón, tolón, tolón Que bonitas, que bonitas Las hijas de Don Simón. La emoción se impregnaba en todo su ser. En su rostro la sonrisa interna y externa se dejaba ver, cual amanecer aparece el horizonte. Reflejaba mirada libre, ojos brillantes, sus movimientos al ritmo del folclor veracruzano; manos extendidas de par en par, subiendo y bajando la falda circular. Toda una vestimenta con traje de jarocha. Prenda reconocida en todo México por su característico color blanco, el traje típico de la jarocha está lleno de significados que a través de la historia lo han hecho uno de los más vistosos y apreciados por su elegancia, movimiento y porte. Una expresión de lo veracruzano con los aportes de ultramar en México. El poeta José María Esteva utiliza la palabra "Jarocha" para referirse a las muchachas de la costa que baila
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"Francisco I. Madero, en plena campaña presidencial, llega a Sinaloa y visita Mazatlán, Culiacán y Angostura" LA REVOLUCIÓN EN SINALOA Alfredo Zañudo Mariscal Este mes se cumplen 110 años del inicio de un suceso, en el que participaron miles de personas de los diferentes estados de la República mexicana. Me refiero a la revolución que inició con el descontento de Francisco I Madero, a través del Plan de San Luís para hacer un llamado al pueblo a tomar las armas bajo el lema de Sufragio efectivo no reelección, para luchar en contra de Porfirio Díaz. Y es que este señor, de quién en los libros de texto aprendimos que el periodo en que ejerció como presidente de México se le conoce como el porfiriato y que fue un dictador, debido a que ejerció el poder por la fuerza de las armas. Además, controlaba las elecciones en los estados colocando diputados y gobernadores de su misma clase aristócrata con quién mantenía muy buenas relaciones, tal fue el caso en Sinaloa con los Cañedo y co
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"Éramos niños de rancho, ansiosos de sentirnos parte de la nación" LA PATRIA EN MI NIÑEZ            José Manuel Frías Sarmiento ¿Qué recuerdos nutren mi patriotismo? ¿Cuáles versos resuenan en mi sentimiento infantil, acunado en la razón intelectual del universitario actual? ¿Quiénes me iniciaron en la veneración de mi bandera? ¿Dónde fue que, por vez primera, supe de mi país y de los hombres y mujeres que lucharon para que yo lo tuviera? Aunque para muchos sea tedioso leer un relato personal, me atreveré a contarlo porque es la forma que tengo para mostrar mi gratitud a quienes con su talento y dedicación me ayudaron a comprender la valía de ser un mexicano en libertad. El recuerdo primigenio es el de mi padre izando la bandera en la enramada de mi casa. Una vara blanca de dos metros de altura era el asta bandera del lábaro patrio que Don José Frías cargaba por doquiera que iba. Luego llegan las estrofas del Himno Nacional Mexicano, tocado en un viejo tocadiscos RCA Víctor d