“Roque era parejo con todas, nunca despreció a ninguna mujer sea joven o vieja, bonita o fea, siendo mujer él le entraba, no había limitaciones, todas tenían oportunidad con él”


 



EL HOMBRE QUE BAILABA ZUMBA

 

Marité Ibarra

 

Su nombre era Roque, era un hombre alto, fornido, hombros anchos, piernas torneadas, barba cerrada, cabello negro, ondulado y bien cuidado, ojos grandes con pestañas largas, era un buen mozo en apariencia tanto de lejos como de cerca, pero resultó ser un joven muyyy afeminado, con movimientos quebrados muy marcados, parecía tan varonil pero no lo era tanto, ya que su forma de hablar, de moverse y de vestirse lo delataban y lo hacían ver como una gran mariposa de barrio.

Usaba ropa muy colorida y peculiar, siempre traía bandas en la cabeza y en las muñecas, además se ponía unas pañoletas floreadas en el cuello que combinaran bien con su atuendo ochentero, el cual consistía en playeras cortas amarradas de enfrente y unos shorts de licra ajustadísimos que resaltaban muy bien sus protuberancias masculinas, también usaba playeras sin mangas donde se le miraban sus brazos bien forjados y unas axilas peludas, ese tipo no era feo ni mucho menos cacarizo.

En una tarde de un verano caluroso y nublado, Roque se presentó, así como así al club de zumba de las mujeres de la colonia donde se había mudado recientemente. Él amablemente se presentó y habló con la maestra encargada del grupo, la cual posteriormente lo aprobó a favor de la “inclusión de género”. Luego leyó el reglamento y después le dio la bienvenida al club. Él se presentó muy amablemente con las señoras bailarinas y dijo que se sentía muy feliz de estar en ese equipo de zumba femenil y agradeció mucho el hecho de ser aceptado.

Las mujeres lo acogieron amigablemente y así Roque llegó a ser parte de esa agradable comunidad, que aunque no era tan grande, tenía renombre y peso en la colonia pues la mayoría de las mujeres eran esposas de militares y con rango.

Todas las tardes, con excepción de los fines de semana, estas señoras se reunían para bailar de 5-7 pm, en la explanada del Centro Cultural Regional, y con la llegada de Roque al club, pues su popularidad aumentó, pero los maridos de las mujeres al saber que un “hombre” (aunque fuera afeminado) estaba bailando junto a sus mujeres, se dieron el tiempo de ir a ver a ese “nuevo bailarín” que estaba causando revuelo en aquellas tardes de zumba, sin embargo al verlo bailar y hablar, descartaron cualquier amenaza que ellos pudieran tener, de hecho los celosos militares habían prohibido la entrada a mirones descarados que estuvieran viendo el swing de sus mujeres bailando.

Así pasaron las semanas y Roque se destacaba por sus movimientos sensuales y extrovertidos que hacía en zumba y con esos shorts de licra que le embonaban muy bien por detrás y por delante, llamaba más la atención. Como consecuencia, llegó a tener muchos admiradores y pretendientes que lo esperaban afuera para invitarlo a salir, pero él muy dignamente los rechazaba, argumentando que “esas pulgas no brincaban en su petate”, así que les hacía el fuchi constantemente.

Con la llegada de Roque al club de zumba, el equipo comenzó a ganar encuentros que se organizaban entre las colonias aledañas, y aunque estas mujeres anteriormente siempre participaban, nunca lograban quedar en ningún lugar importante, pero ahora con Roque en el equipo, todo era diferente, ya que él le ponía sabor a los bailes insípidos de la maestra, le metía candela pura con otros movimientos sensuales y provocativos. Además, este joven bailarín confeccionaba los vestuarios, los cuales quedaban hermosos y llamativos, así las doñitas se sentían soñadas y con más confianza en sí. Solamente de esa manera y con Roque, pudieron ganar el concurso regional de zumba que tanto anhelaban.

Al paso del tiempo empezó a haber más familiaridad y confianza entre ellos, además del baile de zumba también comenzaron a organizar comidas, idas al cine, fiestas hogareñas, noches de café y relajo, incluso hasta “pijamadas”, así fue como sus relaciones interpersonales se fortalecían cada vez más.

Como ya había muchísima confianza entre ellos, Roque comenzó a nalguear a las mujeres cuando éstas se paraban o simplemente pasaban enfrente de él, y ellas sólo se reían o a veces también le correspondían haciéndole lo mismo ¡pues cómo no! si Roque, independientemente de lo que fuera y para donde bateara, ¡el hombre era bello y con un cuerpazo de monumento!!!

De repente y de manera “inocente” él también comenzó a agarrar bubis, cinturas, piernas, traseros, y algo más si se podía, claro siempre “sin querer queriendo” y es que a veces se le iba la mano enseñándoles de manera particular algún movimiento sexi, sin embargo, las mujeres ni se ofendían, sólo se reían o lo toqueteaban también en ciertas partes de su cuerpo, pues él era como un fruto prohibido ¡lástima por ellas! Y cuando las mujeres lo manoseaban, Roque simplemente les decía con su delicada voz “no sean traviesillas chicas...”

Una tarde tradicional de zumba, la maestra encargada del grupo, se sintió mal del estómago y vomitó en clase, así que tuvo que retirarse a su casa, por lo que puso a Roque al frente para que continuara con la rutina y él ni tardo ni perezoso pues le siguió. Después otras mujeres comenzaron a faltar a las sesiones de danza por la misma enfermedad. Un día Roque también se reportó “enfermo” y por primera vez no fue a zumba, las mujeres que sí asistieron las cuales fueron la mayoría, empezaron a sincerarse pues ya había mucha confianza entre ellas, la maestra con lágrimas en los ojos confesó que iba a renunciar al baile, porque ¡estaba embarazada!… ¿embarazada? ¿pero cómo? dijeron las demás doñas pues sabían perfectamente que el marido de la instructora estaba en el otro lado, ella estaba toda abrumada sin saber qué hacer. El ambiente se calentó y otras mujeres confesaron llorando estar embarazadas también ¡parecía una epidemia! Una bastó para que se desataran las demás, pero nadie decía quién era el papá de las criaturas en formación, hasta que una no aguantó más y confesó estar enamorada de Roque y que ¡él era el padre de su hijo!

Al escuchar eso, todas las demás protestaron, pues afirmaban que Roque era también el responsable de sus embarazos, en total ¡¡seis mujeres salieron con su domingo siete en zumba!! y se desató un gran arguende entre ellas.

Roque en realidad era más machín que nada, era un lobo con piel de oveja, pues había logrado enamorar a la mayoría de las mujeres de zumba y ellas habían cedido a sus tentadores encantos. Pues se decía que el bailarín en realidad era un hombre macho pecho peludo que contaba con una maravillosa voz ronca cuando dejaba de fingir ser fémina, era todo un depredador y eso les encantaba a las mujeres, entre juego y juego lograba engatusarlas.

Cuando se supo del gran escándalo, los maridos militares estaban más que furiosos. Se juntaron los esposos implicados y buscaron a Roque por todos lados, pero como dice la canción “se les peló Baltazar”, por más que lo buscaron, éste se había esfumado sin dejar rastro alguno.

Como consecuencia de la intervención de Roque, hubo muchos matrimonios rotos, separaciones temporales, madres solteras, jóvenes desilusionadas y decepcionadas, y es que Roque era parejo con todas, nunca despreció a ninguna mujer sea joven o vieja, bonita o fea, siendo mujer él le entraba, no había limitaciones por la edad ni por la complexión, ni apariencia, todas tenían oportunidad con él, ya que simplemente se dejaba querer.

Y así fue cómo el equipo de zumba se desintegró para siempre, de la maestra ya no supieron nada tampoco. Algunos militares perdonaron a sus esposas y ahora están criando a los hijos de Roque, vigilando a sus mujeres las 24 horas del día, las cuales ahora se volvieron sumisas y muy recatadas.

Cuando pasaron aproximadamente unos siete años, una de las mujeres seducidas por Roque, afirmó haberlo visto en otro club de zumba muyyy lejos de donde ellas vivían, se corrió el rumor pues el caso había sido muy sonado y no olvidado. Los maridos que aún estaban coléricos, lo buscaron y según dicen lo encontraron, y después ya nunca más se supo que pasó con Roque, pues jamás lo volvieron a encontrar en ningún lugar… y así fue estimados lectores la historia de ese hombre que, aunque bailaba zumba afeminadamente, en realidad era un mujeriego de corazón!!                                                                             

 

Comentarios

Estimada Marité, la picaresca sigue en este Blog; después de la urgencia del Maestro Zañudo, que a algunos al principio destanteó, le sigue ahora este macho alfa disfrazado de blanca paloma que abrevó del néctar de quienes confiaron en su piel de oveja y hasta la cocina le dejaron entrar. Como lo dije antes, bienvenido el humor en la Literatura a través de los engaños y de los malos entendidos escritos con gracia y elegancia como, lo hacen tu y el Maestro Alfredo.
Saludos, José Manuel Frías Sarmiento
Marité Ibarra dijo…
Profe Frias buenos días!! Le agradezco mucho la publicación de esta historia que surgió de repente por ver un video de zumba en un estado.
Y que sigan surgiendo historias y narrativas para leerlas con mucho gusto y comentarlas!!
Un gran saludo para usted profe y para el resto de los lectores de este maravilloso Blog!!
Buen día Marité, pues que te digo, un texto mas que divertido y pícaro, donde el personaje fue un aprovechado, que valiéndose de sus engaños, se aprovechó de un grupo de doñitas del zumba, me imagino la cara de los militares al conocer tremenda sorpresa que les enjaretaron sus mujeres y todo por dejarse engatusar por un gavilán disfrazado de paloma.
Te mando un afectuosos saludo.
Marité Ibarra dijo…
Julio César que tal!! Agradezco tu comentario, gracias por leerme y por comentar, por hacerse presente en el Blog. Tu comentario impulsa a seguir escribiendo y compartiendo historias que pudieran presentarse en determinado momento y el cualquier lugar!
Te mando un gran saludo!!
María Porcella dijo…
Un giro distinto de los poemas que se han suy. Entretenido relato. Descripción excelente, hasta a mí me gustó el Roque. Saludos.
Marité Ibarra dijo…
Porcella muchas gracias por leer y comentar este texto. Vieras que yo también pensé ¡Qué hombre tan guapo! Jajajajajaja, de verdad!!
No sé porqué pero en la vida me ha tocado ver hombres guapísimos, pero los que mas recuerdo es uno aquí en Issste de Culiacán, que llevaba a su papá a urgencias, y otro en un microbus en la Ciudad de México, y pues Roque también tenía lo suyo, tenía que ser guapo para poder seducir a las mujeres...
Gracias por comentar Maria, ya extrañaba tus comentarios....
Te mando un gran abrazo!!!
GILBERTO MORENO dijo…
Ahh que Roque tan garañón y mentiroso. Todo un don Juan vestido de princesa. Muy entretenido el relato amiga Marité, me reí mucho porque precisamente tengo un amigue con esa tendencia que se cambia de "sexo" cuando le conviene. En fin, disfrutó de las mieles del amor y también porque no, hizo disfrutar a sus amiguis del Zumba. Tu amigo Gilberto Moreno
Marité Ibarra dijo…
Gilberto gracias por leer y comentar esta historia!! Algunas lecturas son entretenidas y con la intención de que el lector se divierta de cierto modo! Que bueno que le agradó este texto amigo Gilberto!!
Nos seguimos leyendo y comentando.
Le mando un gran saludo!!
Anónimo dijo…
Compañera Ibarra muy ameno su escrito, tiene de todo, eso también tienen los buenos textos. Da giros importantes su narrativa, nos sitúa a sus lectores en distintas perspectivas. El propósito que usted haya tenido al estructurar este texto: lo logró. Reciba mi felicitación y mi saludo desde Los Mochis Sinaloa.
Marité Ibarra dijo…
Muchas gracias compañero, le agradezco su valioso tiempo en leerme y comentar su proyección y forma del texto.
Yo también le mando un gran saludo desde Guamúchil City hasta los Mochis!!
Te felicito por este gran texto Marité. Al irlo leyendo, no sé porqué presentí que el final iba a terminar en algo diferente de los sucesos cotidianos que estabas narrando. Y así fue con el tal Roque. Es un escrito muy entretenido y ameno. Saludos cordiales.
Querida Marité nuevamente nos deleitas y alegras el día con tu texto, algo pícaro y gracioso, quien lo diría de Roque, pero es que si que era un mujeriego, solo se hacía el inocente, aunque claramente no lo era.
Te agradezco el gusto de dejarnos leer este interesante y entretenido relato, con algunos giros que te obligaban a seguir leyendo hasta llegar por fin al no tan esperado desenlace, sin duda un gran relato, saludos y ten un lindo día.
Marité Ibarra dijo…
Buenas tardes profe Alfredo!! Qué bueno que me leyó de nuevo, se lo agradezco mucho. No sé qué habrá pensado en cómo iba a terminar pero así se desarrolló la historia.
Seguimos en contacto, leyéndonos y comentándonos!
Le mando un gran abrazo!!
Marité Ibarra dijo…
Querida Diana, te agradezco enormemente tus palabras, y qué bueno que leíste hasta el final y el clímax de la historia.
Siempre es muy reconfortante recibir todos sus comentarios. Todos son muy valiosos y nos impulsan a seguir escribiendo!!
Gracias Diana por estar presente en este Blog, leyendonos y dando tu opinión personal de lo que te pareció interesante del texto.
Te mando un gran saludo compañera de letras!!
Dania Carolina Olea Félix dijo…
Buenas noches querida Marité, como siempre textos de gran calidad e imaginación, me ha parecido bastante divertido y envolvente, realmente sentí como si fuese una señora más en zumba, me ha gustado bastante lo descrptivo y cómico que puede resultar la historia, he de decir que desde el inicio Roque, no me parecía tan bueno como hacía parecer, pero jamás imaginé que fuese capaz de utilizar la baja técnica de la amistad para conquistar a las pobres señoras, cuando terminé de leer me quedé pensando cuál fue el final real del canijo Roque. Siempre que la leo me pregunto si la cratividad para escribir viene de experencias o imaginación misma, pero después de leer sus comentarios creo que al menos esta historia es imaginativa, como siempre un gusto leerla y sumergirme en su mundo, un gran abrazo, saludos!!
Marité Ibarra dijo…
Hola bien día Dania!! Muchas gracias por tu bello comentario. Realmente un bonito comentario sobre lo que escribiste te alegra el día. Sobre lo que respecta a lo que escribo y porque lo escribo, si es experiencia o creatividad, algunos textos es combinación de ambos, pero otros son mera imaginación, creo que todos los escritores tenemos algo de los dos.
Te agradezco el tiempo otorgado y tus palabras!!
Seguimos en contacto!!
Mariana López dijo…
Estimada Marité tú historia me recuerda a todos esos amigos disfrazados que permanecen cerca de ti porque buscan obtener algo más que una amistad, pero no revelan sus intenciones, pero claro que aquí se nos muestra la historia contada con mucho humor, cuanta creatividad, siempre me pregunto de dónde salen tantas ideas
Marité Ibarra dijo…
Mariana qué gusto verte en los comentarios!! Te agradezco que te hagas presente en el.Blog pues eres una escritora muyyy talentosa, me gusta tu forma de escribir, he leído varios textos tuyos y siempre me han gustado mucho!!
Qué bueno que estás dándonos tus opiniones sobre lo que escribimos y te lo agradezco.
Seguimos en contacto compañera, esperando con gran agrado tus textos!!
Gracias por comentarme. Saludos!!
María Porcella dijo…
No, pues es que, pobres hombres. Nos los están matando, y ya de por sí nos quedaban pocos. Los sobrevivientes tendrán que repartirse a las féminas necesitadas. Ese Roque sí que la supo hacer por un rato. Me recordó la película Modisto de señoras, con Mauricio Garcés. Otro gallo giro que seducía más por encanto que por gallardia. No viene al caso, pero me gustaría saber si Roque cree en la amistad con una mujer. Tengo la idea que esos mujeriegos en el fondo son los más traumados destrozacoranes. Pero, a algunas nos encanta la mala vida con tal de por un momento sentirnos especiales, como la bola de señoras del Zumba. Saludos, y siempre es un placer leerte y comentarte. Gracias por responder a los comentarios. Es una manera actual de socializar.

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