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Mostrando las entradas de diciembre, 2020
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“Nos hiciste ver lo valioso de la vida y el gusto de apreciar la compañía de los demás” ADIÓS 2020 Miriam Lizbeth Frías Pérez Mi querido 2020, te despido con gratitud por todas las cosas buenas que aprendí mientras aquí estuviste.  Me dejaste muchas enseñanzas. Me ayudaste a comprender que la vida cambia en unos segundos. Que casi nunca estamos listos para lo que viene, porque ni siquiera nos atrevimos a pensar que nuestros “planes” iban a cambiar. Dábamos todo por sentado, hasta que nos hiciste ver lo valioso de la vida y el gusto de apreciar la compañía de los demás, para volver a disfrutar los días que con ellos podamos compartir. Íbamos tan de prisa en esta carrera que llamamos vida, que al hacernos frenar tan de golpe, muchos no supimos reaccionar con mesura, con prudencia y prontitud. Y es que, por correr, en la vida, no sabíamos hacia dónde íbamos, ni tomábamos en cuenta a las personas que nos acompañaban en el viaje… Pero, dentro de las muchas cosas tristes que ocurrieron en tu
  “En la escuela conocí un mundo diferente al de mi casa” EL DOWN EN LA ESCUELA   Isela Jaqueline Ceballos Arredondo Cuando me inscribieron en la escuela me puse muy feliz. Pensaba que mi hermana y yo jugaríamos con otros niños y tendríamos una linda maestra. Imaginaba todo como en un cuento que mi mamá me leía. Pero la realidad era distinta. “En la escuela conocí un mundo diferente al de mi casa”. Entré a un mundo desconocido que me hizo daño. Mi mamá sabía que me sería difícil pues era un niño especial, pero me aferré y mi hermanita le dijo a mi mamita que ella me cuidaría. Pero ella no podía cuidarme todo el tiempo. Llegamos a la escuela y nos pusimos a platicar con otros niños que me miraban de una forma extraña. Me decían que estaba feo, qué por qué tenía mis ojos rasgados, que si mi boca no se cerraba... Mi mamá siempre me decía que era lindo, que cuando creciera me saldría un bigote grande como a mi abuelo. En el recreo los niños más grandes se burlaban de mí, se reí
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  “Hasta iguanas y víboras de cascabel aprendimos a comer con deleite y apetito de gourment ranchero y campesino” EN EL RANCHO COMÍAMOS MEJOR   José Manuel Frías Sarmiento   Allá en el rancho, El Aguaje , vivíamos más a gusto que aquí en Culiacán. Teníamos tranquilidad, trabajo y comida. Claro que también éramos pequeños y, a esa edad, todo nos parecía más bonito, por malo que fuera. Pero, además de los juegos y de la seguridad de nuestras casas y nuestras personas, recuerdo que comíamos mejor y con menores preocupaciones para conseguir la comida. Comíamos, prácticamente, de todo: gallinas, palomas, liebres, pescados, conejos, cauques, leche, requesón, quesos, asaderas, cuajadas, jocoque, natas, elotes, tomates, calabazas, panes, melones papayos, cañas, frijoles, garbanzos, tortillas, mangos, plátanos, limones, granadas, naranjas, tamarindos, nanchis, rábanos, repollos, lechugas, cilantro, cebollitas cambray, carne de   cerdo, de vaca y hasta de venado y jabalí; acompañábamos nuestras
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"Aún podemos encontrarnos como los Hermanos que somos y que, a veces, nos empeñamos en desconocer" SE ACERCA LA NAVIDAD José Manuel Frías Sarmiento Se acerca la Navidad y estamos a punto de descorchar unas botellas para brindar por el Nacimiento de Jesús; estamos a unos días de felicitarnos por el Nacimiento del Niño que hace Dos Milenios vino a la Tierra con un mensaje de Paz y de Armonía, un mensaje que desde entonces el Ser Humano se esfuerza por encontrar en su Corazón. Parece difícil, en este Mundo Violento y azotado por una muy Terrible Calamidad, hallar un remanso tranquilo para convivir en colaboración fraterna y con amigable camaradería; pero ese Nacimiento que significa la Navidad es el mejor estímulo para sembrar semillas de cordialidad y entusiasmo renovado; es un buen pretexto para pensar que los hombres y las mujeres de hoy, como las de ayer, aún podemos encontrarnos como los Hermanos que somos y que, a veces, nos empeñamos en desconocer. Podemos, en esta Navida
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"¿Para qué libros como regalo de intercambio en posada? Me acerqué a su oreja y con voz baja dije: para cultivarme y porque me gusta" NAVIDAD ATÍPICA María Luisa Álvarez Piña A decir verdad, es la primera vez que me siento a escribir un texto que refiere a la Navidad. ¿Qué simboliza la Navidad? ¿Qué es lo que primero me viene a la mente? Diré: un Árbol de Navidad, regalos y mi infancia. Se escribe breve, en una hoja blanca doblada a la mitad para un Santa Claus imaginario, unas cartas colgadas sobre el árbol navideño. En mi infancia no se escribían cartas para Santa, mucho menos había árbol; después, ya en la adolescencia, mi madre iba al monte, cortaba un árbol seco, lo fijaba en una pequeña maceta llena de arena y piedras pal soporte, lo pintaba todo de blanco, al mezclar agua y cal y bajo el sol ardiente lo dejaba secar para luego colgar algunas esferas, muchos foquitos de colores se dejaban ver en aquel árbol con tallo mediano y ramas. El puro esqueleto del árbol, ya ador
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"Y yo dejé que el aire elevará mi capa de El Zorro Vengador" NAVIDAD EN AGUARUTO  Renato Quintero Arredondo Diciembre es el último mes de año y, sin duda, es el más bonito, el más alegre y el más iluminado; y, también, el más nostálgico. Inicia con el fervor guadalupano, ya para el 12 de diciembre, la mayoría de las casas tienen instalado su saltares, que siempre lucen muy bonitos, muy mexicanos y llenos de luces navideñas.  Aquí en Aguaruto, antes de la pandemia, cada colonia hacia su novenario guadalupano, por rifa ya se sabía que familia iba a recibir a la Virgen. Se juntaba mucha gente, niños y adultos, todos cantaban canciones y se rezaba el rosario. Me acuerdo y me invade la emoción. Al terminar el rosario, a los asistentes se les obsequiaba con refrescos, atole de pinole o chocolate caliente, acompañado de galletas Marías o de sabroso pan de vieja, horneado en el patio de los que tenían horno en su casa. Esto era por 9 días consecutivos. Al final del novenario, se queb
"Los preparativos para la Navidad en Culiacán sugieren que, apenas baja la temperatura, todos, sin excepción, hay que andar súper abrigados" NAVIDAD CULICHI…   Yolanda Carrillo Apodaca ¡Ah… la Navidad!  Esa festividad cuando cae la nieve, la familia se reúne y Santa Claus decide traerte un regalo si te portaste bien. ¡Espera… no. en Culiacán no cae nieve, pero si tenemos nuestra propia manera original de celebrar! Si bien ya dije que la Navidad normal tiene nieve y todo eso, acá no… ¡Eso es lo que la hace especial, con gracia y diferente a las demás!  Los preparativos para la Navidad en Culiacán sugieren que, apenas baja la temperatura, todos, sin excepción, hay que andar súper abrigados, las mujeres con sus botas especiales y los hombres con sus chalecos, disque pal’ frío (20°C); las decoraciones no se quedan atrás, así como la alta factura de la luz, son muy creativas y originales; en serio, te impresionaría la cantidad de luces que pueden colocar alrededor de su casa. ¡Ah,
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"Sólo deseo que, como en aquel maravilloso día, también en esta Navidad estemos juntos y felices" NAVIDAD EN EL TRÁILER 92 María Alejandra Ruelas Suceda Un día lluvioso, nos encontrábamos en la orilla de la carretera, en un restaurante acogedor y con un toque hogareño. Ese día no lo he olvidado, a pesar de que pasaron ya 12 años, pues, como en todos los años pasados, íbamos de viaje con mi padre, ya que a mi madre no le gustaba dejarlo solo en épocas festivas. Así que decidimos acompañarlo en un día que no fue nada bueno para mí, pues me pasó de todo.  Para empezar, fuimos a comprar el desayuno navideño en un lugar cerca de la yarda donde trabajaba mi papá. Ese día desayunamos unos ricos burritos que, aunque no era mucho, lo importante era que estábamos juntos. Terminado el desayuno, dimos un pequeño paseo por la yarda; estaba decorada muy bonita, por la época navideña, pero cuando nos íbamos a tomar la foto familiar, no había a quien pedirle que nos ayudara, entonces pusimos
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"Los aprendizajes de ayer, no son los de hoy. Lo que se vivió en el ayer, es irrepetible" PEDACITOS DE INFANCIA María Luisa Álvarez Piña Profe ¿Qué cree? Me fui por abajo del monte. Fui con mi abuelo, había un panal de abejas grandote y con una pedrada le di y salió la abeja reina y corrí, y me metí al cuarto. ¿Y no agarraste miel? Sí, apenas le hice así (señala la untada del dedo) Profe, la Santa Muerte existe. Si te toca la frente te mueres. ¿A poco? Sí. Asombrado José replica: ¿¡Usted es profe y no conoce!? No. ¿Tú la has visto? Mi tía me dijo que iba al palacio de gobierno a trabajar y que mi tío Ernesto le dice: ¿estás viendo lo que estoy viendo yo? ¿Queeeé? dijo ella. Mi tío le señaló con el dedo: ¡allá! Era la Santa Muerte que esta así parada (Alan se queda como estatua, cuerpo rígido, brazos hacia abajo pegados al cuerpo señalando la posición de la Santa Muerte) y con la cabeza hacia abajo, y nomás vio que pasó el carro y la miró y dice que caminó poquito. ¿Y se apare